Cuando la multitud hoy muda, resuene como océano.

Louise Michel. 1871

¿Quién eres tú, muchacha sugestiva como el misterio y salvaje como el instinto?

Soy la anarquía


Émile Armand

martes, mayo 29

El carácter autoritario


Al estudiar la teoría de la evolución de las especies de Darwin, nos ha hecho pensar inconscientemente que la competencia entre individuos ocasiona su evolución. No obstante, lo que es realmente determinante es cuando esas teorías se extrapolan a la sociedad, conocido como el darwinismo social. Se nos ha hecho creer que las jerarquías son el orden natural, una ley de vida, que unos deben mandar y otros obedecer porque el ser humano está embrutecido y si no es sometido por un poder, sería el caos. Esto implica que quienes no sean capaces de decidir sobre su vida, obedezcan y mientras, otros que busquen el poder vayan escalando pisoteando a quien se quede atrás.
Desde edades tempranas estuvimos sometidos a la autoridad de los padres, pues todavía no somos responsables y necesitamos que nos orienten. Sin embargo, en vez de dejar progresivamente mayor libertad al individuo conforme vaya creciendo, se sigue manteniendo esa autoridad. Ello ocasiona que en la mente del ser humano se desarrolle el carácter autoritario que consiste en el deseo de revancha y venganza contra aquellos que lo han sometido, buscando ponerse por encima de ellos, o también someterse a un poder fuerte para sentirse superior y poder humillar a quienes son considerados inferiores. Incluso añado al sujeto pasivo, pues éste se somete ciegamente a la autoridad anónima de la opinión pública y discrimina a quien se desmarque de esa opinión de las mayorías para no sentirse aislado.
Mostramos ese carácter autoritario en mayor o menor medida cuando tratamos de imponer alguna idea que defendemos, o cuando ejecutamos una orden ciegamente con el fin de "joder a quien un día nos hizo una putada". La existencia de jerarquías ocasiona que la gran mayoría acabe interiorizando el carácter autoritario y muchos no se dan cuenta de su propio comportamiento, aunque otros lo justifican aludiendo a la falacia "el hombre es un lobo para el hombre" (Hobbes). Vemos en los fascistas y en los militares la máxima expresión del carácter autoritario, donde quien ocupa la cima impone a raja tabla su voluntad y se destina solamente a dirigir las vidas de sus súbditos, de quienes esperan una obediencia ciega y los amenaza con la muerte o un durísimo castigo si osaran rechistar. En las capas intermedias de esa jerarquía encontramos individuos que siguen rígidamente las reglas impuestas a la vez que somete a los que se encuentran en las capas inferiores. En la base es igual que en las capas intermedias, solo que éstos humillan a quienes no compartan su opinión. Pero no es solo en los fascismos donde se manifiesta este carácter autoritario. En todas las sociedades donde existan jerarquías se da este caso, que aflora muy tímida o sutilmente.
La soberbia, la prepotencia, la arrogancia, el mirar por encima del hombro, el subestimar a los demás, el acatar órdenes de superiores y obligar a que otros también los obedezca, el no saber escuchar... son algunos de los síntomas más relevantes para detectar el carácter autoritario que, desgraciadamente, todavía entre unos pocos anarquistas se conservan. Las consecuencias de haber recibido una educación autoritaria nos lleva al desprecio del vecino o a formar vínculos superficiales, aunque con honrosas excepciones, en que el individuo acaba tomando conciencia, sepa que las jerarquías son una lacra y que el carácter autoritario solo acaba perjudicando tanto a sí mismo como al resto.
En contraposición, el carácter anti-autoritario supone la defensa de la horizontalidad, de no ansiar la revancha para pisotear al vecino sino la eliminación de cualquier tipo de dominación y subordinación. Para fomentar este tipo de carácter es necesario la formación y el aprendizaje mutuos, donde el que enseña no ejerza ninguna autoridad sobre el que aprenda sino que le apoya en su proceso didáctico. Este carácter parte de la libertad como base para el desarrollo del individuo, de la oportunidad de poder realizarse sin tener ningún obstáculo de por medio que lo canalice hacia intereses de una minoría, de adquirir su responsabilidad en vez de delegarla y el no reprimir el «yo». Podríamos señalar algunas características como la solidaridad (que no caridad), la empatía, la humildad (no como sumisión sino como el reconocer a otros), el respeto a los iguales, la desobediencia, la autocrítica, saber escuchar...
La existencia de relaciones autoritarias entre individuos ocasiona que la sociedad se corrompa. Ni los que ostentan el poder ni los que se someten duermen tranquilos: los primeros por miedo a perder su posición y los segundos, degradados, cada vez más sumidos en el libertinaje. Por ello, es importante y necesario trabajar la reflexión y tratar de corregir ese carácter autoritario con el que hemos crecido.

http://www.mundolibertario.org/secciontumornegro/

sábado, mayo 26

El apoyo mutuo


El apoyo mutuo: un factor en la evolución es un libro que trata el tema del apoyo mutuo y la cooperación dentro del proceso evolutivo, escrito por el anarquista ruso Piotr Kropotkin durante su exilio en Inglaterra. Fue publicado por primera vez por William Heinemann en Londres en octubre de 1902. Los distintos capítulos habían sido publicados originalmente entre 1890 y 1896 como una serie de ensayos en la revista literaria mensual británica, The Nineteenth Century.

Características

Escrita en parte como respuesta al darwinismo social y, en particular, al ensayo del siglo XIX de Thomas H. Huxley, "La lucha por la existencia", el libro de Kropotkin se basó en su experiencia del día a días en expediciones científicas en Siberia para ilustrar el fenómeno de la cooperación. Tras examinar las pruebas de la cooperación en comunidades de animales no humanos, "salvajes", "bárbaros", en las autónomas ciudades medievales, y en la época moderna, llega a la conclusión de que la cooperación y la ayuda mutua son tan importantes en la evolución de la especie, como lo es la competencia y la lucha mutua, en caso de no ser más.
[...] Se ha creado sobre la conciencia —aunque sea instintiva— la solidaridad humana y la dependencia recíproca de los hombres. Se ha creado sobre el reconocimiento inconsciente o semiconsciente de la fuerza que la práctica común de dependencia estrecha la felicidad de cada individuo y la felicidad de todos, y sobre los sentimientos de justicia o de equidad que obligan al individuo a considerar los derechos de cada uno de los otros como iguales a sus propios derechos".
Piotr Kropotkin, Introducción a El apoyo mutuo
Considerada como una de sus más grandes obras, Kropotkin muestra toda su esencia como ideólogo sin dejar de lado el plano científico y analítico del tema en sí. Desde allí el principio del apoyo mutuo y voluntario se convierte en principio político.

Esta obra de Kropotkin ha sido considerada como pionera y antecedente del concepto de altruismo en etología, de la genética de poblaciones y de la sociobiología.

miércoles, mayo 23

La insurrección de 1957 de Valparaíso, Santiago y Concepción: Lo que no cuenta la historiografía común


En todos los ámbitos, se habla poco o nada de uno de los momentos más explosivos de la lucha social del siglo XX, la revuelta popular gatillada por un alza en los precios del transporte público -una práctica habitual del Estado/Capital mediante la cual extraen parte del salario del conjunto de los proletarios, y que se aplica hoy en día a cada rato sin resistencia alguna) , que se expresó desde los últimos días de marzo y los primeros de abril de 1957 en las calles de las 3 ciudades más numerosas de Chile.
La historia oficial en versión izquierdista suele referirse a estos hechos tan sólo para condenar su “espontaneísmo”, e incluso ha propagado rumores de que los hechos de violencia proletaria (asaltos a armerías, ataques a la policía, comercios, edificios estatales y clubes burgueses, destrucción de monumentos, etc.) sólo se explicarían por el uso intencionado de “presos comunes” y de provocadores e infiltrados por las fuerzas del orden: no es de extrañar que esta sea la versión fabricada y distribuida por uno de los más importantes aparatos ideológicos del estado burgués, el P “C” (*).
Ante un escenario de ofensiva burguesa conducida por el gobierno de Ibañez (antiguo dictador militar, reciclado como demócrata en las elecciones presidenciales 1952 -en que fue apoyado por una alianza que incluía desde sectores fascistoides a autodenominados “marxistas” del PS-), que incluyó el alza de más del 150% en el precio de los pasajes entre Valparaíso y Viña desencadenó que desde el miércoles 27 de marzo grupos de estudiantes, pobladores y obreros se volcaran allí a las calles en mítines relámpago, con barricadas y volcamiento de buses en las esquinas, que por sobre todo intentaban detener la circulación de vehículos y mercancías (materiales y humanas), paralizando así el funcionamiento normal de la sociedad del capital. Dicha actividad prosiguió y se fue incrementando, para llegar al clímax con los combates callejeros del sábado 30, en que la policía dejó dos muertos y varios heridos, pero recibió también su cuota de violencia proletaria al punto que quedó acorralada en la Sexta comisaría en calle Eusebio Lillo (a dos cuadras de Avenida Argentina), recibiendo ataques desde la calle y también desde arriba, con lluvias de piedras lanzadas por pobladas apostadas en Cerro Barón. La fuerza policial tuvo que ser rescatada por la Marina, que tras cubrir su retirada reemplazó con ayuda del Ejército a los de verde en la labor en que éstos claramente habían fracasado: mantener el orden del capital en el puerto.
Las barricadas impresionantes de la noche del sábado 30 en Valparaíso fueron acompañadas de un espíritu festivo. La prensa burguesa denunció que bares y cantinas funcionaron hasta la madrugada, y que se había visto “grupos de exaltados que avanzaban por Avenida Argentina en total estado de ebriedad” (Diario La Unión, 3 de abril de 1957). Contra la multitud de proletarios rabiosos el Estado sólo pudo salvarse respondiendo con descargas de fusilería.
Luego de eso, en Valparaíso el movimiento decreció en intensidad y fue encorsetado en la forma de paralizaciones por horas y una jornada completa de paro el martes 2 de abril, acciones recuperadoras convocadas por el Comando Contra las Alzas (que junto a sindicatos y federaciones estudiantiles universitarias tuvo el honor de representar así, en estos eventos, la función de “izquierda del capital”, preocupada siempre de “contener elementos extraños” y condenar públicamente los “hechos de violencia”).
Pero la llama de la rebelión ya se había encendido, y se propagó rápidamente a Concepción y Santiago, donde miles se volcaron a las calles al grito de “¡Valparaíso!” y pasaron al contra-ataque violento y masivo contra el Estado y el Capital, disputándoles por horas y días enteros el espacio físico de la ciudad -lo que demuestra el carácter contagioso de estas explosiones, en atención al cual se justifica plenamente que la clase dominante y la educación formal nos instalen una amnesia histórica y psicogeográfica.
En Concepción, la reacción ante las alzas estuvo inicialmente en manos de las burocracias sindicales y políticas, lo cual puede explicar el que acá el movimiento no fue tan intenso en comparación a las otras dos ciudades. Las manifestaciones callejeras se expresaron a partir del lunes 1 de abril y fueron respondidas con la declaración de Estado de Emergencia en Concepción, Tomé y Yumbel. Luego de las manifestaciones del 4 de abril se volvió a la normalidad.
La máxima intensidad del movimiento se dio en Santiago, donde las manifestaciones y su represión fueron cada vez más intensas hasta llegar a un auténtico desborde popular el martes 2 en la tarde en la llamada “Batalla de Santiago”, que obligó al retiro de las fuerzas Carabineros y su reemplazo por tropas del Ejército. Los pacos ya no podían contener los ataques en su contra, y el gobierno estimó que su sola presencia en las calles había llegado a ser contraproducente. Luego de 3 horas de confusión en que el bando dominante perdió el control de las calles, recién a eso de las 21 horas se pudo reimponer precariamente el control de la mano del toque de queda, hasta lograr en palabras del General Gamboa, jefe militar de la zona, “dominar y aplastar la insurrección”. Los muertos en el bando proletario se contaron aquí por decenas, aunque la cifra oficial sólo reconoce 21 muertos y cerca de 500 heridos.
La violencia de masas, por su parte, se expresó en múltiples formas de desobediencia y ataque, de la que dan cuenta algunos extractos de la prensa burguesa: “En la Gran Avenida, un grupo de estudiantes liceanos de ambos sexos subieron a un bus FIAT que pasaba sin guardia ninguna. Uno de los estudiantes, pistola en mano, exigió al chofer que devolviera a los pasajeros “los cinco pesos robados”. Como éste no atinaba a moverse ante el argumento de la pistola, una de las secundarias tomó dinero de la caja y entregó a cada pasajero el dinero que estimaba que habían pagado de más. En la esquina se bajaron muy alegres y satisfechos entre numerosos aplausos” (La Tercera, 2/4/57).
“Turbas incontrolables llegaron hasta Plaza de Armas y empezaron a una metódica destrucción de bancos, casetas y faroles. Pequeñas fuerzas de Carabineros opusieron sus armas. Y aquí la gente tuvo la primera y engañosa sensación de victoria. Los uniformados escaparon casi con humillación. Vi cómo un grupo de unos 30 carabineros arrancaron de la plaza hacia Compañía seguidos de una lluvia de piedras. Se parapetaron en las puertas y en el Teatro Real. De allí disparaban al aire todavía” (La Tercera, 3/4/57).
“Hechos sintomáticos se produjeron durante la asonada de ayer. Las turbas, en su afán sedicioso, no respetaron ninguno de los poderes constituidos del Estado. Pretendieron asaltar La Moneda y atacaron de hecho los edificios en que funcionan el Congreso Nacional y los superiores Tribunales de Justicia. La prensa no escapó, tampoco, a este afán destructor…” (La Nación, 3/4/57).
Un frente interesante de la acción de los proletarios contra los llamados “bienes públicos” fue la crítica en actos del arte monumental burgués: a las 19 horas una “turba” atacó un monumento en construcción a Arturo Prat, en el sector de Mapocho, procediendo a incendiar y destruir totalmente su andamiaje de madera, fueron destruidos a pedradas los faroles del monumento a O´Higgins en Plaza Bulnes, e incluso la policía reportó un intento de incendiar la Catedral.
Hacia la noche del martes, gran cantidad de “turbas” se movilizaban desde diversas poblaciones y recorrían barrios por Estación Mapocho, San Diego, San Miguel, Plaza Chacabuco, Barrio Matadero. Al igual que en Valparaíso, las organizaciones estudiantiles y sindicales tendían a actuar como garantes del orden en ausencia de la policía. Así, por ejemplo, cuando una muchedumbre intentó saquear Almacenes París en San Antonio con la Alameda, grupos de estudiantes “acordonaron el establecimiento y, armados con fierros, impidieron el saqueo” (La Nación, 3 de abril de 1957). Posteriormente, una declaración pública de la FECH se encargaría de expresar “su más enérgico repudio a los atentados vandálicos” de “elementos que escapan por completo a la dirección del movimiento estudiantil”.
En las entrevistas realizadas por Pedro Milos a 40 años de los sucesos, el entonces Presidente de la FECH declara: “fuimos sobrepasados, sobrellevados en lo que era la intención del movimiento estudiantil de tomar esta bandera de reclamar por esta alza. Se vio que había no sé si otros intereses u otras organizaciones detrás de esta asonada, de este movimiento, pero la verdad es que no fueron estudiantes los que dimos un golpe siquiera contra los faroles” (Entrevista a Eduardo Moraga, 5/1/94). Por contraste, los proletarios las emprendieron enérgicamente contra el alumbrado público y otras expresiones del urbanismo capitalista, como siempre se ha hecho en toda insurrección: “Me recuerdo haber visto un grupo de gente echando abajo postes de la luz eléctrica, era como sorprendente ver que los ataban, sacaban cuerdas, y quedaban doblados en las calles. La gente apedreando vitrinas, sacando cosas y enfrentándose a la policía” (Entrevista a Manuel Cabieses, 28712/93). A su vez, un dirigente de la juventud del partido estalinista recuerda lo siguiente: “El asunto es que el día 2 se producen movimientos masivos de gente. Hay combates en distintas partes de Santiago y en el fondo la masa logra conquistar los espacios. Se puede decir que ni el Ejército ni la policía habían podido tomar terreno en ese asunto. Los dueños, los que se quedan con el terreno fue una masa en la que ya cada cual hace lo que quiere. De ahí la sensación que embarga a esta dirigencia es que se nos escapa la cosa” (entrevista a Federico García, 4/2/94. El destacado es nuestro).
Los días posteriores la calma fue volviendo de a poco. El día 3 la represión se cobró varias nuevas víctimas, y sectores poblacionales y sindicales que habían sido tomados por sorpresa el martes, trataban de hacer lo suyo (por ejemplo, una marcha masiva en San Miguel que derivó en incidentes y la acusación de intentar atacar una comisaría). Además dela ejecución directa de “saqueadores”, el aparato represivo destruyó la Imprenta Horizonte (donde se imprimían periódicos de izquierda), realizó una espectacular redada masiva contra un enorme grupo de individuos que se habían escondido en el Cerro Santa Lucía con la presunta intención de tomar las calles de nuevo en la noche, además de proceder a detener a cuanto ciclista anduviera por el centro bajo la sospecha de ser mensajero de los revoltosos (se requisaron más de 300 bicicletas). Producto de la represión hubo cerca de 500 detenidos –muchos de los cuales fueron luego relegados- y un número indeterminado de desaparecidos.
El jueves 4 de abril a las 7 de la mañana hubo un fuerte movimiento sísmico, la violencia se hizo más aislada, y el viernes 5 el Gobierno anunció la creación de una comisión para revisar las tarifas de la locomoción colectiva.

* Una excepción a lo anterior la constituye el libro “Historia y memoria. 2 de abril de 1957“, editado por LOM en el 2007, que en más de 500 páginas presenta la investigación minuciosa y exacta de los hechos llevada a cabo por Pedro Milos.

Fuente: http://periodicoelsolacrata.wordpress.com/2012/05/04/la-insurreccion-de-1957-de-valparaiso-santiago-y-concepcion-lo-que-no-cuenta-la-historiografia-comun/

domingo, mayo 20

Paideia

Este vídeo nos pasea por la Escuela Libre Paideia. Este proyecto extremeño (en Mérida) de educación libertaria es un ejemplo vivo de algunas de las ideas fundamentales del anarquismo en materia de enseñanza: autogestión, educación en libertad, cooperación, antiautoritarismo, asamblearismo, etc.

http://www.paideiaescuelalibre.org/

jueves, mayo 17

El requerimiento



1514, Rio Sinú.

Han navegado mucha mar y tiempo y están hartos de calores, selvas y mosquitos. Cumplen, sin embargo, las instrucciones del rey: no se puede atacar a los indígenas sin requerir, antes, su sometimiento. San Agustín autoriza la guerra contra quienes abusan de su libertad, porque en su libertad peligrarían no siendo domados; pero bien dice San Isidoro que ninguna guerra es justa sin previa declaración.

Antes de lanzarse sobre el oro, los granos de oro quizás grandes como huevos, el abogado Martín Fernández de Enciso lee con puntos y comas el ultimátum que el intérprete, a los tropezones, demorándose en la entrega, va traduciendo.

Enciso habla en nombre del rey don Fernando y de la reina doña Juana, su hija, domadores de las gentes bárbaras. Hace saber a los indios del Sinú que Dios ha venido al mundo y ha dejado en su lugar a San Pedro, que San Pedro tiene por sucesor al Santo Padre y que el Santo Padre, Señor del Universo, ha hecho merced al rey de castilla de toda la tierra de las Indias y de esta península.

Los soldados se asan en las armaduras. Enciso, letra menuda y sílaba lenta, requiere a los indios que dejen estas tierras, pues no les pertenecen, y que si quieren quedarse a vivir aquí, paguen a Sus Altezas tributo en oro en señal de obediencia. El intérprete hace lo que puede.

Los dos caciques escuchan, sentados, sin parpadear, al raro personaje que les anuncia que en caso de negativa o demora les hará la guerra, los convertirá en esclavos y también a sus mujeres y sus hijos y como tales los venderá y dispondrá de ellos, y que las muertes y los daños de esta justa guerra no serán culpa de los españoles.

Contestan los caciques, sin mirar a Enciso, que muy generoso con lo ajeno había sido el Santo Padre, que borracho debía estar cuando dispuso lo que no era suyo, y que el rey de Castilla es un atrevido, porque viene a amenazar a quien no conoce.

Entonces, corre la sangre.

En lo sucesivo, el largo discurso se leerá en plena noche, sin intérprete y a media legua de las aldeas que serán asaltadas por sorpresa. Los indígenas, dormidos, no escucharán las palabras que los declaran culpables de los crímenes cometidos contra ellos.

Eduardo Galeano. Memoria del fuego, Los nacimientos.

lunes, mayo 14

Estampas de la guerra social. Daniel Bellón


ESTAMPAS DE LA GUERRA SOCIAL I

(una vez entregada al extranjero la orden de expulsión
a efectos administrativos ésta se considera realizada
haya abandonado el país, efectivamente, o no)

Estos negros que me tropiezo camino del trabajo
no están son sombras huidas mandadas mudar
no existen
alguna vez sí es cierto que estuvieron
pero les expulsamos
tenemos los papeles
simplemente no son
y no hay porqué pagar
a quien no es
quien no es no come ni siente
el padecer de los días pasando iguales todos
Es nada y la nada es gratis
mano de obra perfecta



ESTAMPAS DE LA GUERRA SOCIAL III:
LECCIONES DE ECONOMÍA POLÍTICA

Las bombas caen suben
las bolsas
El precio del petróleo se decrementa
en función del crecimiento del número
de muertos
La economía global
explicada con dos simples curvas
Una elegante representación gráfica
como sin duda apreciarán


     Daniel Bellón

viernes, mayo 11

El salario del gigante


José Ardillo
Año 2098 en la península Ibérica: la locura del movimiento perpetuo y el consiguiente «agotamiento» de los combustibles fósiles, el enrarecimiento del agua dulce y la alegre inmolación de otros bienes naturales han llevado a la humanidad a ser regida por un férreo ecofascismo —una burocracia de los recursos— que tiene como primer objetivo administrar la penuria y como segundo, y no menos importante, hacer trabajar a los pobres en un mundo donde ya no quedan ni las ruinas de la ilusión.

Así, a grandes rasgos, es el escenario en el que se desarrolla esta novela de corte especulativo, hecha de recuerdos, de encuentros y de proyectos, que vislumbra el panorama —muy real, cercano y verosímil, por otra parte— que se avecina a no ser que se produzca un cambio de rumbo en la idea de progreso que rige los destinos del género humano.

José Ardillo, pseudónimo de José Antonio García (Madrid, 1969), fue uno de los editores del boletín Los Amigos de Ludd y es autor del libro Las ilusiones renovables (Muturreko, 2007), además del volumen de cuentos, aún inédito, titulado Historia. En los últimos años ha colaborado en diversas revistas del medio ácrata y antidesarrollista.

La distopía que ahora presentamos, hija reconocida de la literatura clásica de anticipación —desde Julio Verne, Jack London y William Morris, hasta Ray Bradbury, George Orwell o John Brunner—, es su primera novela, y es una clara puesta de manifiesto de que aquí lo único que se renuevan son las ilusiones de los pobres y los proyectos totalitarios de la clase dominante.


Pepitas de calabaza ed.,

martes, mayo 8

El gobierno explicado


Un extraterrestre inquisitivo visita el planeta para ver nuestro progreso como especie, y entra en una conversación con la primera persona con la que se encuentra. El extraterrestre descubre que vivimos bajo el mandato de una cosa llamada "gobierno", y quiere comprender más sobre qué es el gobierno, qué hace, y porqué existe.

sábado, mayo 5

Televisión y manipulación

Entre los factores de enajenación más obvios, dentro de los medios de comunicación de masas, está la televisión. La cosa es tan elemental que uno se pregunta cómo podemos dejar que un medio, que además alcanza cotas tan bajas de nivel cultural, puede ser tan importante en nuestras vidas. Recordaremos, brevemente y de modo elemental, lo que entendemos por enajenación o alienación: se trata de una pérdida de la personalidad debido a la dependencia del ser humano de fuerzas externas, de tal manera que se muestra incapaz de realizar lo que se espera mínimamente de su capacidad. Para comprender más ampliamente el término, recordaremos que la etiqueta de "normal" o "sano" para un individuo posee al menos dos enfoques: adaptación a unas necesidades sociales o la posibilidad de alcanzar un proyecto vital satisfactorio. En el caso de una estructura social adecuada, que podemos denominar racional, los dos enfoques pueden coincidir y la etiqueta de "individuo sano" puede estar más cercana a la realidad. En el caso de nuestra sociedad, con tantos problemas sociales y sicológicos que sería más ajustado calificarla de "irracional", la persona adaptada a su papel social (trabajar en algo funcional, fundar una familia...) es la que se suele calificar de "sano" o "normal"; otros proyectos vitales esforzados en otras vías, y en este caso a la fuerza puede suponer tratar de escapar a las fuerzas de enajenación y poseer rasgos propios, se suelen calificar como "rarezas" o señalar lo imposible o inapropiado de sus aportaciones (en este sentido, recordaremos el desprestigio de las ideologías, que es lo mismo que decir de las ideas, de la ética y de la racionalidad). Por lo tanto, es posible que los medios de comunicación, y muy especialmente la televisión como elemento doméstico imprescindible en la vida de las personas, sean el mecanismo de regulación, control social o "normalización" más obvio. Por mucho intelecto y capacidad racional que poseamos los humanos como especie, la repetición y el hábito adquieren un importante peso en según qué contexto social y los patrones de conducta se imponen, consciente o inconscientemente, dentro de una sociedad en la que el desarrollo tecnológico distancia cada vez más a las personas de una realidad concreta y del posible desarrollo de sus capacidades. El universo, que nos es ajeno en gran medida, que aparece en la televisión, (auto) impuesto como un ritual diario, acaba manejando, influyendo y manipulando de tal modo, que nuestros esquemas sociales y mentales es posible que estén construidos en gran medida gracias a ello. Todo lo que pensamos está condicionado por factores externos, muy especialmente por una sociedad de la información jerarquizada y centralizada, y sería importante como primer paso que fuéramos mínimamente conscientes de este hecho; en el caso de creencias abiertamente irracionales, que proliferan por doquier, comprender que son resultado de situaciones muy determinadas (en el que lo social y económico no dejan de tener gran importancia).

Si el sistema posee un gran logro es el haber logrado que, tanto dominadores como dominados (gran parte, al menos), posea un esquema mental similar, algo evidentemente influenciado por patrones de conducta reflejados en los grandes medios de masas y magnificados hasta la saciedad por los que detentan el control de los medios. Las experiencias reales, con todo lo que ello enriquece en cuanto a conocimiento, desarrollo del lenguaje, de la creatividad, de las relaciones y lazos de solidaridad, se ven sustituidas por aparatos tecnológicos que muestran una realidad virtual terriblemente constreñida y empobrecida. Uno de los rasgos que parecen más evidentes en la sociedad de la enajenación, en la que la televisión cumple el papel de asomarse fraudulentamente a los problemas del mundo, es confirmar el mundo en el que vivimos (pobreza, guerra, crímenes, violencia...) sin profundizar en las causas y dejando incólumes a los auténticos responsables políticos y económicos. Otro factor obvio es como se desvía la "conciencia fiscal", que todos poseemos, hacia elementos que no cuestionan para nada el mundo en que vivimos, ni alimentan nuestra conciencia sobre la posibilidad de profundizar en las cosas y cambiarlas: como ejemplo más elemental, los responsables de los más detestables crímenes que aparecen en los informativos suelen ser monstruos unidimensionales que el sistema elimina de una manera u otra. Todos poseemos miedos e inseguridades, máxime en una sociedad con tantos problemas, y es importante recordar cómo ciertos mecanismos mediáticos (íntimamente relacionados con muchos otros) se encargan de potenciarlos y moldear nuestras creencias y visión del mundo. Frente a los que consideran que ver y escuchar los informativos es "estar informado", invito a observarlos con mayores consciencia y espíritu crítico, para lo que habría que dejar las emociones superficiales a un lado y contrastar, profundizar y dar una respuesta más lógica a los problemas planteados; se trata, al menos, de un primer paso para desarrollar una mayor conciencia. La manipulación mediática, grandemente favorecida por el desarrollo tecnológico y la consecuente enajenación, es un obstáculo evidente para ese desarrollo de una conciencia (política, social, histórica) como germen del cambio hacia un pensamiento, más libre y riguroso, y la construcción de una sociedad más justa y solidaria. Si no se comprende esto, es decir, si no se profundiza en ello, únicamente nos ocuparemos de los síntomas de una sociedad enferma sin acudir a la raíz de los problemas. Cuando se habla de "manipulación" en una sociedad que se denomina "democrática" y "liberal" hay que olvidarse de aquellas propagandas obvias en regímenes totalitarios, los cuales son plenamente combatibles, y ocuparse de todos esos factores de enajenación en la más sutil realidad actual, los cuales nos impiden acceder a una realidad concreta y desarrollar nuestras capacidades intelectuales. A pesar de la dificultad que ello conlleva, es encomiable el esfuerzo de los movimientos sociales para desarrollar sus propios medios, los cuales hablan de problemas reales dentro de una realidad palpable.

El intento de manipular, para dominar en el nivel que se haga, es siempre rechazable, ya que reduce a la persona a objeto, a una reducción ilegítima de sus capacidades. Se realice como se realice, la manipulación convierte a un miembro de una comunidad en masa. Recordaremos la idea de "medios de masas", hoy en día tal vez poco nombrada por tener connotaciones claramente despectivas. Sin embargo, la intención y/o el resultado siguen siendo los mismos, convertir a las personas en un montón amorfo de individuos (la masa) desprovistos de capacidad creadora. En democracia, la dominación audiovisual no es tan sencilla como en un régimen autoritario, por lo que se realiza sin que las personas lo adviertan y resulta así más eficaz y duradera. No hay nada mejor para la dominación que el hecho de que el dominado se vea libre, por lo que es primordial ser consciente de todos los factores externos que moldean nuestras creencias. De modo algo elemental, podemos entender por ser libre el hecho de que, teniendo diversas posibilidades para actuar, elegimos la que nos permite desarrollar nuestra personalidad de modo más cabal. Sin embargo, si no hay reflexión, si no se pide justificación ante la información recibida, si no se profundiza en ello ni se ejerce un espíritu crítico, está asegurada la manipulación y la elección estará distorsionada. Naturalmente, resulta imposible aplicarlo durante todo momento, pero sí es posible discriminar y jerarquizar la información, como por ejemplo detectando su fuente, aplicando un método cuando sea necesario y siendo consciente de ciertos mecanismos que nos condicionan. Los medios para manipular al público son muy variados, y no siempre es necesario acudir a la mentira, basta con alterar la realidad. Si se ofrece, por ejemplo, una imagen sesgada de la realidad, la manipulación está conseguida sin que pueda decirse que se haya mostrado algo irreal; otro procedimiento de la televisión es repetir ideas o imágenes, cargadas con intención ideológica (algo que no deberíamos olvidar frente a los que insisten en la desaparición de las ideologías), de tal manera que acaban configurando la opinión pública. Recordaremos, de modo también evidente, que en la sociedad democrática, por muchos rasgos irracionales que posea, es la fuerza del número la que manda y es obvio que la opinión pública puede ser modelada por los que detentan los medios de comunicación. Desgraciadamente, y basta para ello escuchar en la calles, la opinión pública refleja todo ese clima de superficialidad y desinformación que impera en los grandes medios. Puede decirse que el gran problema de las sociedades tecnológicamente avanzadas, en las que la imagen es tan importante (más que la palabra, que debe representar la racionalidad), es que existe una gran distancia entre la comunicación y la verdad: no se habla de algo porque sea verdad, sino que se toma como verdad porque se habla de ello. Muy especialmente la televisión, la cual ha conseguido alcanzar un gran prestigio al penetrar en cada hogar privado, es la que refleja este hecho: se acepta acríticamente lo que se recibe. Para no resultar tan catastrofista diremos que los factores internos y los condicionamientos externos son elementos constantemente presentes en nuestra existencia; en aras de la creatividad resulta imposible anular, por ejemplo, todo lo que nos rodea por considerarlo extraño. Es por eso, con especial atención para los chavales en proceso de educación (aunque, todos deberíamos estarlo a lo largo de nuestra vida), que es tan importante inculcar un espíritu crítico hacia las costumbres, los hábitos, y toda la información manipuladora e irracional, como el hecho posterior de canalizar esa rebeldía para realizar algo constructivo. Desgraciadamente, la televisión parecer formar parte importante también del proceso formativo de los niños.

Capi Vidal

Extraído del blog: Reflexiones desde Anarres

miércoles, mayo 2

Poesía libertaria en acción


La sensibilidad poética ha estado presente en los medios y las publicaciones ácratas desde los tiempos de la Primera Internacional. Son muchos los poetas libertarios que dejaron su testimonio poético en ésta primera época: Francesc Vivó, Juan Droguet, José Marí, Fermín Salvochea, Pedro Domingo, José López Montenegro, Josep Llunas i Pujals, Teresa Claramunt, Acracio Progreso, José María Blázquez, José Nakens, Cels Gomis, Eudald Canibell, Emili Guanyavents, Felip Cortiella y Josep Masgomeri. La poética de estos pioneros de la poesía libertaria glosa el progreso, la asociación, la lucha reivindicativa, la revolución..., y canta las gestas heroicas del proletariado, las huelgas, la lucha contra el capitalismo, la utopía, el amor, la vida y la muerte. El romanticismo libertario es el campo obligado donde se refugian los poetas militantes y en él buscan su espacio de combate en el camino de la revolución. La poesía libertaria es un grito que sale de las barricadas, de las fábricas, de las cárceles, de la fraternidad, del triunfo, de la derrota. La sensibilidad poética de los creadores libertarios forma parte de la estética de la literatura popular. La poesía militante tiene un concepto moral, profundamente ético y humano. Pedro Domingo sale en defensa de su clase en el poema Los desheredados, que publica el periódico Los Desheredados (30-7-1886): «No me queda otra esperanza, /mientras me dura la vida, /angustiosa y dolorida, / que conseguir la venganza / de mi clase abatida:/(...) Por tanto, desheredados,/de las naciones, enjambre, / uniros fuertes y osados, /contra los malvados / que son la causa del hambre».

Las organizaciones obreras, sobre todo las de signo libertario, dispondrán en su seno de elencos teatrales y grupos de rapsodas. No hay ateneo, cooperativa, orfeón o centro obrero que no disponga de ellas. La poesía será uno de los vehículos para expandir la cultura y la Idea entre las capas proletarias. La poesía, también, tendrá un papel importante en los dos certámenes socialistas que se celebran en las dos últimas décadas del siglo XIX, Reus (1885) y Barcelona (1889). En ellos no sólo se discute sobre la organización del trabajo, las reivindicaciones inmediatas o el futuro económico-social, sino que la cultura juega también un papel importante y es premiado el trabajo del director de La Tramontana, Llunas Pujals, La Revolución, poema en tres cantos escrito en lengua catalana, que fue estrenado en el Teatro Ribas de la plaza de Catalunya de Barcelona, el 18 de marzo de 1886, en un acto conmemorativo de la Comuna de París: «La libertad nace en la persona/ como el sol existe en la Naturaleza...».


Los poetas cantan la vida y la naturaleza, al progreso y la ciencia. El más claro exponente de éste tipo de poesía es la obra de López Montenegro, El botón de fuego, un extenso poema que describe el cosmos de la filosofía ácrata a través de la historia de la humanidad: «Pasaron dos mil años desde el día / en que sobre la tierra, nuestra madre / el hombre apareció, y desde entonces / otra raza magnífica se hace / que, acaso, sea, toda inteligencia.» En los primeros compases del siglo XX destaca la proliferación de grupos dramáticos y poéticos como El Grupo Avenir, que dirige Felip Cortiella, autor del libro de versos Anarquines, el cual, en su poema El Canto del Triunfo, exclama: «En lo más alto de nuestra liberación / un canto rebelde, compañeros, queremos levantar, /que al productor llene de gozo y de esperanza / y el reino de los tiranos consiga erradicar...»


Con la constitución de la CNT los grupos culturales se multiplicarán por toda la península. Así, ateneos, centros culturales, sindicatos, cooperativas, etc., dispondrán de grupos poéticos que ayudarán a promover el cenetismo y la cultura libertaria en las barriadas de las ciudades, en pueblos y aldeas. Una nueva generación de poetas se irá abriendo paso: Pedro Luis de Gálvez, Josep María de Sucre, Joan Salvat-Papasseit, Plató Peig, Lucia Sánchez Saornil, Juanonus, Gregorio Oliván, Antonio Agraz, Melchor Rodríguez, José García Pradas, Ana Maria Sagi, José Luis Gallego, Félix Paredes, Rafael Beltrán Logroño, León Felipe, Rosario de Acuña.


Esta poesía no sólo se inserta en el campo literario, también en el de la lucha. Durruti, en la entrevista de Pierre Van Passen para el Toronto Star, se expresó poéticamente: «Sabemos que no vamos a heredar nada más que ruinas, porque la burguesía tratará de arruinar el mundo en la última fase de su historia. Pero -le repito- a nosotros no nos dan miedo las ruinas, porque llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones -dijo, murmurando ásperamente. Y luego agregó-: Ese mundo está creciendo en este instante.»

El combate poético libertario tuvo su máxima expresión durante la revolución y la guerra de 1936. En las ciudades y los pueblos, a través del Sindicato de la Industria del Espectáculo, se organizan festivales de danza, música y poesía; y, a además, se organizan guerrillas culturales que anuncian la revolución a través de la poesía en los sindicatos, ateneos, escuelas, fábricas, hospitales, teatros, cuarteles y frente. Son grupos poéticos constituidos al rededor de los sindicatos de la CNT, de las Juventudes Libertarias, de Mujeres Libres, de los Ateneos Libertarios, de los Comités Revolucionarios de Barriada o de los Comités de las empresas colectivizadas. Los poetas libertarios cantan la revolución, a través de poemas escritos en momentos de rabia, de pena o de alegría. Los versos, que han estado escritos a pie de barricada o en la misma trinchera, son publicados en hojas volantes, diarios, revistas, libros o simplemente son dichos oralmente por sus autores y luego olvidados. Los poemas loan a los que han caído en defensa de la libertad y a personajes como García Lorca, Durruti, Ascaso...


El 28 de marzo de 1937 la Comisión de Propaganda de la CNT-FAI organiza, en el Teatro Coliseum de la Gran Via barcelonesa, la conferencia-recital de León Felipe, que estrena su poema La Insignia (Solidaridad Obrera, 30-3-1937), reproducía la locución del poeta: «¿Habéis hablado ya todos?/ ¿Habéis hablado ya todos los españoles? ¡Hay algún español que no haya pronunciado su palabra?/ ¿Nadie responde? / Entonces falto yo solo. / Porque el poeta no ha hablado todavía».El poeta, finalizada la guerra, se llevó al exilio la canción.


Los grupos poéticos florecieron en los locales cenetistas de Francia, México y otros lugares donde mantuvieron vivo el fuego de la palabra. Durante la transición la poesía volvió renacer con nuevas voces que prosiguieron la lucha en ateneos y otros espacios públicos. La voz hecha verso ha continuado, con más o menos fuerza, hasta nuestros días. Diversos colectivos poéticos se han dedicado a organizar actos, la poesía ha resonado en los sindicatos, ateneos, centros culturales, teatros, bares, casas okupadas, cárceles, plazas. La palabra ha sido, como dice el poeta Jesús Lizano, la capitana de la poesía: «el capitán /no es el capitán /el capitán es el mar.»

Ferran Aisa

Bibliografía

Ferran Aisa i Gerard Jacas. Antología de poesía libertaria.

Ateneu Enciclopedic Popular. Barcelona, 1993. Litvak, Lily. Musa libertaria. Ediciones Bosch. Barcelona, 1981.
VV.AA. Romancero Libertario. Ruedo Ibérico. París, 1971.
VV.AA. Poesia Acrata, 1936-1939.E\ Vaixell Blanc-Ateneu Encilopedic Popular. Barcelona, 1986.
VV.AA. Barcelona rebelde. Octaedro. Barcelona, 2003.
Número especial Solidaridad Obrera: 100 años de anarcosindicalismo
http://www.soliobrera.org/pdefs/centenario.pdf