Cuando la multitud hoy muda, resuene como océano.

Louise Michel. 1871

¿Quién eres tú, muchacha sugestiva como el misterio y salvaje como el instinto?

Soy la anarquía


Émile Armand

lunes, diciembre 31

Veganismo, una cuestión ética y política

Dentro de los círculos anarquistas este tema todavía sigue siendo polémico. Como es sabido, “el veganismo es una filosofía de vida que excluye todas las formas de explotación y crueldad hacia el reino animal e incluye una reverencia a la vida. En la práctica se aplica siguiendo una dieta vegetariana pura y anima el uso de alternativas para todas las materias derivadas parcial o totalmente de animales” (Donald Watson) que tuvo su origen en 1944 cuando el autor de la anterior cita fundó la Vegan Society. No vamos a profundizar mucho sobre las otras motivaciones que llevan a que la gente se acerque al veganismo como la ecología, la salud o espiritualidad pero sí comentaré algo como dato, centrándome más en la cuestión ética y sobre todo política.

La producción de carne industrial no solo implica sufrimiento y dolor para el ganado sino también un gran derroche de recursos, pues para producir el pienso que se necesita para el engorde, requieren de enormes campos de cultivo de cereales que en vez de destinarse al consumo humano, van a parar a las granjas industriales. Ello ocasiona, por ejemplo, que se tenga que destruir grandes extensiones de bosque para enormes campos de monocultivo (muchos de ellos de transgénicos) con el añadido de la alteración del clima local, la contaminación y degradación del suelo, y la expulsión de campesinos locales e indígenas. Pero no solo se crea impacto ambiental en la producción de pienso sino también en las granjas, donde se vierten grandes cantidades de heces, se acumulan numerosos cadáveres y se emiten muchos gases de efecto invernadero, como el metano en el caso de la ganadería bovina.

Existen numerosos mitos como la escasez de proteínas o la necesidad de complementos vitamínicos para paliar las carencias que en realidad son falsos si uno sabe qué tomar. Existen una grandísima cantidad de alimentos vegetales y la clave es comer variado¹. Por ejemplo, alimentos vegetales con proteínas son los frutos secos, las legumbres y los cereales integrales y las vitaminas se encuentran prácticamente en todas las frutas (salvo la B12 que se encuentra solo en la carne pero que se puede adquirir en suplementos o en las raíces de las plantas).

Numerosas investigaciones científicas demuestran que los animales no solo se mueven por instinto sino que poseen cierta inteligencia -pero no tan desarrollada como en los humanos, evidentemente- y son capaces de sentir emociones. Y esto se puede demostrar además en bastantes especies que conviven en sociedad como las gallinas, los cerdos (estos dos últimos si viven fuera de las granjas industriales), los lobos, los primates, los delfine… e incluso en los solitarios. Entre los vertebrados, las aves y los mamíferos son los que mayor inteligencia desarrollan con respecto a reptiles, peces y anfibios. Solo por el hecho de ser seres vivos con capacidad de sentir deben ser considerados como tales y merecen respeto independientemente de su especie, por tanto, también tienen derecho a una vida digna en libertad. He aquí la cuestión ética principal en que gira en torno esta filosofía y consideremos pues que si nos declaramos antiautoritarios también debemos tener en cuenta la no coacción/discriminación hacia otros seres vivos de diferente especie capaces de sentir, sabiendo que tienen el mismo derecho de vivir dignamente y en libertad que los humanos. El respeto a la vida no solo implica el amor a la humanidad sino también al resto de especies que habitan en el planeta.

Sin embargo, hay ocasiones en que se cae en el fanatismo, como que bajo ninguna circunstancia se pueda matar a un aminal (aunque sea por extrema necesidad) o como anteponer los animales no humanos frente al ser humano, desarrollando así una misantropía haciendo del individuo un antisocial. Incluso hay gente que ha llegado a santificar a otras especies o considerarlas como hermanos, algo que ya carece de sentido. En casos de extrema necesidad, por ejemplo cuando uno está perdido en el monte y no hay ningún vegetal comestible alrededor, pero hay conejos, es comprensible que se mate uno para la propia supervivencia. No obstante, la caza dejó de serlo desde hace mucho y se ha convertido en misiones de búsqueda y eliminación del objetivo. El desarrollo de actitudes antisociales quizá sea uno de los mayores peligros en los que se pueda caer y si se reivindica la igualdad animal no se puede priorizar el resto de especies sobre la humana porque es igualmente nociva que el antropocentrismo. La igualdad de los animales respecto a nuestra especie es lo mismo que la igualdad en los seres humanos, en que dentro de la diversidad exista una igualdad real de oportunidades para el desarrollo de los individuos en la sociedad, donde dicha igualdad vaya unida a la libertad y la responsabilidad. Con ello quiero decir que los animales no deberían ser propiedades nuestras sin derecho alguno a desarrollarse libremente y utilizados como recursos naturales, siendo en algunos casos, que convivan junto con humanos.

Cualquier movimiento social carente de carácter político es fácilmente recuperable por el sistema y ello incluye también al veganismo, que para el capitalismo supone un mercado poco explotado, a la par que puede ser institucionalizado en partidos políticos. Por ello es importante dotarlo de contenido político para evitar que degenere en una filosofía estéril y fácilmente asimilable por el sistema. A falta de conciencia política, algunos veganos terminaron mendigando productos veganos a Mercadona, conocida cadena de supermercados por los conflictos laborales con la CNT y sus denigrantes políticas laborales, otros terminaron por dar su voto al PACMA y creer en la vía institucional, otros frecuentan grandes superficies (templos del consumo) por conseguir productos veganos. Por tanto, es necesario hacer hincapié, para los anarquistas veganos, en que no solo debemos luchar por la liberación animal (y humana) sino también contra el sistema capitalista, puesto que gracias al liberalismo clásico y con mayor peso neoliberalismo, la producción de carne pasó a ser industrial que ocasionó la valoración monetaria de los animales, reduciéndolos a simple mercancía y borrando todo atisbo de empatía hacia su sufrimiento.

En resumen, es imposible tratar de acabar con la explotación animal sin acabar con el capitalismo, pues el ser humano también es un animal y en caso de que se centrara solo en la liberación de los animales no humanos y aceptando que el capitalismo sea compatible con el veganismo, terminará este estilo de vida degenerando en una moda más, promovido desde partidos políticos y un suculento mercado a explotar. Igualmente está relacionado con el ecologismo y la soberanía alimentaria, pues la existencia de la propiedad privada de lo medios de producción impide la justa distribución de los recursos a la vez que genera dependencia hacia las grandes corporaciones alimentarias. De hecho, me parece hasta hipócrita que no se cuestione el uso de transgénicos y la agricultura industrial porque los grandes campos de monocultivo en propiedad privada también implica explotación humana y la matanza de animales cuando se queman o talan grandes extensiones de selva virgen únicamente para esos fines. Todo ello parece tener raíz en el sistema productivo actual y por tanto, veo conveniente dotar al veganismo de contenido político y darle una perspectiva libertaria a los movimientos sociales de liberación animal.


[1]  Sobre nutrición vegana, aquí dejo una lista elaborada por el colectivo Igualdad Animal


viernes, diciembre 28

Breve historia del movimiento anarquista en Estados Unidos (libro)

En la elaboración de este pequeño libro han intervenido tantas personas, su génesis ha sido tan complicada, que, si el resultado obtenido no es lo óptimo que todos deseamos, muchos serán los que podrán hacernos responsables de su desengaño.
Sin embargo, séanos dado exponer las innúmeras dificultades con que hemos tropezado, la primera de las cuales es, evidentemente, la falta de archivos, de fuentes de consulta. Hemos tenido que dirigirnos a diestro y siniestro, buscando compañeros que, a base de recuerdos personales, pudieran ir reconstruyendo estas páginas de historia.
Además, en sus inicios, este libro no tenia que ser más que una biografía de Franck González. Pero pronto nos dimos cuenta de que no era posible escribir la biografía de ese compañero, sin abarcar la vida, las actividades de todo el movimiento anarquista en los Estados Unidos. Tampoco era posible situar a González solitario, en medio de un desierto. Había que mostrar las circunstancias en que su acción se desarrollara, explicar el clima, los antecedentes, incluso las influencias que lo formaron. ¿Y cómo describir todo esto, sin referirnos a Esteve, a los que con él constituyeron el grupo de «Cultura Obrera»? ¿Cómo, por otra parte, hablar de Esteve y de «Cultura Obrera», sin situar los antecedentes, sin explicar lo que encontró Esteve al llegar a América, ya de vivo, de cohesionado, de existente en los Estados Unidos? ¿Cómo hacer abstracción de los otros movimientos?
Hemos titulado este ensayo «Breve historia del movimiento anarquista en Estados Unidos de América del Norte». Es más de un siglo lo que debe ser historiado. Y aún, desde luego, dejando múltiples lagunas; con omisiones lamentables, impuestas por la ausencia de datos, porque, faltados de fuentes, nuestra información solo puede llegar hasta donde llega la memoria y las bibliotecas de los compañeros que han colaborado con nosotros en esta obra, aportándonos su concurso. Ayuda preciosa han sido los archivos del compañero V. Muñoz, aunque incompletos.
Pero, si otro no tuviera, este libro tendrá el valor de ser lo primero que se ha escrito, en lengua española, sobre el esfuerzo realizado, en tierras norteamericanas, por la pléyade de luchadores que, desde diversas partes del mundo, en Estados Unidos se fincaron y constituyeron una colonia ideológica muy importante, formada por diversos grupos étnicos, sobre todo italianos, españoles e israelitas.
Su participación activa en las luchas obreras del país; su constante relación con los países de origen -en lo que se refiere a España el contacto fue permanente- la dinámica espiritual que fue el rasgo distintivo de estos hombres, muchos de los cuales ya no existen, les permitieron además constituir un auténtico vivero de anarquistas. La mayor parte de los que afluían a América eran emigrantes. Otra buena parte llegaron como marinos. La mayoría, al pisar tierra estadounidense, carecían de toda cultura social. No conocían ni las ideas ni ninguna organización. Y esta fue, ha sido y es todavía, aunque muy disminuida en eficacia, la gran obra de nuestros compañeros en Estados Unidos: atraer estas conciencias, formarlas, darles los conocimientos y las inquietudes que no tenían. En lo que a los españoles se refiere, muchos de ellos volvieron después a España, con una preparación militante que no tenían al abandonarla. Fueron la obra de la militancia anarquista de habla española en Estados Unidos que tanto ha contribuido a la vida internacional de nuestro movimiento. Al correr de la pluma recordamos los Olay, los Claro Sendon, los Estevez, los Baella y tanto otros más, sin contar los que, de Norteamérica, pasaron a América del Sur y allí se confundieron con los movimientos autóctonos.
Hora era ya de que todo esto fuera conocido, historiado, que toda esta labor perseverante y silenciosa recibiera, por lo menos, el premio del conocimiento.
He aquí las razones que explican este volumen y la finalidad que con él perseguimos; las razones por las que, de la simple biografía de un compañero muerto en Estados Unidos, pasa a ser la tentativa, no sabemos si feliz, de una cronología de la acción continuada de muchos hombres que, en el trabajo de la propaganda y de la solidaridad, de la divulgación de las ideas y de las luchas por una sociedad mejor, se han ido sucediendo sobre tierras americanas.
Es, sobre todo, un trabajo de equipo. Además, de Vladimiro Muñoz, de Federica Montseny y de Alberto Martin (alias José Marinero, alias Francisco López García) han facilitado datos inestimables otros compañeros, particularmente el incansable luchador y veterano compañero Marcelino García. De la documentación por él facilitada no hemos podido utilizar más que breves extractos, para no hacer excesivamente extenso este volumen. Otros compañeros han enviado detalles, fotos, recortes, cuanto les ha sido posible facilitar para que la obra pudiera realizarse.
Esta breve historia es, pues, el compendio de la labor efectuada por un conjunto de buenas voluntades.

 

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martes, diciembre 25

Navidad: nada que celebrar

De nuevo otro año nos toca soportar una ejemplificación más del sistema de dominación: religión, familia, medios de comunicación, escuela y consumismo se alían una vez más, con el aliño monárquico del discursito, dejando patente su función al servicio del Estado y el Capital. Todos los sufrimos pero, en especial, l@s niñ@s. La Iglesia, por depender su vida del engaño, manipula a la infancia con el ideal de la sociedad de consumo al convertirse la navidad en unas fechas de luces, compras y, por supuesto, regalos.

Desde pequeñ@s nos inculcan el nacimiento del niño Jesús al que los reyes magos van a adorar por ser dios en la tierra, nos enseñan que si nos portamos mal los reyes no vendrán a traernos regalos. De ello se encarga principalmente la familia pero, por si acaso ésta falla, ya están las televisiones y el colegio para bombardear de propaganda cristiana: propagan a favor de la sumisión, la obediencia y, sobre todo, el miedo. La fiesta religiosa se quiere disfrazar de tradición ya asentada (como si hubiera caído del cielo y no implicara ideología ninguna) para justificar que una escuela pública en la que, en teoría, sólo se imparte religión como asignatura optativa se manifieste, al fin, como adoctrinadora: ¿Quién no dibujaba a los reyes magos de pequeñe? ¿A quién no le preguntaba le maestre por los regalos recibidos?

Esto no sólo supone una burda forma de mantenerse tan propia de la secta cristiana, sino que es un atropello a todes aquelles que trabajan por criar a sus hijes en la libertad, el pensamiento crítico y en valores alejados del consumo propio del capitalismo que nos genera cada vez más necesidades innecesarias.

Por ello, como Juventudes Anarquistas y, por lo tanto, anticapitalistas, antiautoritarias y ateas, no queríamos dejar pasar estar fechas sin manifestar nuestro total rechazo a la institución eclesiástica (que al parecer tiene especial obsesión con les pequeñes), a la monarquía que aprovecha para caerle simpática a la gente y, en general, a toda la hipocresía propia de las Navidades que valora más las apariencias que a las personas. Constituye una pequeña parte más en la lucha que no hay que olvidar para recuperar nuestra vida y la de nuestres futures hijes.

sábado, diciembre 22

Frío

Nada palpita bajo el hielo.
Pronto supe que dentro de tu piel fría
nunca habitó latido alguno
ni rumor de sangre.
Empieza, amigo,
por considerar al otro un fin
y no un medio
y tal vez te salves de morir congelado.

Carmen Beltrán Falces

miércoles, diciembre 19

La belleza de la desobediencia - Karoshi

Letra:

Hoy en día ya nadie sabe lo que es la belleza.

Belleza no es un fajo de billetes, no es un cuerpo perfecto
no es el brillo falso de éstos tiempos.

Belleza no es una carrera magistral
ni una mente eficiente al servicio del capital

Belleza no es consumo, tu eres consumido
belleza no son posesiones, son tus acciones
Belleza no es tu inteligencia, ni tu competencia
belleza es voluntad de morir por tus ideas

Eso es belleza una mente en claridad
sufriendo por el hecho de estar viendo más allá,
no venderse por la muerte del triunfo personal
estar dispuesto a todo ¡no te van a parar!

Belleza es la lucha por las ideas
¿y una mujer tirando una piedra?
-Mi reina
No os confundáis; pudimos ser como el resto de la gente
Belleza es una decisión absolutamente consciente.

Belleza no es una modelo perfecta
Belleza es una mujer con heridas de guerra
Belleza no es tu casa, ni tu coche, ni tu cuenta
sino aquello a lo que puedes renunciar por tus ideas

Belleza es una acción de alguien que no entienden los demás
porque pertenece a una lógica de elevada claridad
Belleza no es una hipoteca, ni salir a drogarse
ni porros, ni alcohol, ni un trabajo estable
¡eso es ser un cobarde!

Belleza es revolución, disciplina estricta y la fuerza del ciclón
Belleza no es un sistema de vida perfecto
te oxidas cada día, algún día estarás muerto
Belleza es cuando mueras, saber quien has sido
no haber sido solo una pieza de éste mecanismo
Belleza es desobediencia, porque tienes cierta visión
Belleza es el amor.

En el mundo de los mudos, de los ciegos, de los duelos por el ego,
donde todos van a saco a por el sexo y los talegos
identidades ya prefabricadas, espectadores en las gradas,
gramos y caladas.

El mundo en el que nada sabe a nada
donde el agua y la comida misma estan ya envenenadas
marcan el estilo fotocopias
pero quedan aun personas que brillan con luz propia

Por decir no cuando decirlo esta prohibido
por decir que Sí cuando se lo marcan los latidos
por tener la valentía de enfrentarse,
el interés, el tesón y las ganas de superarse
por currarse con esfuerzo su propio camino
por creer en si mismo y no en el destino
bajandose de la cinta transportadora
queriendo ser los dueños de sus mentes y sus horas

Brillando fuerte en el reino de lo inerte
porque hay un sentimiento y por ello van a muerte
cansados ya de ser pisados como alfombra
dejaron la cortesía y viven entre las sombras

La vida es vida como cuando vida actúa
y lo natural es enfrentarte con quien te hace la púa
no veo belleza en un tibio con modales
el brillo está con los rebeldes y anormales

Los que tienen miedo pero no hacen caso
y se juegan a cada paso el triunfo o el fracaso
al rojo vivo van por una cuerda floja
intentan la pirueta aunque ninguna regla escojan

Viviendo enamorados de gestos infrecuentes
para unos delincuentes, para mi diferentes
lo digo con una sonrisa, porque ellos tienen sangre
y los demás..
Solo tienen prisa.

A muerte en la vida, despierto en la ruina
al filo, suicida, profunda mi herida
mirando a los ojos, jodiendo con miedos
amor y odio en nuestro trayecto

A muerte en la vida, despierto en la ruina
al filo, suicida, profunda mi herida
mirando a los ojos, jodiendo con miedos
amor y odio
...a veces me pierdo.

domingo, diciembre 16

Mammon

"Mammon" de Frederick Watts. 1884

Watts, junto con otros críticos sociales como William Morris, Ruskin y Carlyle, comenzó a cuestionar los beneficios y el propósito de la gran industria y el comercio y sus efectos deshumanizantes. En 1880 escribió: "La prosperidad material se ha convertido en nuestro verdadero dios, pero no se sorprendan al descubrir que el culto a esta deidad visible no nos hace felices" (G. F. Watts, "las condiciones actuales del arte"). Cuatro años más tarde decidió personificar esta deidad del mal en la pintura llamada "Mammon".

La imagen es casi de tamaño natural y la figura sentada rodeada de cortinas, recuerda los retratos de Tiziano. Sin embargo, en lugar de una figura para destacar la belleza establecida, Watts representa un personaje repulsivo, sentado en un trono decorado con calaveras. Justo detrás de la cortina del fondo se insinúa, no un paisaje pacífico, sino de fuego y destrucción. El cuadro está pintado con una paleta rica, casi infernal de rojo, oro y negro. Watts en Mammon muestra a un déspota brutal, una figura fea, lumpen, sentado en su trono, manteniendo bolsas de dinero en su regazo. El ogro mantiene debajo de su mano a una chica hermosa y aplasta a un joven bajo los pies. Ambos son símbolos de la juventud, la inocencia y la belleza; sin embargo, desnudos y vulnerables, están también sin vida e inertes. Mammon se siente en la gloria con sus "magníficos ropajes dorados, pero mal ataviados, que caen torpemente sobre sus piernas gruesas".

Corona la cabeza de Mammon, una corona adornada con monedas de oro y orejas de burro, simbolizando la ignorancia y la estupidez.



jueves, diciembre 13

La Isla de las Flores


Ficha:

Duración: 13 min.
Año: 1989.
Director: Jorge Furtado.

Sinopsis: Considerado como una de las obras culmen del cine, en tanto cortometraje y documental; La isla de las flores es además una de las críticas satíricas más ingeniosas, crudas y brillantes al actual modo de vida, no ya de Brasil, sino de todo el globo: el capitalismo.

Crítica: La degradación humana está llegando, si no lo ha hecho ya, a sus límites teóricos y prácticos: los elementos fútiles, inertes y grises han adquirido mayor valor que lo vivo, que lo hermoso, que lo humano. Con momentos de juicio desternillantes, la cinta no se queda en la crítica banal, sistemática y panfletaria a la que, por desgracia, estamos acostumbrados los que rechazamos este modelo imperante; no, va mucho más allá, creando su propia cosmovisión narrativa sin caer en tópicos. A falta de espacio temporal -con sus escasos 13 min. no se puede decir mucho más- para desarrollar una amplia crítica sin desgajar parte de lo que se muestra en este fabuloso cortometraje, cabría decir por último, cómo no, que es de difusión y visionado ineludibles.

lunes, diciembre 10

Algunas reflexiones sobre el "Arte"

Cada cierto tiempo nos abruman con manifestaciones de arte espectacular como La Pequeña Gigante (Stgo a mil), la Trienal de Artes, el Día de la Música y otras plastas de nuestro tiempo. Ellas quedarán en nuestra memoria como claros ejemplos de un arte industrial y de un arte burocrático. Ambas ocurridas bajo el reinado del espectáculo integrado. Manifestaciones culturales como vivos ejemplos de la distinción existente entre un arte masivo y un arte elitista, entre un arte para masas y un arte para profesionales, aunque los convocantes hagan hincapié en el carácter “ciudadano” de dichos eventos.

Y no es que creamos a priori que los organizadores sean mercaderes declarados o tipos ególatras, iluminados e incomprendidos genios ocupando un merecido espacio en el debate cultural. No. Lo que ocurre es que la cultura en general, y el arte en particular, han devenido en cadáveres mil veces ultrajados por la necrofilia especialista. Lo que ocurre es que, siguiendo a Marx, bajo el régimen de propiedad privada capitalista el arte cae bajo la “ley general de la producción”, que configura una contradicción –cada vez más sofisticada en nuestros días– entre arte y capitalismo, producción mercantil y libertad de creación.

No obstante este hecho no es nuevo y los eventos mencionados no son más que ramplonas manifestaciones de un fenómeno históricamente constituido.
 Las primeras colecciones de arte comienzan a conformarse en el siglo XVI. Se inician como encargos de la nobleza, viajes de compra (tours, de los que deriva la palabra turismo), pero no es sino hasta la consolidada burguesía del siglo XIX cuando el coleccionismo masivo se hace patente y se vuelve grotesco en el siglo pasado con el sistemático saqueo nazi y la política de compra de arte patrocinada por el gobierno norteamericano tras la Segunda Guerra Mundial. Sin duda, el interés que movía a unos y otros, burgueses y burócratas, “totalitarios” y “demócratas”, era la misma: acumular capital simbólico, status, prestigio social o nacional, incentivar el turismo cultural (que expande la tercerización del trabajo hasta hoy). En otras palabras, la posesión de una mercancía de alto valor de cambio, nulo valor de uso; inservible, pero decorativa.

Tras la revolución burguesa de 1789, el artista se vio arrojado al mercado, tal como el resto de los artesanos (en progresiva proletarización); ahora con una libertad que realizar, pero lanzado al reino de la mercancía, en el que sus antiguos clientes cautivos (reyes, nobles, monasterios, iglesias, palacios, salones) ahora son quienes ponen los precios. Porque la nueva mentalidad exigió un mercado del arte, que separó a los artistas de su obra, mitificó al “genio” y la “obra maestra”, elitizó el acceso y producción de arte, alejó progresivamente a la clase embrutecida en largas jornadas de trabajo de las discusiones en torno a él, alimentó las apariencias y se coronó como la más siniestra de las mercancías hasta nuestros días.

Simplificando, en este escenario al artista le quedaban dos caminos: convertirse en el actual artista de becas y subvenciones del poder, la caricatura del artista “crítico” y profesional o, en el marco de la relativa autonomía, independencia y originalidad del desarrollo artístico, llegar a la conclusión de que es hora de cambiar la vida, más allá de lo estrictamente estético e integrar sus investigaciones a la lucha del proletariado por la destrucción de la sociedad de clases, es decir, integrarse a la crítica unitaria de las condiciones de vida, transformar el mundo, cuestionando la propia significación de la actividad artística y la de los contemporáneos, y las condiciones de la vida, en general.

Y no es que creamos que los/as artistas son una lacra. Es un sistema que los/as controla de manera objetiva y subjetiva, mimándolos y disociándolos del conjunto social, el que los hace no llevar la crítica hasta la raíz. A pesar de eso, sabemos que la complacencia frívola y el éxito (Warhol, el trivial mercader por excelencia, como ícono), motivan la reproducción del modelo de vida y la integración y recuperación de los posibles “revoltosos” al engranaje.

Las vanguardias históricas, especialmente el futurismo, dada y el surrealismo, fueron potentes gestos negadores de la triste historia garabateada más arriba, pero más triste resulta ver convertida hoy su lucha en una mercancía más, en decoración de museos, en vestigios de un asalto nunca perpetrado con éxito. ¿Qué pensaría el fantasma de Breton sobrevolando la galería Sotheby’s en 2008, cuando se pagaron 3,2 millones de euros por nueve de sus manuscritos? Las vanguardias idearon y difundieron nuevos valores subversivos, pero fueron rápidamente trivializados por el poder dominante. La clave estuvo en lo mismo: esterilizar los descubrimientos al separarlos de la investigación global y de la crítica total. El mecanismo comercial y la especialización alejaron estos elementos del proletariado, evitando así la comprensión y utilización de estos gestos potencialmente revolucionarios por parte del movimiento obrero. Luego de esto, la mayoría de los artistas han optado por la primera de las opciones anteriormente enunciadas.

Las vanguardias nos dieron la posibilidad de negarlo todo y recomenzar. Hoy los artistas ni siquiera niegan, tan solo buscan y describen la miseria que encuentran o entregan elementos para una evasión colorida. Una crítica que se aísle del todo antagónico, que no entregue posibilidades, que hoy no pueden ser sino radicales, es reaccionaria. En el actual estado de descomposición del arte, nada mejor que enterrar el cadáver mil veces ultrajado: la crítica radical del mismo y del mundo como la mejor obra de arte, el comienzo de la obra de arte total.

¿Qué podría parecernos más bello que la propagación e intensificación del incendio y el derrumbe de las condiciones actuales de sobrevivencia humana?

Titulo original "Miserias de la industria cultural". Extraído de la revista Comunismo Difuso 2&3.

viernes, diciembre 7

Grupos de afinidad en la región chilena: una mirada desde la historia

Ya en un artículo aparecido en El Surco n° 32 (metiendoruido.com/2012/02/a-crear-grupos-de-afinidad-ligera-invitacion/) Manuel de la tierra nos sugería respecto de los grupos de afinidad y su importancia en el actual contexto de lucha. Ahora, cuando parecen germinar una serie de iniciativas y voluntades individuales que se identifican con las ideas libertarias, no viene demás este tipo de reflexiones, ya que la base para la generación de propaganda y cultura alternativa debe partir de la voluntad misma de los individuos conscientes, aquellos que no esperan nada de nadie, y que simplemente hacen…

La presente reseña, se adhiere a aquellas reflexiones y aporta una visión histórica de la importancia de los grupos de afinidad para la generación y diversificación de las iniciativas de sociabilidad, cultura y propaganda anarquista durante sus primeros años en Chile.

En tiempos de los viejos anarcos, veíamos un movimiento sindical fuerte, que de la mano del anarcosindicalismo, se planteaba la destrucción de los cimientos fundamentales de la sociedad capitalista. Muchos anarquistas, que se organizaban en sindicatos (y eran los impulsores del movimiento social, los llamados “agitadores” o “subversivos”), eran también los que previamente (y paralelamente) estaban permanentemente organizados en Grupos de Afinidad, siendo el grupo, el que planificaba la propaganda, la forma de llevarla a las masas (a los sindicatos o sociedades de resistencia, o mancomunales, o ámbitos barriales, etc), creaba instancias de sociabilidad, etc… Los grupos, en definitiva, debían ser -según un artículo de Tribuna Libertaria- “el nervio de la propaganda ideológica y la vanguardia de la organización libertaria” (2)

Por lo general, los grupos comenzaban su actividad como pequeños núcleos con claros fines ideológicos, realizando actividades concretas, ya fuera realizando estudios sociales (generalmente análisis de las obras de los pensadores anarquistas, como el Grupo de Estudios Sociales Miguel Bakunin, hacia 1902 en Santiago), editando folletos o periódicos, organizando conferencias sociales (caso del Grupo Rebelión de Escobar y Carvallo, Espinosa y Olea, hacia 1898) veladas culturales, etc. Buen ejemplo al respecto, lo encontramos en el Grupo Regeneración (1901-1903), el cual nació principalmente de iniciativa de un grupo de obreros tipógrafos que se reunían en el cuarto de uno de ellos (Agustín Saavedra), en principio a estudiar las obras de sociología y comentarlas. Esta actividad debía ser la base de una `progresiva autoformación de sus miembros. “Nos juntábamos varias noches en la semana, después de la diaria labor por el salario, hasta una docena de amigos de la Idea, a tomar lecciones de diversas asignaturas, bajo la acción de un profesor pagado por nosotros mismos; a cambiar opiniones sobre táctica, a charlar, a leer en común i también a ejercitarnos en algunos juegos de desarrollo físico”. (3)

Sin embargo, a partir de estas lecturas y autoformación de sus miembros, la cuestión era extender aquellas ideas, y para ello el grupo se organizaría para reunir fondos –a través de veladas, rifas, etc.- para editar una hoja de propaganda, llamada luego La Ajitación, hoja que llegaría a los ámbitos obreros, iniciando una campaña en los sindicatos y sociedades mutuales. A partir de entonces, el grupo sería invadido de actividades comenzando un trabajo más diverso.

 Era entonces, el grupo el núcleo central para la germinación de las ideas. Según distintos autores, la “expresión viva de la propaganda anarquista”, la “quintaesencia de lo libertario” (4), las “células básicas de la estructura organizativa anarquista”. (5). Podía morir el sindicato (sociedad de resistencia), ser aniquilada por la fuerza represiva del Estado…pero el grupo podía continuar, siendo difícil aprehender por parte de la autoridad…
 En la base de las distintas estrategias de propaganda, iniciativas culturales y asociatividad libertaria, estaban los círculos o grupos de afinidad. De la iniciativa, voluntad y acción de los grupos, se daba pie a gran parte de la construcción asociativa específica del anarquismo, es decir, desde la constitución de un informal grupo de afinidad que realizara propaganda vía conferencia o edición de folletos, hasta aquellos –más formales- que lograban organizar algún centro de estudios sociales o una Casa del Pueblo, o aquellas iniciativas vinculadas al mundo de la cultura y la educación como eran los casos de los ateneos obreros, las universidades populares, los centros instructivos o las escuelas racionalistas.

Algunas características de funcionamiento de dichos grupos bien nos pueden orientar respecto de su eficacia al momento de encarar las olas represivas, permitiendo la continuidad de la propaganda: Reducido número de miembros (2 o 3 integrantes); Carencia de marcos internos formales permanentes (no existían estatutos, ni horarios preestablecidos de reunión, ni ninguna carta de regulación al respecto); Carencia de una estructura jerárquica (no existía líder o presidente, sólo a veces un secretario, que tampoco era permanente); Descentralización en el espacio (funcionaban de manera descentralizada en el espacio, no tenían necesariamente un punto fijo de reunión y concebían la militancia como una actividad dispersa en el espacio, lo que les dio agilidad y eficacia); Autofinanciamiento (de nadie recibían dinero, ni tampoco les interesaba recibirlo. Por tanto, se autofinanciaban, y lo podían hacer de diversas formas: desde un asalto a un banco hasta la organización de algún beneficio o velada para así reunir los fondos necesarios); Autonomía (cada grupo se fijaba sus propios objetivos, y las acciones a seguir); Clandestinidad (a diferencia de las demás entidades obreras o culturales -que solicitaban al Estado personalidad jurídica-, estos grupos, de ningún modo realizarían tal acto, viéndolo como totalmente contradictorio con lo que se quería propagar).

Los grupos de afinidad o círculos constituyen una fórmula acorde con el pensamiento anarquista, que buscaba dar la mayor libertad al individuo, pero a la vez, construir espacios de sociabilidad y cultura que posibilitaran la propaganda, la instrucción y formación de militantes y simpatizantes. Ambos factores parecen cumplirse a cabalidad a través de los grupos de afinidad. Los anarquistas, de acuerdo a estos postulados, se opusieron a las fórmulas de partido, que se basaban en esta delegación de la soberanía individual. Se trataba de una forma de organización que proliferaba teniendo base el individuo, -tal cual señala Christián Ferrer- el desarrollo y potenciación de la soberanía personal. (6) Tal cual señalara el anarquista Víctor Yáñez hacia 1923: “Las agrupaciones de afinidad son el terreno propicio para el desenvolvimiento de la personalidad humana, la carencia absoluta de moldes y cánones reglamentarios que cohíben y deforman el libre juego de las propias iniciativas, es un hecho elocuente que robustece el aserto de la superación individual… La personalidad es algo sagrado para el anarquista; nada justifica su estancamiento ni su deformación, a nada pospone su augusta integridad” (7) Así, los grupos de afinidad podían formarse a partir de iniciativas diversas, como diversas eran las personalidades.

Siendo portadora de tales características es natural que esta forma de organización, también presente una serie de inconvenientes para el desarrollo de la propaganda misma. Como sabemos muchos grupos duraban muy poco y se disolvían en razón de fuertes personalismos. Otros se encontraron luchando solos, reclamando falta de apoyo de los “compañeros”, razón por la cual también se llamaba a “coordinar” la acción para tener una mayor incidencia en la sociedad. Coordinación que se lograba magramente y de forma sólo ocasional, siendo esta falencia –producto de un fuerte autonomismo- uno de los escollos fundamentales de esta forma organizativa. (8)

Debemos tener bien presente esta modalidad de organización para el actual contexto, con sus aciertos y desaciertos. Veíamos que fue a través de los grupos que los anarquistas lograron incidir en la sociedad a principios del siglo XX. Hoy, cuando toda estructura organizativa parece ser corroída o aniquilada por el poder, seguirán siendo la acción de los grupos la que en definitiva mantenga vigentes las prácticas anarquistas. Esa acción muchas veces subterránea, pero llena de vitalidad interior, que anticipa una sociedad futura, y que ataca en los momentos menos pensados al poder, esa acción seguirá vigente mientras existan esos quijotes que cual faro se imponen en medio de la niebla mas espesa.
 
Notas.

1. Buena parte de los que Aquí se expone han sido extraídos del libro Los Subversivos. Las Maquinaciones del poder. “república” de chile, 1920., texto impreso y hecho circular por Ignotus, y reditado por Quimantu, 2012. También en tesis Magister en Historia de Manuel Lagos Mieres: , ’Viva la Anarquía’: Sociabilidad, vida y prácticas culturales anarquistas. Santiago, Valparaíso, 1890-1927, USACH, 2009.
2. Tribuna Libertaria, n° 20, 2° 15° de marzo de 1925: “De los problemas nuestros. Agrupaciones de Afinidad”; n° 7, 1° 15° noviembre 1923: Vida descentralizada
3. Ver Manuel Lagos Mieres, op. Cit. Cap Sociabilidad
4. Eva Golluscio de Montoya, Círculos anarquistas y circuitos contraculturales en la Argentina del 1900, en Caravelle, n° 46, Toulouse, 1986, p. 53
5. Susana Tavera y Eric Ucelay-Da Cal: Grupos de afinidad, disciplina bélica y periodismo libertario, 1936-38, en Historia Contemporánea, nª 9, 1993, pp. 167-168
6. Christián Ferrer, Átomos Sueltos. Vidas refractarias, en Cabezas de Tormenta, ensayos de lo ingobernable, Buenos Aires, Anarres, 2004
7. Claridad, 26 de mayo de 1923; ver Lagos Mieres, op.cit.
8. Ver Manuel Lagos Mieres, op. Cit. Cap Sociabilidad.

 

Escrito por Ignotus

Extraido de Periódico anarquista el Surco

martes, diciembre 4

Artistas y anarquistas...

ARRIBA: Plaza del Teatro Francés por Pissarro, el pintor impresionista
que tuvo que exiliarse por sus ideas después de la Comuna de París.
ABAJO:
El puerto de Portrieux por Paul Signac, otro artista que luchó
como anarquista contra las «convenciones burguesas y oficiales».
 
 Algunos, sin duda, fueron cerrados de espíritu y muchos fueron dogmáticos en ciertos aspectos, pero en general fueron de ideas abiertas, no sólo en el campo social y político, sino también en el reino de las artes. No se trata de que los anarquistas produjeran un estilo propio de literatura, ni de que fueran grandes pintores, escritores o críticos, pero su devoción a la libertad les acercó a los artistas creativos que estaban intentando liberarse de la ortodoxia y la tradición. Particularmente, en Francia, es difícil discernir dónde acaba la libertad y dónde comienza la anarquía.

Camille Pissarro fue un artista que empañó esta distinción. Notable pintor impresionista, creó paisajes en los que las figuras de campesinos se funden con el fondo en un mundo rústico compuesto por luz, sombra y color, y encontró críticas desfavorables. La mayoría de los críticos saludo al impresionismo con burlas, y el hecho de que Pissarro fuera también de ideas anarquistas y tuviera que exiliarse por un tiempo después de la Comuna de París, confirmó, a los ojos de los críticos, las sospechas sobre su arte. Hacia 1890 empezó a aceptarse el impresionismo y los cuadros de Pissarro compartieron este cambio de fortuna, pero él continuó haciendo apuntes y dibujos para las publicaciones anarquistas y escribió sobre La Conquista del pan de Kropotkin: «Confieso que si es una utopía, de todas maneras es un bello sueño.»

Paul Signac fue otro famoso pintor francés anarquista que inició la experiencia postimpresionista de construir sus cuadros con minúsculos puntos de color que el ojo a distancia combinaba en figuras y objetos. Creía que en la nueva sociedad que los anarquistas preparaban, el hombre corriente, el obrero, tendría tiempo y capacidad para apreciar todas las manifestaciones del arte, y definía al pintor anarquista como el que lucha «con toda su individualidad con su esfuerzo personal, contra las convenciones burguesas y oficiales».
 
En las revistas anarquistas fundadas por Jean Grave, especialmente en La Révolte, estos dos artistas y muchos otros literatos y artistas de la época, como el poeta Mallarmé, el pintor Van Dongen y el escritor Alphonse Daudet estaban representados por dibujos, poemas o artículos. Muchos de ellos eran sólo colaboradores ocasionales y estaban lejos de simpatizar con cualquier clase de anarquismo, pero se sentían identificados en la libertad que los anarquistas pedían para cada individuo.
Mujer entre columnas por Kees Van Dongen. Otra muestra de arte vanguardista, influenciado por las teorías que reclamaban para el arte un papel de crítica social.
 
 En Inglaterra esta libertad anarquista ganó el entusiasmo de Oscar Wilde que firmó una petición a favor de los anarquistas de Chicago, abogó por la abolición de la propiedad para liberar al individuo, y en su libro The Soul of Man under Socialism expuso la idea de que artistas y anarquistas coinciden en su petición de un individualismo absoluto. Wilde manifestó extensamente esta conjunción con sus trajes, su conducta y su homosexualidad, por la cual fue legalmente penado y socialmente marginado. Tenía, por tanto, todos los motivos personales y artísticos para luchar por la libertad del individuo.

Sin embargo, Wilde no obtuvo la aprobación de todos los círculos anarquistas, ya que su preocupación fundamental era el arte y los artistas y no apoyó la opinión de que el arte debe tener una finalidad social. Por este motivo, sus obras teatrales no fueron incluidas por Emma Goldman en un estudio del drama contemporáneo en el cual señaló ciertas obras como poderosas propagadoras del pensamiento radical. Su admiración se dirigió en particular a Henrik Ibsen: «Ibsen, el enemigo supremo de toda vergüenza social, ha arrancado el velo de la hipocresía de su faz.» Escribió sobre El enemigo del pueblo: «En este drama Ibsen celebra los últimos ritos funerarios de un sistema social podrido y moribundo. De sus cenizas se eleva el individuo regenerado, el rebelde absoluto y valiente.» El «rebelde» es el Doctor Stockman, que decide revelar su descubrimiento de que los baños públicos de la ciudad están construidos sobre una ciénaga y son perjudiciales para la salud. Los intereses económicos, los prejuicios y el orgullo de la provincia se reúnen contra él y le dejan solo. En palabras de Emma Goldman, encuentra que sus enemigos son una «mayoría compacta», lo bastante sin escrúpulos para querer erigir la prosperidad de la ciudad «sobre un cenagal de mentiras y fraudes». Nunca podremos apreciar suficientemente el valor de esta obra así como el de Espíritus, que «ha sido como la explosión de una bomba que ha hecho temblar la estructura en sus cimientos».

Sus alabanzas, en términos anarquistas, se dirigen también a los dramaturgos alemanes Gerhardt Hauptmann y Frank Wedekind así como a Bernard Shaw y John Galsworthy, este último por Strife (Disputa), a la que considera la obra sobre el trabajo más importante después de Die Weber (Los Tejedores) de Hauptmann. Estas valoraciones vuelven sobre la larga tradición anarquista representada por Proudhon de que el arte y la literatura deben tener una finalidad social y, aunque Emma Goldman no era insensible al mérito artístico, prefería abiertamente la literatura que promovía la libertad social e individual.
El cortejo fúnebre por George Grosz. Los horrores de la I Guerra Mundial y sus consecuencias forzaron a un número cada vez mayor de artistas a tomar partido por la reforma social.
 
 Evocar esta libertad fue uno de los propósitos del celebrado director de cine Jean Vigo, que tenía 12 años cuando su padre, el anarquista Miguel Almereyda, fue encontrado estrangulado en la celda de una prisión en 1917. Almereyda había sido antimilitarista activo antes de la guerra y durante ésta se hizo cada vez más pacifista. Hacia la mitad de la guerra su situación social cambió, empezó a tener dinero, mientras que antes había vivido en la pura pobreza. ¿Fue un traidor? ¿Había recibido dinero alemán por sus escritos pacifistas? ¿Fue estrangulado en una cárcel francesa por este motivo? No se sabe, pero el joven Jean Vigo creyó que su padre había sido un pobre anarquista y revolucionario y él heredo la mayoría de sus ideas del ambiente anarquista francés en el que Almereyda había sido una figura tan destacada. En 1930 su film sobre Niza (À propos de Nice) expresaba las ideas anarquistas sobre la desigualdad. Comparaba la vida de los ricos y los cuerpos sanos y satisfechos de los veraneantes tostados por el sol con los cuerpos desnutridos, deformados, de los muchachos de las barracas, y en la vigorosa película Zéro de Conduite (Cero en conducta) presentaba una revolución de colegiales contra la rigidez de las autoridades escolares. Era una afirmación explícitamente anarquista para la cual Vigo se sirvió de sus amigos anarquistas como actores. Fue inmediatamente proscrita por las autoridades francesas. Ha sido reconocida como un tour de force técnico y es la fuente inspiradora y el precedente de la película de Lindsay Anderson If que estudia la autoridad y la rebelión en una public school inglesa.

Vigo manifestó sobre À propos de Nice: «Exhibiendo la atmósfera de Niza y las clases de vida llevadas en ella y, ciertamente en todas partes, el film… (ilustra) los últimos extremos de una sociedad cuya negligencia de sus responsabilidades te indigna y te conduce a soluciones revolucionarias.» Sus propias quedan oscurecidas, pues murió a los 29 años después de acabar su segunda gran película L’Atalante, que tiene como tema central una relación amorosa tiernamente realizada, mientras que la crítica social se logra con incisos que sacan a la luz la miseria de los obreros sin trabajo de París.

Vigo puede ser considerado un vigoroso expositor del mundo de su padre, de los círculos anarquistas de la preguerra en Europa y América, que no sólo discutían la revolución y la propaganda inflamada, sino la filosofía, la poesía y el arte de su tiempo. Por modesta que sea, forma parte de la explosión cultural que a principios de siglo consideró la libertad y la prueba como sus instrumentos para liberar nuevas formas, métodos e ideas creadoras.

El anarquismo no fue el único credo de la libertad y para muchos contemporáneos su faceta destructora fue el completo reverso de la libertad, pero sin este aspecto de innovación creadora habría faltado en la historia del anarquismo una de sus dimensiones vitales.
 
Los anarquistas. Asombro del mundo de su tiempo,
Capítulo IV: «Libertad y anarquía» (1970).
 
 Escena de la última película de Vigo L’Atalante en la cual una
tierna
historia de amor se entrelaza con duras críticas sociales.
 
Por H. RODERICK KEDWARD
 

sábado, diciembre 1

Las estatuas también mueren

"Cuando los hombres están muertos, entran en la historia. Cuando las estatuas están muertas, entran en el arte. Esta botánica de la muerte, es lo que nosotros llamamos la cultura." Así comienza este controvertido documental que cuestiona las diferencias entre el arte africano y el arte occidental, pero sobre todo la relación de Occidente con ese arte. Un ensayo sobre la escultura africana permite a Chris Marker y Alain Resnais denunciar el colonialismo francés, el racismo y el declive de un arte que, por culpa de la demanda de los coleccionistas europeos, se convirtió en una artesanía sometida a exigencias comerciales.