Cuando la multitud hoy muda, resuene como océano.

Louise Michel. 1871

¿Quién eres tú, muchacha sugestiva como el misterio y salvaje como el instinto?

Soy la anarquía


Émile Armand

martes, abril 26

Contra toda forma de Estado, tanto aconfesional como laico

La historia de las religiones ha estado siempre vinculada a la sumisión del ser humano a la idea de un ente superior. En las primeras sociedades humanas, apoyándose en la ignorancia de estas primeras comunidades se erigieron unas figuras que estimularon sus miedos hacia lo desconocido, y que en base a un supuesto conocimiento dirigieron la vida del resto de la población. Por tanto podemos establecer una clara y directa vinculación entre el principio de autoridad (esto es, la falsa creencia que dice ser necesaria la existencia de jerarquías y figuras que dirijan al resto de las personas en base a su superioridad física o intelectual) y la religión. Este es el origen de la alienación política-religiosa que junto a la alienación cultural y económica resultan las principales ramas del actual régimen de explotación. -- En el devenir histórico de las sociedades humanas las clases sociales que ostentaban el poder siempre han utilizado la Religión para fortalecer su imagen aportando así grandes cotas de poder político y económico a las distintas religiones existentes.

Podemos citar algunos ejemplos, como el caso del Imperio Romano donde se rendía culto religioso al Emperador, pasando por las monarquías europeas autoritarias que vincularon el poder real a la providencia divina o las distintas guerras de religión europeas de los siglos XVI y XVII que ocultaban intereses económicos de los Estados y de la naciente burguesía mercantil.

La Iglesia Católica en particular representa una de las religiones más despiadadas de la historia. No desarrollaremos todos los hechos históricos que le otorgan esta negra reputación, debido a la falta de espacio y por ser ya de sobra conocidos (la Inquisición y su despiadada represión, la persecución de todo conocimiento científico que desmintiera las supersticiones de la Biblia…)

El caso de España es un caso muy especial puesto que la Iglesia Católica siempre ha manejado altos niveles de poder político e influencia en la sociedad española. Mediante la Compañía de Jesús (los Jesuitas) la Iglesia Católica se perpetró de grandes centros de adoctrinamiento donde envenenar a la infancia y así asegurarse de que las futuras generaciones aceptarían sin rechistar el dogma católico.
Hoy aún los centros educativos religiosos vinculados a la Iglesia Católica reprimen y manipulan a decenas de miles de jóvenes estudiantes. Hemos de hacer mención al obstáculo que el Movimiento Obrero encontró siempre en la Iglesia a la hora de propagar entre la Clase Trabajadora las nuevas ideas del Socialismo, en pro de la justicia social. La Iglesia, siempre de la mano de las clases dirigentes, resultó ser una fuente de propaganda para la burguesía, que mediante el adoctrinamiento moral se servía de la falta de
formación de las clases bajas para inculcarles sus mentiras. Esta alianza entre burguesía e Iglesia, quedó patente en muchas ocasiones en España, tal y como demostró el asesinato del pedagogo anarquista Ferrer i Guardia donde la Iglesia presionó a las autoridades para que se sentenciase a muerte al maestro o el descarado apoyo al régimen fascista de General Franco.

Hoy en día, la Iglesia Católica representa un colosal imperio económico, que sigue ejerciendo una nefasta influencia sobre millones de personas en todo el mundo. Muchos escándalos rodean actualmente a la Iglesia Católica, tales como los abusos sexuales contra niños por parte de miembros eclesiásticos, episodios de corrupción vinculados al Banco Vaticano…

En la actualidad, la Iglesia Católica desempeña en España un importante papel en la vida política y ejerce una fuerte influencia en las decisiones que desde el poder político se toman. Por no decir las privilegios fiscales con lo que cuenta esta Institución.

Ahora bien, nuestra lucha contra la alienación religiosa, ha de ir directamente vinculada al rechazo de toda autoridad que pretenda imponerse en nuestras vidas. Por eso rechazamos de pleno la idea de un “Estado laico”. El Estado mediante el uso de la violencia directa o indirecta, protege los intereses de la Clase Dirigente y mantiene sus privilegios. Así se dota de todo un aparato judicial y burocrático destinado al control de los individuos, legisla siempre a favor de mantener el orden establecido y otorga más beneficios económicos a la Clase Empresaria mediante la explotación de la Clase Trabajadora.
Hemos demostrado anteriormente como históricamente el Estado se ha apoyado en la Religión para legitimarse pero eso no hace imposible la existencia de un Estado “laico” igual de tiránico que un Estado teocrático o un Estado aconfesional. La esencia del Estado será siempre el control de la población mediante diversos métodos, sutiles como la educación y/o si se diera la necesidad, mediante la represión y las guerras. ¿No ha habido ya Estados donde el poder religioso ha sido muy limitado? ¿Acaso no siguen siendo lugares con desigualdad social y explotación donde hay todavía prejuicios y tabúes mediante los cuales condicionar las vidas de las personas?

La lucha por una sociedad atea, libre de todo dogma religioso que anteponga a un Ser Supremo al ser humano ha de ir directamente vinculada a la superación del actual sistema capitalista, donde las personas quedan relegadas a mercancía a la que se puede explotar, y la desigualdad social y la explotación del ser humano por el ser humano rigen nuestras vidas. Solo mediante la sustitución de ideas como la caridad cristiana (destinada a parchear las desigualdades sociales), por la solidaridad y el apoyo mutuo entre las personas se asegurará una auténtica sociedad de hombres y mujeres libres. Forjar una nueva sociedad, sin líderes ni autoridad, donde las decisiones emanen de la base y se fomenten el conocimiento y las artes, garantizará el fin de todo tipo de dominación, ya sea religiosa, política o económica.

¡HAREMOS ESTALLAR SUS RELIGIONES!
¡CONTRA TODOS LOS ESTADOS!

¡CONTRA TODA AUTORIDAD!
¡POR LA ANARQUÍA!

GRUPO BANDERA NEGRA, ADHERIDO A LA FEDERACIÓN IBÉRICA DE JUVENTUDES
ANARQUISTAS (F.I.J.A)

sábado, abril 23

Ciudadano Krahe


Acaba de aparecer el último trabajo del cantautor Javier Krahe, segundo disco que se edita conjuntamente con un libro. Si el anterior, Charlas con un vago burlón, comercializado junto al disco Querencía y extravíos grabado en directo, estaba compuesto de una serie de entrevistas informales, en esta ocasión se trata de un jugoso análisis de muchos de sus geniales temas. El libro lleva el nombre De mil amores. Reflexiones sobre las canciones de Javier Krahe y el magnífico disco se ha llamado, de manera hilarante y muy apropiada, Toser y cantar. Muchos se han referido a Krahe como el "Brassens español", cantante y compositor francés del siglo pasado, y del que creo puede decirse que es uno de los grandes poetas contemporáneos. Efectivamente, no solo por su gran talento, son varías las similitudes que hay entre los dos cantautores: malos estudiantes, pero devoradores de libros con avidez, lo que les supuso una gran cultura, ambos empezaron a cantar pasados los treinta, se mantuvieron al margen de los circuitos de éxito permaneciendo fieles a sus músicos y amigos, y los dos son simpatizantes del anarquismo. A pesar de esa filosofía vital coherente, honesta y profundamente inconformista, Brassens acabó siendo adorado por Francia y sus discos son ampliamente conocidos. No es el caso, todavía, de Javier Krahe, aunque sus fieles son (somos) una enorme minoría. Hay que recordar que uno de los primeros éxitos de Krahe, o al menos el que le otorgó cierta popularidad y le empujó a seguir cantando, fue Marieta, adaptación al castellano que él mismo realizó de un tema de Brassens (versionaría otro tema del cantautor francés en La tormenta). Las primeras canciones las interpretó Krahe en el local La Mandragora en la madrileña Cava Baja, lugar donde muchos artistas conocidos dieron sus primeros pasos (no solo del mundo de la música, también de la magia, el teatro, el cine, el dibujo...), y en el que se grabaría un mítico disco en directo, de Javier Krahe, Joaquín Sabina y Alberto Pérez, conocido con ese mismo nombre. Desgraciadamente, no tardo demasiado en clausurarse, por orden municipal, aquel lugar símbolo de las primeras libertades artísticas con la excusa de protestas vecinales, pero producto en realidad de una represión económico-cultural de un Ayuntamiento comandado por el izquierdista alcalde Tierno Galván. Resulta significativo que Krahe reniegue de la llamada Movida madrileña de la década de los 80, o al menos manifieste los sentimientos enfrentados que le producía, ya que la consideraba tutelada por la Administración, resultando paradójico que el mismo alcalde que cerraba locales apoyara luego unas manifestaciones contraculturales de dudosa autenticidad.
Un tipo que no se ha arrugado jamás ante el poder, que ha dicho y hecho lo que le ha apetecido, tiene que tener reconocimiento tarde o temprano. El poder trabajar, seguir componiendo y escribiendo geniales temas, y llenar una sala con unos pocos cientos de fieles (quizá no tanto los discos o actos de reconocimiento, que algunos ha habido), estoy seguro de que son para él su mejor recompensa. No se lleva bien el cantautor con las multitudes, y ahí también sigue la divertida máxima de Brassens: "Cuando se es más de cuatro, se es una panda de gilipuertas". Krahe y sus músicos, a los que considera principalmente amigos y se ha mantenido fiel desde hace muchos años, Javier López de Guereña, a la guitarra, Fernando Anguita, al contrabajo, Andreas Prittwitz, al saxofón o contrabajo, y las percusiones de Jimmy Ríos, son unos habituales de la Sala Galileo o del Café Central, en Madrid. El público que compone sus recitales no es homogéneo, lo que resulta esperanzador de algún modo, pueden encontrarse personas de distintas edades y condición social; en cualquier caso, el local se llenará casi con seguridad. La complicidad entre el cantautor y los músicos hace que la calidad y la calidez del espectáculo sean aún mayores, las introducciones de Krahe a cada tema son tan inteligentes y divertidas como los propios textos escritos. Krahe es un hombre, como le gusta decir a él, ya de cierta edad. Nació en 1944, en el seno de una familia de clase media del barrio de Salamanca de Madrid. Aunque pueda parecer lo contrario, la mayoría de sus canciones recogen de manera sutil hechos reales de su propia vida o referencias indirectas. En el colegio marianista de Nuestra Señora del Pilar, en la calle Ayala del barrio madrileño mencionado, fue formándose un ácrata que dedicará gran parte de su trabajo a combatir a esos siniestros individuos con sotana, una directa intención anticlerical que resulta tremendamente necesaria en una sociedad española muy deudora todavía del franquismo. Los que nos consideramos ateos, creo que puedo hablar al menos por gran número de ellos que trato y conozco, tomamos la valiente decisión a una determinada edad de no buscar seguridades metafísicas ni tranquilidades existenciales de tipo alguno; por otra parte, estamos obligados igualmente a oponernos a toda institución que se arrogue la pretensión de una verdad con mayúsculas, que tienda al absolutismo, que pretenda gobernar las vidas de las personas manipulando conceptos muy humanos. Pienso que puede ser esta también la actitud vital que ha tomado el gran Javier Krahe. Por otra parte, en alguna ocasión ha mencionado acertadamente el miedo a la muerte como otro germen de la creencia sobrenatural y del negocio que con ella realiza la religión. La actitud del cantautor/filósofo recuerda a la máxima de Epicuro sobre lo absurdo que resulta, ontológicamente, temer a la muerte: "mientras somos, ella no es, y cuando llega, nosotros no somos". El auténtico temor es a no disfrutar de la vida, y como asegura Krahe, "en mi familia siempre se han muerto unos cuantos, así que creo que voy a seguir la tradición familiar".
Krahe, antes de optar por una carrera musical, estuvo muy interesado en ser realizador cinematográfico. Lo atestiguan unos cortometrajes, que realizó a finales de los 70 junto a Enrique Seseña, en los que se daban una serie de reflexiones sobre distintos aspectos de la vida. Uno de ellos sería el llamado Sobre la Cristofagia, que posteriormente sería conocido por Cómo cocinar un Cristo. Este genial e irreverente trabajo solo se dio a conocer de manera algo amplia un cuarto de siglo después, cuando se incluye en el documental Esta no es la vida privada de Javier Krahe y se emite en una cadena de televisión. Como si fuera una receta de cocina, una voz en off nos narra los pasos a seguir para cocinar un Cristo, mientras unas manos de mujer llevan a cabo la operación: "quitar un Cristo macilento del crucifijo, lavarlo con agua tibia para 'desencostrarlo', secarlo, untarlo con bastante mantequilla sobre un lecho de cebolla, salpimentarlo o aderezarlo con algunas especias y, finalmente, meterlo en el horno durante tres días, transcurridos los cuales, el Cristo sale solito".
Poco después de la emisión del corto, aparece una denuncia ante la Fiscalía General del Estado contra los responsables de la misma, llevada a cabo al parecer por cierto político conservador, y también otra contra Krahe a título personal. Parece ser que hay cierto resquicio en el Código Penal al que se pueden acoger las personas susceptibles de haber visto ofendidos o ridiculizados sus sentimientos religiosos, algo que resulta aún más indignante y jocoso en el caso de figurar en un escrito jurídico. El propio Krahe, irreductible, ha señalado lo ridículo de la denuncia, así cómo las amenazas y persecución que ha sufrido por los fundamentalistas católicos en no pocas ocasiones. Las declaraciones que ha tenido que realizar en diversos juzgados, respondiendo a preguntas marcianas, son una muestra más del esperpento nacional. Es evidente, además, la animadversión hacia Krahe, cuando se ignora en la denuncia, tanto a los responsables de la emisión, como a los otros artífices del susodicho cortometraje. En cualquier caso, como dijo el cantautor ante una pregunta sobre si no le parecía demasiado fácil transgredir con semejante corto, eso lo realizó hace más de tres décadas y lo asombroso es que aún siga escandalizando.
Efectivamente, Krahe utiliza el humor para transgredir, para defender sus ideas y filosofía de vida, así como se vale de la provocación con todas las intenciones de molestar, mostrando el profundo desprecio que le producen ciertas clases, como son los curas y políticos. Las referencias a los tipos con sotana son tan numerosas, que en un tema reciente llamado Gracias, canción hace un pequeño alarde de autoreferencia y metalenguaje del siguiente modo: "Qué bien cuando te sulfuras / y te metes con los curas /y su ridículo atuendo. / Eso está bien, / me parece algo horrendo; / gracias canción". Tal vez su tema anticlerical más logrado, y celebrado, sea Los caminos del señor. Krahe tuvo el acierto de dedicar la canción en un concierto al siniestro y dañino Rouco Varela, lo que parece ser que provocó las iras de éste. Va a ser que el trabajo de Javier Krahe es mucho más influyente de lo que cabe suponer, para alegría de sus "fieles". En Los caminos del señor se produce una situación, tan irreverente, como absurda, alguien que padece de amnesia aparece en una Iglesia con la vaga sensación de que todo aquello le produce un gran rechazo: "a quién coño fui a rezar / yo, que siento por Jesús ¡repelús!". Después de pedir a un sacristán que le ayude y eche una jaculatoria para que recobre la memoria, algo que el hombre hace a San Cucufato obrándose el milagro: recupera todo lo que había perdido… ¡incluido un mechero! Es el colofón del tema el que resulta especialmente memorable (valga el juego de palabras), el hombre recuerda que en realidad entro en el templo a robar: "Tú, que nunca vas al templo, / tú que estás en el error, / toma de mi historia ejemplo ejemplo, / rectifica pecador / y recorre sin temor / los caminos del señor. / Sí, señor". El tema es de una efectividad que tumba de espaldas y ell fundamentalismo, por supuesto, no tiene nada de sentido del humor. No hay que entrar al trapo cuando alguien religioso manifiesta que se ha visto ofendido, al fin y al cabo, a Krahe le ofenden profundamente las iglesias y no se le ocurriría abordar a ningún cura e increparle las barbaridades que suelen decir. Aunque, tal vez, debería hacerlo.
Tal y como manifestó Krahe en cierto ocasión, hablando de la importancia que tiene el humor en su obra: "No concibo letras puramente sentimentales; prefiero el distanciamiento irónico de lo que cuento. El humor me defiende de la realidad". Así es, no se adivinan grandes pretensiones en la obra de Krahe, él mismo dijo que considera que el arte no tiene efectos sociales (algo, estoy seguro, declarado a su vez con cierta provocación), y sí la intención principal de que pasemos un buen rato con un tipo que nos muestra su desaprobación y mirada crítica hacia aquello que le repugna, encarnado a menudo en ciertos individuos y en ciertas profesiones. De esta manera, después de su ya mítico Cuervo ingenuo, censurado por un gobierno socialista por cantarle las verdades a Felipe González, escribió un tema llamada Me internarán en el que recuerda "¡Qué feos son los gobernantes / cuando se ven al natural!". Quizá no es muy conocido que la palabra krahe hace alusión a un córvido, por lo que el tema Cuervo ingenuo cobra nueva fuerza con esa alusión a un indio norteamericano (la pareja de Krahe es canadiense, por lo que sigue produciéndose cierta referencia a la realidad), el cual le reprocha al hombre blanco no haber cumplido su palabra (se trata del ex presidente González, pero podría ser cualquier político, y de hecho el tema estuvo pensado para adaptar la letra sucesivamente). Creo que es muy conocido ya lo que sucedió cuando Krahe interpretó Cuervo Ingenuo en el concierto de Joaquín Sabina en 1986, retransmitido por TVE: las cámaras dejaron de grabar por orden gubernamental. Solo quisiera añadir que, frente a la cantidad de medias verdades que se han dicho sobre este asunto, era sabido de antemano el tema que iba a interpretar Krahe y la feroz crítica que se hacía en él a la gestión y a las mentiras del dirigente socialista; se advirtió al cantautor sobre lo delicado del asunto, el propio protagonista del concierto, muy preocupado por su salto al estrellato, le pidió que no la tocara, y Krahe dijo que "ni hablar", era muy consciente de que la cosa iba a molestar y para eso la había escrito. Desgraciadamente, muy pocos artistas conocidos dieron su apoyo a Krahe, algo que él mismo ha lamentado en alguna ocasión, "se les llena la boca con ciertas cosas, como la libertad de expresión, y cuando la están sofocando delante de sus narices no dicen ni mu". El tema fue censurado en la retransmisión televisiva, aunque algún videoaficionado logró registrar unas imágenes que hoy pueden verse en internet. Algo de justicia se haría pocos años después, en la huelga general de 1988 realizada contra el gobierno socialista, cuando en la manifestación final en la madrileña Puerta del Sol la gente coreaba Cuervo Ingenuo, un estribillo convertido en un eficaz manifiesto de protesta.
La crítica más feroz, y por supuesto divertida, a la sociedad, a la del mundo supuestamente desarrollado de Occidente, la realiza Krahe en el tema En las antípodas. Si en el film Los lunes al sol se mencionan las antípodas, por su lejanía, como un posible paraíso, el tema de Krahe vendría a ser la concreción irónica de que no es así, que las miserias son exactamente las mismas que sufrimos en nuestra sociedad. El mérito de esta canción es aún mayor si se cae en que está compuesta utilizando palabras esdrújulas, algo realizado por supuesto con todas las intenciones literarias. La letra no tiene desperdicio al describir a los individuos y situaciones que componen la sociedad: "…políticos más bien estúpidos / pero son súbditos muy pusilánimes / …hay muchas víctimas, hay muchas cárceles. / Voces hipócritas piden, coléricas, / medidas drásticas, sillas eléctricas / Los eclesiásticos desde sus púlpitos / causan catástrofes, y los omnímodos / poderes fácticas, hazañas bélicas…". Mientras el estribillo nos repite que en las Antípodas todo es "idéntico a lo autóctono", el colofón del tema llega a altas cotas de genialidad cuando Krahe nos menciona un nuevo opio para el pueblo en la sociedad contemporánea: "Pero es fantástico, martes y miércoles, / jueves y sábados, lunes y vísperas, / dan espectáculo con el esférico, / y allí, al unísono, arman escándalo, / y es como un bálsamo para sus ánimas". Las canciones de Javier Krahe que mejor envejecen son las que hablan de sentimientos, en las que este artículo no se ha centrado, las cuales hablan en su mayoría de divertidas y emotivas aventuras fugaces. Esperemos que los temas que peor resisten el paso del tiempo sean, efectivamente, los que describen una sociedad sumamente imperfecta plagada de individuos desagradables que tratan de imponer a los demás (aunque, mientras tanto, que Krahe las siga haciendo con ese gran talento e inmejorable humor).

José María Fernández. Paniagua

(Artículo publicado en el periódico anarquista Tierra y libertad núm.272 (marzo de 2011)

miércoles, abril 20

Celuloide colectivo (2010), Voces de la memoria

Un documento gráfico de David y Óscar Martín

Pablo Ferrando García – Shangrila Ediciones
La voluntad de iluminar un período cinematográfico español tan escasamente abordado(1) como visto, es motivo más que suficiente para interesarse por la valiente propuesta de los hermanos Oscar y David Martín, ambos responsables del guión; realizador y montador respectivamente de Celuloide Colectivo (2010). Sin embargo la iniciativa va mucho más allá que la mera ilustración de imágenes rescatadas pues formalizan un trabajo riguroso y sólidamente articulado. Además hay una presentación de sabrosas entrevistas que colorean y enriquecen el certero pulso de la película mediante un fluido hábil de voces autorizadas, de imágenes de ficción y documentales. A partir de los avatares de la Guerra Civil se ha tratado de explorar y redescubrir las producciones anarquistas y sindicalistas que se encontraban en el más absoluto ostracismo ya que tras el incendio en los laboratorios de Madrid Cinematiraje -lugar depositario de las mismas- se quemó todo este fondo cinematográfico que ha sido un testimonio fehaciente del bando de los perdedores. En la actualidad, tanto la Filmoteca Española como los historiadores y especialistas han aunado fuerzas con el fin de salvar cuanto sea posible y de este modo rescatar una industria nacida en el gobierno republicano cuya socialización impulsó un cine de combate.
En este trabajo de Oscar y David Martín no sólo hay un esfuerzo por trazar una clara línea diacrónica temporal de los acontecimientos históricos de la contienda, sino también entreteje anécdotas que permiten alumbrar unas veces con vocación didáctica y otras como un prurito por contrastar los hechos. Tal es el caso del entierro de Durruti, donde el veterano operador y director de fotografía, Juan Mariné, nos relata su experiencia profesional y personal cuando, en un momento dado, se le había acabado la batería de la cámara y tuvo que registrar los acontecimientos de forma manual. Entonces un colega suyo se manifestaba escéptico ante el posible interés que pudiera tener aquello que estaban filmando. La respuesta de Mariné, ante la duda de su compañero, viene acompañada por una voz que recoge la certeza de una conciencia ideológica, pero también la constatación de un hecho histórico que debe ser conocido en el futuro. Las imágenes están ahí para el conocimiento de historiadores y de las generaciones venideras que deseen acercarse a ellas.
Hay, sin embargo, otras incidencias que certifican la encomiable labor investigadora llevada a cabo en este documental. Una de ellas la encontramos en esa querencia, por parte de los responsables de este sugestivo trabajo, de aproximarse a las personas que tomaron partido por la colectivización cinematográfica. El acercamiento hacia Ramón Acín da buena cuenta de ese interés. Sin perder el hilo conductor del tema central, se esboza la relevancia del anarquista, pintor, escultor y periodista y cuya intervención en Las Hurdes, tierra sin pan (1932), de Luis Buñuel fue decisiva ya que, como se sabe, gracias al capricho de la lotería, permitió que el premio obtenido por ella se destinara a la producción del documental con marcado acento republicano y libertario.
En las primeras imágenes de Celuloide Colectivo ya nos informan de los materiales que van a manejarse: una combinación productiva de imágenes de archivos con entrevistas de expertos sobre las películas y los responsables de las mismas. En el prólogo, Román Gubern, Afonso del Amo, Basilio Martín Patino y la voz de Juan Mariné van asegurar el protagonismo capital que supuso la producción colectiva de los materiales cinematográficos generados durante la Guerra Civil Española desde el bando republicano. Una vez presentado el título de la película que nos ocupa (acompañado de un subtítulo: el cine en guerra), surge el plano general de unas imágenes de archivo que muestran la explosión de una bomba en medio de una barricada. Después aparece un mapa de España ardiendo mientras emerge el conocido himno republicano. A continuación se mantiene la imagen de archivo del mapa de España e irrumpe la sobre impresión de unos rótulos informativos, los cuales datan el inicio del conflicto bélico nacional -19 de julio, 1936-. La música sigue uniendo las diferentes imágenes documentales: milicianos alzando el brazo y saludando a la cámara, llenos de júbilo, y luego se pasa a un par de planos generales donde vemos desfilar ordenadamente el ejército republicano. Al concluir estas imágenes irrumpe Basilio Martín Patino hablando de su experiencia personal sobre la guerra cuando vivió de joven en la Salamanca beatífica, adormecida, señorial y franquista en contraste con la Madrid valiente, viva y revolucionaria que descubrió poco después. Una vez que Patino manifiesta sus recuerdos juveniles del estallido de la guerra vuelven a surgir unas nuevas imágenes documentales para incorporar a otra de las figuras fundamentales de dicha contienda: el sindicato anarquista CNT, cuya hegemonía entre la clase trabajadora ostentaba el poder civil. Con el fin de reflejar esta circunstancia histórica, muestran el Reportaje del movimiento revolucionario en Barcelona (1936) de Mateo Santos, considerada la primera película del más del centenar que realizarán los anarquistas durante toda la Guerra Civil. Por tanto, podemos advertir, a través de esta enumeración descriptiva de planos, gracias a su relación contigua, un sentido nuevo suministrado con el montaje: estalla la Guerra Civil, arde el país y un cineasta contemporáneo, autor de documentales como Canciones para después de una guerra (1971), nos evoca sus recuerdos vitales, su impacto emocional y su preocupación como cineasta en reflejar las experiencias vicarias del pasado. De manera que hay aquí una nueva orientación enunciativa marcada por la relación de las imágenes, desde las cuales los autores de Celuloide Colectivo van a generar una nueva construcción de sentido: el conocimiento y la experiencia que tienen de la revelación de las imágenes de archivos, así como de la transmisión del saber facilitado por especialistas, cineastas, historiadores, familiares y técnicos: Alejandro Montiel, Juan Antonio Ríos Carratalá, Emeterio Díez Puertas, Ken Loach, Ramón y Concha García-Bragado Acín, Colette Durruti, Heleno Saña, Albert Girona, Julio Pérez Perucha, entre otros…
A partir de aquí se irán desgranando una serie de valoraciones formales, históricas, sociales, políticas y discursivas de las producciones sindicalistas de cuyo amplio abanico de trabajos cinematográficos va a aflorar una industria que comenzó sus brotes en el gobierno republicano. Pese a su vida efímera nos ha permitido entrever un variopinto registro de filmes donde la propaganda, la guerra y la sociedad civil eran consustanciales al mensaje libertario. Podemos constatar, incluso, una hibridación de géneros en el interior de los mismos textos. Aurora de Esperanza (1937) de Antonio Sau, o Barrios Bajos (1937) de Pedro Puche, mezclan elementos narrativos tan dispares como el documental y el melodrama, o números musicales -de clara inspiración hollywoodiense- aderezados con leves apuntes sainetescos en Nuestro Culpable (1937) de Fernando Mignone. Las estimaciones vertidas sobre éstas y otras tantas películas de este período, orientan y perfilan un trabajo de investigación muy alejado de la fácil y cómoda apología. Antes al contrario, hay un esfuerzo por contrastar de la manera más objetiva posible la validez y coherencia de sus propuestas. En estos ejemplos señalados arriba la CNT trató de producir un cine narrativo con vocación pedagógica pero sin olvidarse de promover un discurso afín a los valores ideológicos de sindicalistas y anarquistas. Oscar y David Martín no ocultan las contradicciones y paradojas que sembraron dichas producciones cinematográficas, según las cuales no siempre reunían el mejor de los resultados posibles y, lo que es mucho más relevante, tampoco les satisfacía a los mismos responsables de las organizaciones anarcosindicalistas. Las contradicciones ya se ponen en evidencia en Aguiluchos de la FAI por tierras de Aragón (1936) –serie de reportajes compuesta de tres entregas- ante el apabullante culto a la personalidad de Buenaventura Durruti, una loa de la que el propio líder anarquista rechazaba por chocar frontalmente con los ideales del partido, ante la defensa al colectivo en detrimento del individuo y ante el rechazo al enaltecimiento del mito en lugar del esbozo de un hombre común. Al contrastar la voz en off del mencionado reportaje con aquella otra voz autorizada (Román Gubern) se clarifica la incongruencia discursiva que se pone en juego en esta propaganda cinematográfica. Como también se comenta la curiosa paradoja de contratar al actor republicano de origen aristocrático Félix de Pomés para encarnar a un obrero en Aurora de Esperanza en lugar de buscar un modelo más acorde al espíritu del filme.
Con todo, las contradicciones y congruencias del aparato industrial que nos ocupa no son más que un mero reflejo especular de las tensiones generadas por las mimas organizaciones libertarias. Óscar y David Martín han querido singularizar sus luces y sombras con objeto de poner de relieve las particularidades de un cine que se disolvió rápidamente tras la derrota republicana, pero cuya dimensón ideológica se constituyó en el elemento motriz de esta singladura y d ela cual los responsables de Celuloide colectivo se hacen eco a través de la figura del director de fotografía, Juan Mariné, uno de los pocos profesionales aún en activo que no sólo vivieron esta intensa fase histórica sino también ha participado en todos los periodos del cine español hasta la actualidad. Un testimonio de primer orden cuya humildad, sencillez y profesionalidad se ha querido rendir homenaje en las últimas imágenes de este primoroso documental donde, gracias al uso directo del montaje, y al cobijo del efecto Kuleshov, se establece unacómplice mirada entre la simágnes de Aurora de Esperanza con los primeros planos de Mariné -grabados ex-profeso para dicho fin- empleando la misma cámara que utilizarapara esta película, así como para muchas otras deaquella época. Pero este motivo y cálido tributo está respaldado por la misma convicción de los responsables de Celuloide colectivo de considerar al cine en su dimensión ética. Algo que no debe obviarse cuando estamos rodeados de tantas banalidades audivisuales en los que se prioriza la nostalgia a la memoria y los efectos a los afectos.

(1) Bien es cierto que en los dos últimos lustros se han prodigado trabajos de investigación referentes a este periodo. No obstante creemos que la accesibilidad a este material cinematográfico es, sin duda, casi inédita. Sin ánimo de exhaustividad entre los textos específicos más reseñables cabría destacar:
· Álvarez Berciano, Rosa; Noguer, Ramón: El cine en la zona nacional, 1936-1939, Bilbao, Mensajero, 2000.
· Crusells, Magí: La Guerra Civil española: cine y propaganda, Ariel Historia, Barcelona, 2000.
· Sala Noguer, Ramón: El cine en la España republicana durante la guerra civil, Bilbao, Mensajero, 1993.
· Sánchez Biosca, Vicente; R. Tranche, Rafael: No-Do. El tiempo y la memoria, Madrid, Cátedra/Filmoteca Española (serie mayor), 2001.

viernes, abril 15

Poesía - Leopoldo María Panero


Ven hermano, estamos los dos en el suelo
hocico contra hocico, hurgando en la basura
cuyo calor alimenta el fin de nuestras vidas
que no saben cómo terminar, atadas
las dos a esa condena que al nacer se nos impuso
peor que el olvido y la muerte
y que rasga la puerta última cerrada
con un sonido que hace correr a los niños
y gritar en el límite a los sapos. 

De su libro "Poemas del manicomio de Mondragón"

martes, abril 12

Sobre el decrecimiento y otras rendiciones

Interpretación crítica sobre el decrecimiento y el consumo responsable.

José Iglesias Fernández.

Este libro es, fundamentalmente, una crítica. No sobre las teorías neoliberales, ni sobre la globalización, ni sobre la crisis actual. Es una critica a las recientes propuestas -aunque con antecedentes antiguos- del decrecimiento y del consumo responsable. El autor sabe, (ya tiene cierta edad para asumir las consecuencias), que las críticas ejercidas sobre las propuestas alternativas no suelen estar bien vistas por el propio mundo alternativo que, tan fragmentado como a menudo inmaduro, a veces adopta una postura defensiva y, paradójicamente, acrítica. Pero, en cuanto que ejercicio crítico, el autor realiza un examen y emite un juicio. Y ninguno de los dos aspectos consustanciales a la crítica nos deja indiferentes.

Jesús Giráldez Macía

Baladre - Libreando - Zambra, Málaga 2010
184 págs. Rústica 20x14 cm
ISBN 9788461422654

jueves, abril 7

"Perspectivas antidesarrollistas" de Miquel Amorós

En este libro se agrupan textos reducidos por Miquel Amorós entre mayo del 2009 y diciembre del 2010, junto con algunos anteriores que les han servido de preámbulo, resultado todos ellos del trabajo de agitación a que desde hace años se viene dedicando su autor. Muchos han sido discutidos en charlas celebradas en ateneos, okupas librerías militantes, jornadas y encuentros anarquistas y antidesarrollistas... otros, publicados en folletos y revistas libertarias, antiindustriales, surrealistas... la mayoría, referidos conscientemente a personas y grupos determinados en sus correspondientes contextos de lucha. Así que, en gran medida, son fruto del debate colectivo. Exponen "las líneas maestras por donde discurre la crítica real del capitalismo en sus últimas fases", aplicadas a situaciones concretas.
Mientras la cuestión social, que ponía en evidencia la necesidad de la revolución, aclaraba las condiciones que la hacían posible y descubría a sus enemigos, se planteó partiendo de la explotación de los trabajadores, "la crítica social fue ante todo crítica de la sociedad de clases y del Estado". En la fase totalitaria actual del régimen capitalista de dominación y explotación, el antagonismo social decisivo surge de la mercantilización de todos los aspectos de la vida y de la explotación del territorio entendido como "unidad entre espacio e historia, lugar y habitante, geografía y cultura".
La perspectiva antidesarrollista es "crítica de la sociedad de masas y de la idea de progreso". No rechaza la crítica anterior, la amplía y prolonga, "englobando hechos nuevos como el consumismo, la polución, la autonomía de la tecnociencia y el totalitarismo de apariencia democrática". Como nace de la voluntad consciente de emplear las energías del conflicto en la lucha por la libertad, se enfrenta abiertamente, en cambio, a las ideologías falsamente críticas, anticuadas o novedosas, que pululan en la "zona gris" del colaboracionismo intentando recuperar esas energías para el sistema totalitario.

Vari@s editores, 2011
196 págs. Rústica 20x13 cm
ISBN 9788461471669

Lo podéis leer aquí: http://editorialgerminal.files.wordpress.com/2012/07/amorc3b3s.pdf

lunes, abril 4

El Capitalismo es a la Economía, lo que la Religión a la Ciencia

Los gobiernos y ejércitos forman parte del
problema, no de la solución

El 19 de febrero de 2011 se reunía en París el G-20, el grupo de poder político y económico que gobierna, mata, roba, explota y aterroriza al mundo; el motivo: tratar de buscar soluciones a la crisis del capitalismo -sin que hayan encontrado ni una sola propuesta-. Todo sigue exactamente igual para la aristocracia del poder y del capital que antes del estallido de la "crisis" del capitalismo, verano del 2007, excepto para la sociedad y los trabajadores, que hemos empeorado nuestras condiciones de vida como consecuencia de las políticas de los gobiernos y banqueros para salvar al capitalismo, sus privilegios, riqueza y poder. Antes y después, las situaciones y soluciones que proponen son las mismas: aumentar la explotación, la dictadura y la injusta distribución de la riqueza.
La política de recorte de las pensiones aprobada en España en febrero 2011, con un acuerdo de Gobierno, Empresarios, Banqueros y Sindicatos Políticos (UGT y CCOO), es una consecuencia directa de las políticas del Gobierno Mundial del Capitalismo adoptadas por el G- 20. Las promesas electorales de los partidos políticos, las democracias parlamentarias y soberanías nacionales; toda una farsa y engaño. La dictadura mundial capitalista y gubernamental es toda una realidad.

El capitalismo es a la economía lo que la religión a la ciencia. Al capitalismo hay que analizarlo como lo que es, una estructura de poder económica y política, no es un sistema económico ni modelo productivo que sirva al conjunto de la sociedad. Se sustenta en una doctrina económica dogmatica, irracional, injusta y estúpida, con un discurso económico dirigido a justificar la injusta distribución de la riqueza basada en la explotación y miseria de los trabajadores. La literatura económica del Capitalismo es similar a la religiosa, irracional, doctrinaria y dogmática, que solo sirve a la minoría aristocrática del poder y del capital. Es una dogma económico sustentado en la ignorancia generalizada del pueblo, mantenida por políticas de gobierno idiotizantes, alienantes, desarrolladas por la televisión, el fútbol y la religión.
El capitalismo constituye una aberración para la ciencia económica, de igual forma que, históricamente, la religión constituyó una aberración científica e ideológica para gobernar la vida de los pueblos. Los gobernantes hacen gala de una estupidez económica que raya con el idiotismo médicamente tratado.
Recuperar el conocimiento de la economía como ciencia puesta al servicio de las necesidades humanas y sociales, generalizar su saber en la sociedad, es una tarea que forma parte de nuestra lucha económica y social hacia nuestro bienestar. Acabar con la ignorancia económica de la sociedad forma parte de la justicia cultural.

Los gobiernos y ejércitos forman parte del problema, no de la solución. Las revueltas populares y sociales del mundo árabe en enero y febrero del 2011 en Túnez, Egipto, Bahréin, Libia, Marruecos, Argelia, Jordania, Yemen, Irán, Arabia Saudí... contra la injusticia, pobreza, explotación, desempleo, miseria, corrupción, dictadura y terrorismo gubernamental constituyen un acto de dignidad humana, de solidaridad social y popular, que muestra a las claras cual es la sencilla solución a los problemas del pueblo trabajador:
la acción directa solidaria de la sociedad y de los trabajadores contra los gobiernos, banqueros, los dictadores y explotadores del mundo capitalista, con un objetivo: avanzar a la libertad, igualdad, justicia económica y social.

Las dictaduras del mundo árabe, sostenidas primordialmente por los gobiernos y empresarios de EEUU y Unión Europea, responden a una identidad de intereses entre los gobiernos y empresarios de allí y aquí para repartirse el poder político y económico, y las riquezas energéticas del petróleo y el gas. La banca de la UE y de EEUU suponen el refugio de las riquezas robadas al pueblo árabe por sus gobiernos. Solamente Mubarak ha robado 70 mil millones de euros que guarda en ella. Los gobiernos árabes se sustentan en unas férreas dictaduras de partido único: el Ejercito.

Las revueltas sociales del mundo árabe han mostrado de una forma sencilla la división de la sociedad en clases sociales: el poder del gobierno del estado contra el pueblo, el ejército contra la sociedad, dos fuerzas enfrentadas históricamente. Ahí está la clave, en la destrucción del poder, de la autoridad, del gobierno, del estado, del ejercito. En Egipto, un Ejercito de más de un millón de soldados para gobernar una sociedad de 80 millones, constituye a su vez toda una potencia y poder económico estratégico en sectores claves.

Los costes militares del capitalismo, ejércitos, policías y guerras son la causa fundamental de la quiebra económica mundial de las sociedades.

José Luis Velasco