Cuando la multitud hoy muda, resuene como océano.

Louise Michel. 1871

¿Quién eres tú, muchacha sugestiva como el misterio y salvaje como el instinto?

Soy la anarquía


Émile Armand

martes, diciembre 31

Ni intelectualismo ni estupidez

En la lucha contra la dominación y la explotación, cada individuo necesita coger todo instrumento que pueda hacer suyo, toda arma que pueda usar autónomamente para atacar esta sociedad y recobrar su vida.

Por supuesto, los instrumentos que los individuos particulares pueden usar en este camino variarán dependiendo de sus circunstancias, deseos, capacidades y aspiraciones, pero considerando los obstáculos a los que nos enfrentamos, es ridículo rechazar un arma que pueda usarse sin comprometer la autonomía, basándose en concepciones ideológicas.

El desarrollo de la civilización en la que vivimos con sus instituciones de dominación está basado en la división del trabajo, el proceso por el cual las actividades necesarias para vivir son transformadas en roles especializados para la reproducción de la sociedad. Tal especialización sirve para socavar la autonomía y reforzar la autoridad porque le arrebata ciertos instrumentos -ciertos aspectos de un individuo completo- a la gran mayoría, y los coloca en las manos de un@s poc@s llamad@s expert@s.

Una de las especializaciones más fundamentales es la que creó el rol del intelectual, el especialista en el uso de la inteligencia. Pero el intelectual no está definido tanto por la inteligencia como por la educación. En esta era de capitalismo industrial/alta tecnología, a la clase dominante le resulta de poca utilidad el pleno desarrollo y ejercicio de la inteligencia. En su lugar requiere la especialización, la separación del conocimiento en estrechos campos conectados solo por su sometimiento a la lógica del orden dominante-la lógica del beneficio y el poder. De esta forma, la “inteligencia” del intelectual es una inteligencia deformada y fragmentada con casi ninguna capacidad de hacer conexiones, entender relaciones o comprender (sin hablar de desafiar) totalidades.

La especialización que crea al intelectual es de hecho parte del proceso de estupefacción que el orden dominante impone a quienes son dominad@s. Para el intelectual, el conocimiento no es la capacidad cualitativa de entender, analizar y razonar sobre la propia experiencia o de hacer uso de los esfuerzos de otr@s para alcanzar tal comprensión.

El conocimiento de los intelectuales está completamente desconectado de la sabiduría, que es considerada un extraño anacronismo. Más bien, es la capacidad de recordar hechos inconexos, trozos de información, lo que ha llegado a ser visto como “conocimiento”. Solo semejante degradación del concepto de inteligencia podría permitir a la gente hablar de la posibilidad de “inteligencia artificial” en relación a esas unidades de almacenamiento y examen continuo de información que llamamos ordenadores.

Si entendemos que el intelectualismo es la degradación de la inteligencia, entonces podemos reconocer que la lucha contra el intelectualismo no consiste en el rechazo a las capacidades de la mente, sino más bien en el rechazo a un especialización deformadora.

Históricamente, los movimientos radicales han proporcionado muchos ejemplos de esta lucha en la práctica. Renzo Novatore era el hijo de un campesino que solo asistió a la escuela seis meses. Sin embargo estudió las obras de Nietzsche, Stirner, Marx, Hegel, los antiguos filósofos, historiadores y poetas, todos los escritores anarquistas y aquellos que participaban en los diversos movimientos artísticos y literarios incipientes de su tiempo. Fue participante activo en los debates anarquistas sobre teoría y práctica además de los debates en los movimientos artísticos radicales. E hizo todo esto en el contexto de un intensa y activa práctica insurreccional. En un tono similar, Bartolemeo Vanzetti, que empezó trabajando como aprendiz en su temprana adolescencia a menudo durante largas horas, describe en su breve autobiografía cómo pasaba una buena parte de sus noches leyendo filosofía, historia, teoría radical, etc. con el fin de obtener estas herramientas que la clase dominante le negaría. Fue su afán por adquirir los instrumentos de la mente lo que le llevó a su perspectiva anarquista. A finales del siglo 19 en Florida, l@s trabajador@s fabricantes de cigarros obligaron a sus patronos a contratar lectores para leerles mientras trabajaban. Estos lectores leían las obras de Bakunin, Marx y otros teóricos radicales a l@s trabajador@s, que discutían luego lo leído. Y a principios del siglo 20, vagabundos radicales y sus amigos establecerían “colegios vagabundos” donde una amplia variedad de ordadores daba charlas sobre cuestiones sociales, filosofía, teoría y práctica revolucionaria, incluso ciencia e historia, y los vagabundos discutían sobre ello. En cada uno de estos casos vemos el rechazo de l@s explotad@s a dejar que les fueran arrebatados los instrumentos de la inteligencia. Y tal como lo veo, esta es precisamente la naturaleza de una lucha real contra el intelectualismo. No es una glorificación de la ignorancia, sino un rechazo desafiante a ser desposeído de la propia capacidad de aprender, pensar y comprender.

La degradación de la inteligencia que crea el intelectualismo se corresponde con una degradación de la capacidad de razonar que se manifiesta en el desarrollo del racionalismo. El racionalismo es la ideología que sostiene que el conocimiento sólo proviene de la razón.

De esta manera, la razón está separada de la experiencia, de la pasión y por tanto de la vida. La formulación teórica de esta separación se puede remontar a la filosofía de la Antigua Grecia. Ya en este antiguo imperio comercial, los filósofos proclamaban la necesidad de subyugar los deseos y pasiones a una razón fría y desapasionada. Por supuesto, esta fría razón promovía la moderación – en otras palabras, la aceptación de lo que existe.

Desde ese momento (y probablemente mucho antes desde que hubo estados e imperios desarrollados en Persia, China e India cuando Grecia aún consistía en ciudades-estado enfrentadas), el racionalismo ha desempeñado un papel fundamental en reforzar la dominación. Desde el surgimiento del orden social capitalista, el proceso de se ha ido extendiendo a todas las sociedad por todo el globo. Es por tanto comprensible que algun@s anarquistas lleguen a oponerse a la racionalidad.

Pero esta es una simple reacción. Al examinarla de cerca, queda claro que la racionalización impuesta por quienes tienen el poder es de un tipo específico. Es la racionalidad cuantitativa de la economía, la racionalidad de la identidad y la medición, la racionalidad que simultáneamente equipara y atomiza todas las cosas y seres, no reconociendo más relaciones que las del mercado. Y al igual que el intelectualismo es una deformación de la inteligencia, esta racionalidad cuantitativa es una deformación de la razón, porque es razón separada de la vida, una razón basada en la Reificación.

Mientras que quienes dominan imponen esta racionalidad deformada en las relaciones sociales, promueven la irracionalidad entre aquell@s a quienes explotan. En los periódicos y revistas, en la television, en los videojuegos, en las películas,… a través de los mass media, podemos ver como la religión, la superstición, la creencia en lo indemostrable y la esperanza en, o el temor a, el llamado ser sobrenatural se imponen y el escepticismo es tratado como un rechazo frío y desapasionado de lo maravilloso. Beneficia a la clase dominante que aquell@s a l@s que explota sean ignorantes, con una limitada y decreciente capacidad de comunicarse un@s con otr@s sobre cualquier cosa significativa o de analizar su situación, las relaciones socials en las que se encuentran y los acontecimientos que ocurren en el mundo.

El proceso de estupefacción afecta a la memoria, el lenguaje y la capacidad para entender las relaciones entre personas, cosas y acontecimientos en un nivel profundo, y este proceso penetra también en aquellas áreas consideradas intelectuales. La incapacidad de los teóricos post-modernos de comprender toda totalidad se puede ubicar fácilmente en esta deformación de la inteligencia.
No es suficiente oponerse a la racionalidad deformada impuesta por esta sociedad; debemos también oponernos a la estupefacción e irracionalidad impuestas por la clase dominante sobre el resto de nosotr@s. Esta lucha requiere la reapropiación de nuestra capacidad de pensar, de razonar, de analizar nuestras circunstancias y comunicar sus complejidades. También requiere que integremos esta capacidad en la totalidad de nuestras vidas, nuestras pasiones, nuestros deseos y nuestros sueños.

Los filósofos de la antigua Grecia mentían. Y l@s ideólog@s que producen las ideas que mantienen la dominación y la explotación han continuado contando la misma mentira: que lo contrario a la inteligencia es la pasión. Esta mentira ha desempeñado un papel esencial en el mantenimiento de la dominación. Ha creado una inteligencia deformada que depende de la racionalidad económica, cuantitativa, y ha reducida la capacidad de la mayoría de l@s explotad@s y excluíd@s de entender su condición y luchar inteligentemente contra ella. Pero, de hecho, lo contrario a la pasión no es la inteligencia, sino la indiferencia, y lo contrario a la iteligencia no es la pasión, sino la estupidez.

Dado que quiero sinceramente acabar con toda dominación y explotación y empezar a abrir las posibilidades para crear un mundo donde no haya ni explotad@s ni explotador@s, ni esclav@s ni am@s, elijo aprovechar toda mi inteligencia apasionadamente, usando toda arma mental -junto con las físicas- para atacar al presente orden social. No pido disculpas por esto, ni me dirigiré a aquell@s que por pereza o por la concepción ideológica de los límites intelectuales de las clases explotadas rechazan usar su inteligencia. No es sólo un proyecto anarquista revolucionario lo que está en juego en esta lucha; es mi realización como individuo y la plenitud de la vida que deseo.

Willful Disobedience Vol. 2, No. 11.
http://www.reocities.com/kk_abacus/vbutterfly.html

Traducción Palabras de Guerra
http://flag.blackened.net/pdg

sábado, diciembre 28

Contra la educación del capital

El sistema capitalista, así como sistemas anteriores, ha usado desde siempre la “educación”para sus propios fines. El sistema de enseñanza, sea público o privado; religioso o laico ha sido siempre una herramienta más en el adoctrinamiento de el proletariado, destinada únicamente a su propio beneficio.
No vamos a defender una educación alienante que destruye cualquier atisbo de creatividad y lo aprovecha para sus intereses de producción de mercancías, explotando las habilidades físicas o intelectuales al servicio de la cadena de montaje capitalista y formando mano de obra lo más productiva posible. No vamos a defender la “educación pública de calidad”, cuya misión es convertirnos en buenas ciudadanas que no se cuestionen este sistema de muerte, metiéndonos a martillazos su ideología desde bien pequeñas. Una educación que tiene por misión convertirnos en pasivas espectadoras de la historia de este mundo de mierda, destruyendo la conciencia crítica y fomentando la imbecilidad, el pensar lo mínimo posible y esforzarse lo máximo posible en memorizar y aceptar como naturales las relaciones sociales que crea el capitalismo, adoctrinándonos desde el principio de nuestras miserables vidas y haciéndonos interiorizar la competitividad, el pasar por encima de quien sea y dejando claro que la vida humana no es nada comparado con cualquiera de sus mercancías; castigando y reprimiendo, de la forma más clara a la más sutil, cualquier conducta “antisocial” que se salga del redil.
Las dicotomías pública-privada , religiosa-laica no existen más allá de la mente de las funcionarias del sistema. No vamos a defender bajo ningún concepto la religión, pero tampoco se nos ocurriría clamar contra la religión en las escuelas sin combatir la única religión, la monoteísta religión laica del capitalismo, cuyo único dios es la mercancía.
Pública o privada, laica o religiosa, la única educación es la que nos impone este sistema de muerte para sus propios fines.
¿Educación de calidad es encerrar desde la más tierna infancia a niñas en aulas en las que representar los valores del capital lavándoles el cerebro con su ideología mercantil? Pues bien, nosotras también queremos acabar con la educación de calidad.
Queremos aclarar que puesto que nos imponen formarnos para mejor vendernos en el mercado laboral, es necesario luchar contra los recortes que ahogan económicamente a las familias de los proletarios que estudian, exigir mejores becas o al menos que no empeoren las que hay. Aunque es necesario ir mas allá, puesto que si únicamente reclamamos esto solo reclamaremos la posibilidad de ser esclavos mejor formados, algo que de todas formas ahora mismo da igual, pues por mas que nos hayan metido en la cabeza que hay que estudiar una carrera para acceder a mejores puestos de trabajo, la mayoría vamos a engrosar las filas de la cola del paro.
Ni que decir tiene que apoyamos a cualquiera que luche por defender su forma de subsistir y sobrevivir en este sistema, lo que no podemos apoyar es la separación que fomenta el sindicalismo, tanto mayoritario como minoritario, entre sectores laborales, con el único fin de crear cordones sanitarios en los sectores en lucha y aislar al resto del proletariado, en iguales o peores condiciones.
La vieja táctica sindical del “divide y vencerás” se nos impone.
Estudiantes, trabajadoras de la enseñanza, de tal o cual empresa o sector, paradas, etc… todos somos el proletariado, todos tenemos los mismos intereses, pero nos sacan a pasear separadas, cada una con sus reivindicaciones particulares, haciendo que nos identifiquemos por las etiquetas que ellos nos han impuesto, nos organizan según nuestro puesto en la producción capitalista.
Aislar al proletariado de esta forma consigue que no nos constituyamos como una sola clase con un mismo interés.
De nada sirve organizarse por sectores laborales o no laborales si hoy eres trabajadora de la enseñanza y mañana puedes estar en el paro, o ser estudiante de derecho para mañana servir copas en un bar. Separándonos de esta forma, el sindicalismo y demás estructuras del capital hacen de primer dique de contención para evitar que nos unamos como una sola clase contra nuestro único enemigo, que no es tal o cual gobierno, tal o cual reforma laboral o de la educación, tal o cual empresaria, sino un sistema que nos roba la vida y que nos impide realizarnos como seres humanos.
Es ese aislamiento la misión que cumple el sindicalismo como instrumento represivo al servicio del capitalismo. Si este no funciona, vendrán la policía o el ejercito si es necesario.
Organizarnos de forma autónoma contra las condiciones de vida que nos imponen y salvando los obstáculos que nos ponen en el camino el capital y sus lacayos, luchando por no caer una vez más en las mismas derrotas, de las que parece que no queremos aprender, impulsando la ruptura con todos ellos es la única froma de comenzar una lucha por tomar el control de nuestras vidas, imponiendo nuestras necesidades por encima de las de la economía

CONTRA LA EDUCACIÓN DEL CAPITAL
CONTRA EL AISLAMIENTO DEL PROLETARIADO
CONTRA EL CAPITALISMO, SUS DEFENSORES Y SUS FALSOS CRÍTICOS
POR LA AUTONOMÍA DEL PROLETARIADO.
POR EL COMUNISMO. POR LA ANARQUÍA
 
Coordinadora Anticapitalista Asturies
Vertedero asturiano. Octubre de 2013
luchacoordinada@gmail.com
http://www.coordinadoraanticapitalista.wordpress.com

miércoles, diciembre 25

El ateísmo en el pensamiento antiautoritario

Realizamos un somero repaso al ateísmo moderno, vinculado inevitablemente con la tradición antiautoritaria. Desde las sorprendentes memorias del párroco Meslier hasta la apuesta radical por el conocimiento de un Bertrand Russell, pasando por los anarquistas, incapaces de compatibilizar a Dios con la emancipación humana, o por un Stirner, que no concibe a ninguna abstracción que doblegue al individuo, tenga el nombre que tenga.

Michel Onfray considera que la historia del ateísmo moderno empieza verdaderamente con la peculiar figura de Jean Meslier (1664-1729). Al poco de su fallecimiento, y después de una vida dedicada al sacerdocio, se encontró un manuscrito impresionante en el que Meslier mostraba un materialismo ateo y una crítica feroz a la moral cristiana, y religiosa en general, que le acaba conduciendo a la cuestión social y política. Hay que recordar que esta obra de Meslier, llamada Memoria contra la religión, sería difundida por Voltaire, aunque desprendida de sus elementos más filosóficos y sociopolíticos, permaneciendo únicamente la visión más anticlerical. No sería hasta finales del siglo XIX que vería la luz la versión completa de una obra radical, tremendamente devastadora respecto a la religión y cualquier creencia sobrenatural, en la que Meslier asocia el ateísmo con una república libre e igualitaria.

Max Stirner, autor de la espectacular El único y su propiedad, realiza una severa crítica a ese ateísmo que pretende sustituir a Dios por una supuesta divinidad inmanente al hombre. Para el filósofo alemán, lo sagrado es algo ajeno al individuo, al yo, y es por eso que resulta inconcebible que la absurda idea divina adopte en nuevas épocas otra más popular y atractiva como puede ser la de humanidad o la de "todos los hombres". Así, Stirner critica la subordinación del individuo concreto a abstracciones que esconden la idea divina y la dependencia de "algo superior"; todo el edificio filosófico estirneriano se esfuerza en demoler cualquier tipo de obsesión idealista, la cual llega a identificarse con una enfermedad mental, y denuncia toda idea inmutable, estrechamente vinculada a lo sacro, que no esté sometida al escalpelo de la crítica. En definitiva, el ateísmo auténtico para Stirner sería negar, no únicamente a Dios, también a cualquier idea sacralizada; ello se hace en nombre de lo que considera la verdadera realidad y el auténtico valor: el individuo. Éste, el yo, el "único", no puede ser esclavizado por ninguna idea abstracta, ya que funda su causa sobre sí mismo. Resulta lógico que Stirner haya sido reivindicado, una y otra vez, y a pesar de las fuertes controversias, por la tradición anarquista; su pensamiento antiautoritario y antiesencialista se muestra contrario a todo idealismo y a toda metafísica, de tal manera que llega a considerar al Estado un sustituto más de Dios, de ese ser supremo o idea inmutable.

Un autor como Proudhon, primero en concebir una sociedad anarquista, aporta una visión muy original, incluso de una actualidad innnegable al encuadrar su crítica a la religión dentro de su visión global antiautoritaria en la que se rechaza toda fundamentación absoluta de una idea en beneficio de una concepción pluralista de la sociedad. Más que de ateísmo, hay que hablar de antiteísmo en la obra de Proudhon, como corresponde a una filosofía basada en los conflictos, que pretende combatir todo concepto autoritario. La enajenación del yo, propia del sentimiento religioso, se produce al otorgar un sentido trascendente a la conciencia y convertirla en un ser supremo, exteriorización de una idea anterior a toda inducción del entendimiento, que acaba fundamentando la autoridad. Donde Proudhon difiere con la visión humanista de Feuerbach es en no pretender invertir los papeles y que el hombre no ocupe el lugar de Dios. Las rasgos absolutos, de perfección, infinitud o inmutabilidad, no son propios del ser humano, que se caracteriza por ser perfectible, móvil y cambiante. La crítica a Dios y a la religión no se quedan en Proudhon en una simple negación, y hay que recordar una demoledora frase suya: "Dios es el mal". Así es, hay que esforzarse en combatir y superar una creencia solo sustentada en su antigüedad y muy difícil de desterrar. La confianza en el progreso de Proudhon le condujo a pensar que sería la revolución social la que acabará desdeificando el mundo. La libre iniciativa del hombre, la soberanía del pueblo y el derecho al trabajo apartarán lo misterioso e innacesible y propiciarán la conquista de la libertad. Insistiremos en que la visión proudhoniana sobre Dios forma parte de su filosofía antiautoritaria, y su crítica a la religión solo puede verse dentro de la crítica también a los poderes político y económico, como deja ver en su frase: "Para oprimir eficazmente al pueblo, es preciso encadenar a la vez su cuerpo, su voluntad y su razón". A modo de curiosidad, diremos que Proudhon fue objeto de la crítica de Stirner, el cual denuncia inmediatamente todo peligro dogmático, debido al siguiente aserto: "Los hombres están destinados a vivir sin religión, pero la moral es eterna y absoluta". Dos autores muy diferentes reivindicados por las ideas antiautoritarias.

El ateísmo de Bakunin es heredero claramente de Feuerbach. El hombre habría atribuido a Dios, en cuestiones de moralidad, lo que solo tiene un origen social, histórico y evolutivo. Para el filósofo anarquista ruso, la creencia religiosa es una ficción producto de la ignorancia, desarrollada y dogmatizada gracias a teólogos y metafísicos. La critica a Dios y a la religión en Bakunin aparece estrechamente vinculada con su original filosofía materialista y antiautoritaria así como con sus ideas sociales, ya que la relación que establece el hombre con la divinidad solo puede compararse a la que tiene un esclavo con su amo. Del mismo modo, la jerarquización social y política es una consecuencia lógica de esa relación de subordinación a Dios y a una clase privilegiada que hace de intermediaria. La auténtica moralidad, el verdadero amor, solo puede producirse entre iguales. Bakunin dirige sus críticas a los que tal vez son los tres pilares del pensamiento religioso, al menos monoteísta, que son Dios, la inmortalidad del alma y el libre albedrío, por lo que su aportación al ateísmo moderno es incuestionable. Dios, denominado ser supremo, es sin embargo para el ruso una abstracción, un ser inmóvil y vacío. A esa abstracción se condujo el hombre al establecer una diferencia, e incluso conflicto, entre cuerpo y alma. Por supuesto, el alma solo es un producto o expresión del cerebro y de otros factores relaciones con el cuerpo. Bakunin es obviamente monista, niega la posibilidad de una entidad, moral o espiritual, independiente del cuerpo. El hombre religioso, incapaz de comprender esto, acabó atribuyendo también al universo un alma que llamó Dios y acabó adorando su propia creación, producto de su facultad abstractiva. El desarrollo histórico de la teología terminó convirtiendo una ficción en un ser omnipotente y absoluto aparentemente real. En lugar de tratar de desarrollar las cualidades, potencias y virtudes que iba descubriendo en sí mismo, el hombre se las atribuía a Dios. En cuanto al llamado libre albedrío, o voluntad libre, no es para Bakunin más que otra mistificación histórica de origen religioso que habría alcanzado también a lo jurídico. Deducimos tal cosa si comprendemos que existen infinidad de causas precedentes al individuo, el cual es consecuencia de siglos de desarrollo físico y social de su especie, pueblo y familia transmitido mediante herencia y determinante de su naturaleza particular. En definitiva, para el autor de Dios y el Estado, la creencia en la divinidad es la abdicación de la razón humana y de la justicia, la negación de la libertad en un sentido amplio y a todos los niveles, tal y como muestran estas palabras que dan la vuelta a la conocida máxima de Voltaire: "Si Dios existe, el hombre es esclavo; ahora bien, el hombre puede y debe ser libre: por consiguiente, Dios no existe". Toda sumisión del ser humano a una fuerza externa es una pérdida de libertad y de dignidad.

Emma Goldman recogerá el legado de Bakunin, en el que las ideas de amor y justicia elevadas al terreno ideal del Más Allá han supuesto su empobrecimiento en el mundo terrenal, señalando al mismo tiempo que la idea de Dios ha ido evolucionando hacia algo más impersonal: "una especie de estimulo espiritualista para satisfacer los caprichos y manías de todo el abanico de flaquezas humanas". La idea de Dios se ha ido adaptando y revitalizando según las necesidades del momento histórico, la posibilidad de que el ser humano sea libre dependerá de su abandono. Si el teísmo es la teoría de la especulación, estática e inamovible, el ateísmo es la ciencia de la demostración, que debe producir una imparable marcha hacia el conocimiento y la vida. La filosofía del ateísmo para Goldman supone un concepto del mundo real, contingente, con sus posibilidades de liberación, crecimiento y perfección, mientras que la religión es uno de los sistemas absolutistas, enemigos de la libertad, creados por el hombre.

Sébastien Faure publica en 1926 un texto filosófico cuyo título lo expresa todo: Doce pruebas de la inexistencia de Dios. Por la importancia para el ateísmo moderno, nos detendremos en la obra de Faure, el cual establece tres grupos en sus argumentos que aluden a los rasgos atribuibles a la divinidad: Contra el Dios creador, Contra el Dios gobernador o Providencia y Contra el Dios justiciero. En el primer grupo, son seis los argumentos: la razón solo puede rechazar la hipótesis de un ser verdaderamente creador, como recuerda el aforismo ex nihilo nihil fit (de la nada, nada adviene) en contraste con la posterior teología cristiana; incluso aceptando lo anterior, Dios (lo inmaterial, el espíritu puro) no puede haber creado lo material al existir una diferencia cualitativa obvia; del mismo modo, no puede haber una relación causal entre lo perfecto (lo absoluto) y lo imperfecto (lo relativo, lo contingente), por lo que resulta imposible una determinación entre ambos (Dios no existe o no es el creador o no es perfecto); un ser supuestamente eterno, activo y necesario no pudo entonces estar inactivo o ser innecesario, lo que se deduce de un acto de creación que implica un principio u origen (en caso contrario, no hay acto de creación al entender que el universo es también eterno); la idea de inmutabilidad de Dios también se trastoca al comprender que ha sufrido dos cambios: ha deseado realizar una cosa, la creación, y posteriormente la ha ejecutado (el deseo de querer es ya una modificación, como lo es la acción o determinación); se entiende que hay un propósito divino en la creación, mas resulta imposible para el hombre indagar en él, por lo que tal vez dicho propósito no existe (aquí, la apelación al misterio por parte de la religión evitará cualquier complicación).

Son cuatro los argumentos presentes en el segundo grupo. El primero de ellos sostiene que no puede creerse en un creador perfecto al no ser compatible con un gobernador de las mismas características, ya que ambos seres se excluyen categóricamente; la creación en origen de un ser genial no puede haber dado lugar a una obra que demanda la mano de un gobernador, ya que su necesidad significa el desconocimiento, la incapacidad y la impotencia del creador. El segundo argumento de esta serie dice que la diversidad de dioses atestigua que no existe ninguno, ya que si existiera un Dios verdadero carecería de omnipotencia o de bondad para revelarse a todos por igual, dos de los atributos que se le atribuyen. El tercer argumento hace mención a la existencia del infierno como prueba de que Dios no es infinitamente justo ni misericordioso, sino un feroz e implacable inquisidor. El cuarto y último argumento de este grupo insiste en el problema del mal, cuya existencia en el mundo demuestra que, o bien Dios no es omnipotente al no poder erradicarlo, o no es infinitamente bueno al no querer erradicarlo.

El último grupo de argumentos, dirigidos contra un Dios justiciero, recuerda que la existencia del hombre está determinada por sus condiciones de vida, las cuales habrían sido establecidas por la divinidad. El hombre es, en definitiva, un esclavo de Dios y dependiente de él, por lo que difícilmente se le puede achacar ninguna responsabilidad. Por lo tanto, no puede existir juicio, castigo ni recompensa, para alguien que no es verdadero responsable. Al erigirse en justiciero, Dios no es más que un usurpador que se apropia de un derecho arbitrario y lo emplea contra toda justicia. Hilvanando con el último argumento de la serie anterior, Faure considera que Dios es responsable de los dos tipos de males; el segundo argumento de esta serie, y último de los doce, considera que Dios viola las reglas fundamentales de la equidad. Para concluir tal cosa, se admite por un instante que el hombre es responsable, pero situando esa responsabilidad dentro de los evidentes límites humanos. El mérito o la culpa que pueda tener el hombre, siempre limitada y contingente, no resulta acorde con la sanción y la recompensa, ya que ambas son eternas (cielo e infierno). En la conclusión a sus argumentos, los cuales son un buen compendio de lo que es la visión antiautoritaria sobre Dios, Faure invista a todo ser humano a que declare la guerra a esa idea sobrenatural y absolutista que le mantiene sumiso.

Dentro de este repaso al ateísmo entendido desde una visión antiautoritaria, merece la pena recordar las palabras de Bertrand Russell: "En cuanto abandonamos nuestra propia razon y nos limitamos a confiar en la autoridad, nuestras dificultades no tienen fin". El ateísmo de este autor, aunque desde un punto de vista científico habría que denominarlo agnosticismo, asocia la creencia religiosa con cierto engreimiento del ser humano al considerarse el centro del universo. Russell invita a superar todos los mitos creados en torno a la religión iniciando un camino de conocimiento que comienza con admitir los temores propios y reflexionar siempre de manera racional. La religión se muestra inequívocamente asociada al poder a lo largo de la historia, de tal manera que los gobiernos necesitan de una población ignorante que abrace cualquier credo irracional.

Extracto del artículo "El ateísmo contra el pensamiento religioso: la desacralización como libertad de indagación", en Germinal. Revista de Estudios Libertarios núm.10.

domingo, diciembre 22

Vivir la Anarquía. Artículo en solidaridad con Alfredo Bonanno y Crhistos Stratigopoulos

Coordinadora Informal Anarquista

En la noche del jueves 1ro de octubre, apenas faltando unos minutos para que iniciara el día 2 ―fecha fatídica, símbolo indiscutible de represión y barbarie, en México― un entrañable compañero me comunicó que, en horas de la mañana, había sido detenido nuevamente Alfredo Maria Bonanno. Esta vez en la ciudad de Trikala, al norte de Grecia.

La detención ocurrió minutos después de una exitosa expropiación a una sucursal bancaria en pleno centro de la ciudad helénica. Con 46,900 Euros en la bolsa, Alfredo y su compañero, de ideas y acción, Christos Stratigopoulos, lograron huir del lugar en auto; lamentablemente, fueron interceptados en un retén policial tras enfrentarse a balazos con las autoridades. Acusados de robo armado ―después de nueve horas de audiencia― ambos fueron condenados a “prisión preventiva”, sentencia que, según la legislación griega, puede alcanzar hasta dieciocho meses de cárcel.

Alfredo María Bonanno, redactor responsable de las revistas Provocazione y Anarchismo, desde la década de los ochenta; con más de veinte volúmenes e infinidad de folletos a su haber (1) , sin duda, es el teórico más importante del anarquismo contemporáneo. Conocido en nuestras tiendas por sus elaboraciones en torno al proyecto insurreccionalista y sus aportaciones metodológicas. Entre sus libros destacan Poder y Contrapoder, La dimensión anárquica, Teoría y Práctica de la Insurrección, La destrucción necesaria y, Afinidad y organización informal. Asimismo, son de resaltar entre su amplia producción de folletos, La tensión anárquica, Otra vuelta de tuerca del capitalismo y El placer armado, este último fue prohibido en Italia, por lo que le condenaron a 18 meses de cárcel, acusado de “apología a la violencia y subversión”.

Volvería a visitar la cárcel en 1989, al ser detenido junto al compañero Pippo Stasi, durante una expropiación frustrada por la policía a una joyería en Bergamo. Esta vez, permanecería dos años en prisión al ser reducidas todas las condenas por decreto gubernamental, en un intento por nivelar las diferencias en la impartición de justicia resultante de la aplicación del nuevo Código Penal. Para Alfredo y Pippo, esto sólo sería cuestión de “buena suerte” y una excelente oportunidad de “reintegrarse a la lucha”. (2) A mediados de noviembre de 1995, se desata en Italia una cacería de brujas anti-anarquista. La operación represiva estaría dirigida por el fiscal Antonio Marini y sería tristemente conocida como el“Proceso Marini”, rebasando los límites de la infamia. Entre los artilugios del fiscal estaría la invención de la ORAI (Organización Revolucionaria Anarquista Insurreccionalista); fantasmagórica organización que pondría tras las rejas en 1996 a sesenta y ocho anarquistas, entre ellos Alfredo María Bonanno, acusado de ser el autor intelectual e ideólogo de dicha organización. La farsa, supuestamente quedaba sustentada en el folleto de su autoría “Nueva vuelta de tuerca del capitalismo”, en el que, según la fiscalía, se encuentra sintetizado el “programa fundacional” de la organización insurreccionalista. El “proceso Marini” culminaría el 20 de abril de 2004, con la condena de once de los compañeros detenidos. Bonanno, sería uno de ellos, sentenciado a seis años de cárcel por “apología y propaganda subversiva” entre otros “delitos”.

Alfredo, nació en la ciudad de Catania, Sicilia, en 1937. A los 13 años de edad tuvo su primer acercamiento con el anarquismo; encontrando un movimiento totalmente polarizado. Por aquellas fechas, se hallaba fuertemente dividido entre “puristas” y “revisionistas”. En el primer grupo, se concentraba la mayor parte del anarquismo italiano, organizados al interior de la FAI (Federación Anarquista Italiana); el segundo, se constituía en torno a la corriente que encabezaba Pier Carlo Masini, con rígidos planteamientos en pro de la “unidad táctica”. Esta corriente, señalada como “revisionista marxista” era una escisión al interior de la FAI, dirigida por Masini y animada por jóvenes que provenían más del antifascismo que del movimiento anarquista propiamente dicho, algunos de ellos integrantes de Gioventù Anarchica. Fue por esos días que Pier Carlo Masini, llegará a Catania a impartir una conferencia; en ella llamó a la conformación de un movimiento disciplinado, orientado y federado, que impulsara al proletariado y fuera su vanguardia; obsequiando entre los presentes L’ Impulso (3) a modo de presentación . Poco después, durante el Encuentro de Frascati, celebrado el 12 de marzo de 1950, el grupo de Masini se separaría de la FAI, al no ser admitidos en dicho encuentro, y se constituiría como los Gruppi Anarchici di Azione Proletaria (GAAP). Pero, no sería hasta 1953 en el “Congresso Nazionale di Civitavecchia” que se produce la ruptura definitiva entre los gaapistas y la FAI. A partir de entonces los GAAP perderían fuerza y se consumirían, pasando a engrosar diferentes organizaciones de la izquierda autoritaria y demostrando sus verdaderas intenciones. (4)

Ante esta dicotomía burda, al interior del especifismo italiano, la mayoría de los jóvenes optarían por deslindarse, separándose de Gioventù Anarchica. Al no sentirse identificados con ninguna de las corrientes en pugna, constituirían un sinfín de grupos nombrados según la región o ciudad a la que pertenecían (Milano I, Bologna I, etc.), diferenciándose así de la los GAAP y de la FAI.(5) Estos jóvenes, volvían su mirada a la historia del anarquismo y recurrían a las prácticas de la organización informal y la acción directa, haciendo a un lado el “anarquismo de laboratorio” (y de salón) de la FAI y, al bolchevismo “libertario” de los Grupos Anarquistas de Acción Proletaria. Sin proponérselo, daban los primeros pasos hacia el camino que, diecisiete años después, conduciría al abandono del nefasto “anarquismo en transición” . (6)

Retomando las prácticas anárquicas y consecuentes con sus teorías, la espropriazione pronto se convertiría en el medio ideal para estos núcleos autónomos de jóvenes quienes, mediante la praxis, comenzaban a difundir su ideal. De esta forma se apropiaban de los medios necesarios para editar sus publicaciones y también, concretaban los materiales para el ataque directo al Estado-capital y sus representantes. Así, algunos de estos grupos de afinidad, decidirían recaudar los fondos requeridos para celebrar el primer Campeggio Anarchico Giovanille. De esta manera, entrarían en contacto con José Lluis Facerías, quien estaba refugiado en Italia por esas fechas con el seudónimo de Alberto y apoyaría con entusiasmo el proyecto que, bajo su impulso, no tardaría en concretarse como “Campeggio Anarchico Internazionale”. Facerías, aunque en teoría se asumía anarcosindicalista y acérrimo defensor de la organización centralista, en la práctica reivindicaba la expropiación y la acción directa y como método organizativo recomendaba el grupo mínimo de afinidad. Así es como, junto a otro compañero español, conforma un grupo de acción integrado por 2 jóvenes de Génova y un turinés, que logra una exitosa expropiación en detrimento del Banco de Turín. A esta acción le seguirían infinidad de expropiaciones a lo largo y ancho de la bota itálica que harían posible el primer campamento y los subsiguientes (7) . Sin duda, Facerías influenciaría de forma determinante en los jóvenes anarquistas italianos de la década de los cincuenta, entre ellos a Alfredo María Bonanno .

A sus 73 primaveras, con más de cincuenta años dedicados, en pensamiento y acción, a la Anarquía, Alfredo María Bonanno, continúa en la lucha, consecuente con la praxis que predica y su proyecto de vida: VIVIR LA ANARQUÏA. Por ello, en ciertos sectores “oscuros” de nuestras tiendas se le condena y, peor aún, se le silencia. No cabe la menor duda: Alfredo, es una amenaza, no sólo para el clero y el Estado-capital que combate cotidianamente con dientes y uñas. También es una amenaza para el “oficialismo libertario” y un flagelo para la reacción inmovilista que se disfraza con su camiseta negra desde la comodidad del Status Quo, llamando a la inacción y depositando sus “esperanzas” en la evolución eterna y parsimoniosa de la Humanidad. Alfredo vive la Anarquía, no la abandona al laboratorio ni ―mucho menos― la limita al pasado reduciéndola a la conmemoración de efemérides y a la pasiva lectura de los libros de historia.

Hoy, aquí y en todas partes, urge la SOLIDARIDAD con Alfredo y Christos. No la solidaridad mojigata de las Carmelitas Descalzas en Comunión con la Santa Anarquía, la SOLIDARIDAD DIRECTA con nuestros compañeros de lucha, con nuestros hermanos de ideas. Esa SOLIDARIDAD DIRECTA que hace temblar a los poderosos y aterroriza a los “incluidos”. Esa SOLIDARIDAD ANÁRQUICA que estremece al Estado-capital cada vez que se concreta. Esa SOLIDARIDAD que nos invita a destruir el presente porque nuestros corazones habitan el futuro. ¡Demostremos que de este lado del Atlántico también vivimos la Anarquía!

Gustavo Rodríguez.

México, Octubre 2009

Nota: Los abogados defensores de Alfredo María Bonanno, han solicitado a las autoridades griegas que se le conceda “prisión domiciliaria” por razones de salud. En estos momentos se coordinan jornadas de solidaridad a beneficio de los compañeros, tanto en Grecia, como en la mayoría de los países donde se registra presencia activa anarquista. También se ha creado un Fondo de Solidaridad con Alfredo y Christos, que puede contactarse a través de la correo dirección de electrónico: smolikas2@gmail.gr

Ensayos de Alfredo María Bonanno traducidos al castellano:

• Autogestión. Campo Abierto Ediciones. Madrid, 1977.

• Anarquismo y elecciones. Editorial Síntesis. Barcelona. 1979

• No podréis pararnos. La lucha anarquista revolucionaria en Italia. (Selección de textos). Ediciones Conspiración y Editorial Klinamen. Barcelona, 2005.

El placer armado

La tensión anarquista

Enfermedad y capital

Movimiento ficticio y movimiento real

Destruyamos el trabajo

Unas breves notas sobre Sacco y Vanzetti

Nueva vuelta de tuerca del capitalismo

• El proyecto insurreccional

• Crítica a los Métodos Sindicales

• Por una Internacional Antiautoritaria Insurreccionalista

No podréis pararnos. La lucha anarquista revolucionaria en Italia. (Selección de textos). Ediciones Conspiración y Editorial Klinamen. Se encuentra disponible en formato PDF
http://www.editorialklinamen.org/archivos/libros/nopodreis.pdf

Textos en inglés en:
http://theanarchistlibrary.org/category/collaborative-tagging/alfredo-m-bonanno

Todos sus libros, folletos y artículos, en italiano en:
www.edizionianarchismo.net
Algunos de sus textos también han sido traducidos al alemán, croata, francés, griego, inglés y ruso.

********************************* Notas:
(1) L’Impulso, había comenzado a publicarse en septiembre de 1949, como Órgano del Comité Interregional para un movimiento orientado y federado. Vid, Téllez, Antonio. La guerrilla urbana I. Facerías, págs. 273-275. Ruedo Ibérico Ediciones, París, 1974.
(2)Su máximo líder, Pier Carlo Masini, se pasó a las filas del Partido Comunista Italiano. L’Impulso, se publicó hasta abril de 1957, cuando el GAAP se fusionó definitivamente con el “Movimiento della Siniestra Comunista” que tenía su propio órgano oficial “Azione Comunista”. Ibidem. p. 274.
(3)Id.
(4)Cuando hablamos de anarquismos “clásico”, “de transición” y “post-clásico”, tratamos de ofrecer una idea de secuencia y periodización, a partir de las teorías desarrolladas por Rafael Spósito (Daniel Barret), absolutamente necesarias a la hora de analizar el desarrollo del anarquismo, sin que ello implique, como apunta Spósito, que así se agote ―ni mucho menos― la comprensión de sus entramados teóricos e ideológicos.
(5) Téllez, A, Op cit. p. 279.
(6) Bonanno, Alfredo María, A mano armata, Pensiero e Azione -14, Edizioni Anarchismo, Trieste. 2009.

Textos en inglés en:
http://theanarchistlibrary.org/category/collaborative-tagging/alfredo-m-bonanno

Todos sus libros, folletos y artículos, en italiano en:
www.edizionianarchismo.net

Algunos de sus textos también han sido traducidos al alemán, croata, francés, griego, inglés y ruso.
http://www.hommodolars.org/web/spip.php?article2594

jueves, diciembre 19

El individualismo anarquista

Como es sabido, se llama anarquía a una concepción de la vida individual o colectiva en la que el Estado no existe, ni el gobierno ni, en una palabra, la autoridad. Los individualistas anarquistas son anarquistas que consideran la concepción anarquista de la vida bajo el punto de vista individual, es decir, basando toda realización anarquista en el "hecho individual", considerando a la unidad humana anarquista como la célula, el punto de partida, el núcleo de toda agrupación, medio o asociación anarquista.

Hay diferentes concepciones del individualismo anarquista, pero, al contrario de lo que corrientemente se piensa, ninguna se opone a la noción de "asociacionismo". Todas están de acuerdo, no en oponer el individuo a la asociación -lo que sería un contrasentido, ya que ello limitaría la potencia y las facultades del individuo-, sino en negar y rechazar la autoridad, luchar contra el ejercicio de la autoridad y resistir a todas sus formas.

Es necesario definir claramente lo que hay que entender por ejercicio de la autoridad, que es la forma concreta de la autoridad, el aspecto bajo el que se manifiesta la autoridad en cada uno de nosotros individualmente o asociados.
Existe "ejercicio de la autoridad" cuando un individuo, un grupo de hombres, un Estado, un gobierno, una administración cualquiera o sus representantes se sirven del poder que detentan para obligar a una unidad o colectividad humanas a realizar ciertos actos o gestos que les disgustan o que son contrarios a sus opiniones, o que incluso realizarían de otro modo si tuvieran la facultad de obrar según su propio criterio.

Existe ejercicio de autoridad cuando un individuo, grupo humano, Estado, gobierno o administración (o sus representantes) emplean el poder que detentan para prohibir a una unidad o colectividad humana actuar a su antojo, para imponerle restricciones, incluso cuando ese individuo o colectividad obren por su cuenta y riesgo, sin imponer sus deseos a nadie que esté al margen de ellos.
Una vez definida la situación respecto de la autoridad, los anarquistas individualistas pretenden resolver todas las cuestiones prácticas que surgen de la vida misma tratando de que se adopten soluciones según las que jamás la unidad humana se halle, obligatoriamente y contra ella, desposeída y sacrificada en provecho del conjunto social. El anarquismo individualista no es en manera alguna sinónimo de aislamiento, porque los anarquistas individualistas ni quieren el aislamiento, ni quieren la asociación forzosa.

Los individualistas anarquistas no se desarrollarán a sus anchas más que en un ambiente o ante una humanidad que considere la autonomía, la integridad, la inviolabilidad de la persona humana -de la unidad social, del individuo, hombre o mujer- como la base, la razón de ser y el fin de las relaciones entre los hombres, sin distinción de razas ni de nacionalidades.

Los individualistas reivindican para el individuo -hombre o mujer- a partir del momento en que puede determinar sus actos por sí mismo y sin ninguna restricción, el derecho de existir, de desarrollarse y de expresarse a su manera, ya sea por su temperamento, sus reflexiones, sus aspiraciones, su voluntad, su determinismo personal, y sin tener que dar cuenta de sus actos más que a sí mismo, a la vez que la absoluta y entera facultad de expresión, de profesión, de difusión, de publicación del pensamiento -escrito o hablado- en público o en privado, así como la facultad completa de ensayo, de realización, de aplicación, en todos los terrenos, métodos, sistemas, modos de vida individual o colectiva, etc., a los que pueda dar lugar la materialización del pensamiento, la concreción de la opinión.

Todo esto, desde luego, con reciprocidad respecto del semejante, aislado o asociado, es lo que designan los anarquistas individualistas como expresión de libertad recíproca.

Si los individualistas anarquistas reivindican la plena y entera facultad para toda unidad humana de vivir aisladamente, al margen, fuera de toda agrupación, asociación o medio, con la misma energía reivindican la facultad de asociación voluntaria en todos los ámbitos en que pueda ejercerse e irradiar la actividad humana, sean cuales fueren las experiencias y los objetivos perseguidos; la plena y entera facultad de federarse para los individuos aislados, los convenios entre efectivos reducidos o las asociaciones, sea cual fuere su importancia.

Los individualistas anarquistas reivindican la facultad de aceptar toda clase de solidaridad, de hacer contratos en no importa cuál sea la rama de la actividad humana, su objetivo o su duración.

Se ve inmediatamente el abismo que separa la sociedad arquista -gubernamental, estatista y autoritaria- de la sociedad, de la asociación anarquista, antiautoritaria. La sociedad arquista obliga al hombre a integrarse en su seno, forzándole a soportar sus leyes, costumbres y usos, tradiciones que no permite sean discutidas o rechazadas. Los convenios, los estatutos, las directivas de la asociación individualista anarquista son voluntarios. El individuo es libre de integrarse o de permanecer al margen. Evidentemente, el aislado no puede participar de los beneficios de la asociación; pero bajo ningún concepto existirá ninguna autoridad, gobierno o Estado anarquista que obligue a nadie a ser miembro de una asociación dada.

Los anarquistas individualistas pasan por no ser revolucionarios. Es necesario aclarar esta aseveración: para que el individualismo anarquista se realice es indispensable que la mentalidad general y las costumbres estén a un nivel tal que impliquen o garanticen la impotencia o imposibilidad para toda individualidad, medio, administración, gobierno o Estado -sin reservas ni artificios-, para inmiscuirse, intervenir, usurpar la vida o las relaciones de las unidades humanas, entre ellas, el objetivo, la existencia, la evolución o el funcionamiento de los grupos, asociaciones de individualidades, federaciones de grupos o asociaciones. La realización de las reinvindicaciones anarquistas es, pues, función de la transformación, de la evolución del medio humano en general en el sentido anarquista. Por eso es por lo que la propaganda individualista anarquista es más bien educativa y se sirve ante todo del ejemplo, interesándose antes que nada por formar individuos conscientes, realizadores aislados y asociados de las tesis individualistas anarquistas. Estos opinan que hay que partir de la unidad anarquista si se quiere determinar el ambiente en tal sentido. Es la unidad anarquista la que está llamada a representar, según ellos, el fermento determinante del ambiente.

Los individualistas anarquistas preconizan, en general, una forma de agitación que concuerda con todo lo que hemos expuesto y que llama preferentemente a la reflexión individual más que al adoctrinamiento irracional, y a la convicción profunda más que a la brutalidad. Los actos siguientes y de rebeldía son esencialmente anarquistas individualistas: huelgas de funciones atribuidas por la ley a los ciudadanos, negativa de participación en todo servicio público, abstención del pago de impuestos, rechazo a llevar armas y al servicio militar, abstención de concurrir a los actos civiles del Estado, evitar el envío de los hijos a las escuelas del Estado o de la Iglesia, y negarse a realizar cualquiera de las actividades relativas a la fabricación de aparatos de guerra o de objetos de culto oficial, a la construcción de bancos, iglesias, cárceles, cuarteles, etc. "Podemos hacernos una idea de la importancia capital que tiene para la propaganda cualquiera de estos hechos, sobre todo si, fuera de los muros carcelarios, que no podrán evitar los resistentes, hay multitud de militantes bien organizados" (Tucker). Es lo que se llama la resistencia pasiva. Pero los anarquistas individualistas son partidarios de la legítima defensa y no hacen de la resistencia pasiva un dogma intangible. No prescriben el uso de la violencia sin discernimiento, como una panacea o como un remedio, como algo absolutamente necesario. No obstante, hasta los más pacifistas de los individualistas anarquistas han reconocido que "si la efusión de sangre pudiese garantizar la libertad de actuación, sería necesario emplearla" (Tucker).

En resumen, para los individualistas anarquistas el empleo de la violencia revolucionaria es cuestión de táctica y no de doctrina. Opinan que la educación y el ejemplo conducirán más eficazmente a la humanidad hacia la liberación que la violencia revolucionaria.

Es frecuente atribuir a los individualistas anarquistas un supuesto respeto a la propiedad individual. En verdad, los anarquistas individualistas reivindican la libertad de disponer del producto obtenido por el trabajo directo del productor, producto que puede ser un trozo de hierro o una porción de terreno; producto que en ningún caso es el resultado de la explotación ajena, del parasitismo o del monopolio. La plena y entera disposición del trabajo y de sus productos (es decir, la plena y entera facultad de trocar dicho producto, de cambiarlo, de alienarlo e incluso de legarlo) va acompañada de la plena facultad de posesión del medio de producción que se hace valer ya sea individualmente o por asociación. Es comprensible que existan ciertas producciones que no pueden obtenerse sin una asociación sólidamente organizada. Lo esencial que hemos de tener presente es que gracias a la posesión personal de la herramienta o de la máquina o procedimiento de producción, la unidad productora, en caso de ruptura de contrato de asociación, no se halle jamás desprovista, entregada a la arbitrariedad o sometida a las condiciones de un medio social al que le repugnase pertenecer.

Los medios o métodos de realización de estas reivindicaciones difieren según las escuelas o las tendencias. Ciertos individualistas prefieren la idea de la moneda libre, es decir, de un valor de cambio emitido por el productor o la asociación de productores, que tenga curso solamente entre los que la adopten como medio de transacción. Otros no quieren oír hablar, bajo ningún concepto, de valores de cambio. Se puede ser individualista anarquista y participar, en la asociación a la que se pertenece, del comunismo libertario. A partir del momento en que una asociación se compone voluntariamente y funciona sin tener ninguna intención de imponer su funcionamiento o su organización a las demás asociaciones o individualidades aisladas, puede ser considerada como un aspecto del individualismo anarquista. No es individualista anarquista toda unidad o asociación que quiere imponer a un individuo o a una colectividad humana una concepción unilateral de la vida económica, intelectual, ética y otras: esta es la piedra de toque del individualismo anarquista.

En resumidas cuentas, el anarquismo individualista presenta:

a) Un ideal humano: el anarquista, la unidad humana que niega la autoridad y la explotación que es su corolario económico, el ser humano cuya vida consiste en una reacción continua contra un medio que no puede ni quiere comprenderle ni aprobarle, puesto que los integrantes de ese medio son esclavos de la ignorancia, de la apatía, de las tareas ancestrales y del respeto por las cosas establecidas.

b) Un ideal moral: el individuo consciente, en vías de emancipación, que tiende hacia la realización de un nuevo prototipo humano: el hombre sin dios ni dueño, sin fe ni ley, que no siente ninguna necesidad de reglamentos o de coacción exterior, puesto que posee bastante potencia de volición para determinar sus necesidades personales, para servirse de sus pasiones con el fin de desarrollarse más ampliamente, para multiplicar las experiencias de su vida y guardar su equilibrio individual.

c) Un ideal social: el ambiente anarquista, una sociedad en la que los hombres -aislados o asociados- determinarían su vida individual bajo los aspectos intelectuales, éticos, económicos, por un libre acuerdo consentido y aplicado, basado en la "reciprocidad", que tiene en cuenta la libertad de todos sin ponerle trabas a la libertad de nadie.
Es así como, mediante el libre acuerdo de la camaradería, sin esperar "la nueva humanidad", los individualistas, desde ahora, quieren realizar entre ellos su propio ideal.
 
Émile Armand
(Encyclopédie Anarchiste)
Fuente: http://www.nodo50.org/tierraylibertad/200.html#articulo8

lunes, diciembre 16

Más allá del feminismo, más allá del género

A fin de crear una revolución que pueda poner fin a todo tipo de dominación, es necesario acabar con las tendencias a las que todos nos vemos sometidos. Esto requiere que seamos conscientes del papel que esta sociedad nos impone y busquemos sus puntos débiles, con el objetivo de descubrir sus límites y traspasarlos.

La sexualidad es una expresión esencial de los deseos y las pasiones individuales, de la llama que puede encender tanto el amor como la revuelta. Así puede ser una fuerza importante de los deseos de cada uno de nosotros, que puede alzarnos más allá de la masa como seres únicos e indomables. El género por otro lado, es un intermediario construido por el orden social para inhibir la energía sexual, enclaustrarla y limitarla, direccionándola hacia la reproducción de este orden de dominación y sumisión. De esta manera se convierte en un impedimento del intento de decidir libremente como queremos vivir y relacionarnos. No obstante, hasta ahora, al hombre se le ha concedido mayor libertad en hacer valer su voluntad dentro de estos roles que a la mujer, lo que explica de forma bastante razonable porque hay más anarquistas, revolucionarios y gente que actúa fuera de la legalidad que son hombres y no mujeres. Las mujeres que han sido fuertes, que se han rebelado lo han sido porque han sobrepasado su feminidad.

Lamentablemente el Movimiento de Liberación de la Mujer (MLM) que resurgió en los 60, no prosperó en el desarrollo de un análisis profundo de la naturaleza de la dominación en su totalidad y del papel jugado por el género en su reproducción. Un movimiento que apareció ante la necesidad de liberarnos de los roles de género para ser así individuos completos y autosuficientes, fue transformado en una especialización como la mayor parte de las luchas parciales de la época. Garantizando de esta manera la imposibilidad de llevar a cabo un análisis global dentro de este contexto.

Esta especialización es el feminismo actual, que comenzó desarrollándose fuera del MLM a finales de los años 60. Su objetivo, no era tanto la liberación de la mujer como individualidad de los límites impuestos por los papeles asignados a su género, como la liberación de la “mujer” como categoría social. Junto a las corrientes políticas principales, este proyecto consistió en obtener derechos, reconocimiento y protección para las mujeres como una categoría social, reconocida conforme a la legislación. En teoría, el feminismo radical se movió más allá de la legalidad con el objetivo de liberar a las mujeres como una categoría social, de la dominación masculina. Dado que la dominación masculina no es explorada suficientemente como parte de la dominación total -inclusive por las anarcofeministas- la retórica del feminismo radical, frecuentemente adquiere un estilo similar al de las luchas de liberación nacional. Pero a pesar de las diferencias en el método y la teoría, la práctica del feminismo liberal (burgués, principal) y el feminismo radical a menudo son coincidentes. Esto no es una casualidad.

La especialización del feminismo radical consiste en centrarse por completo en los sufrimientos de la mujer a manos del hombre. Si esta catalogación fuese alguna vez completada, la especialización no seria durante más tiempo necesaria y habría llegado el momento de trasladarse mas allá de la lista de ofensas sufridas, hacia un intento real y actual de analizar la naturaleza de la opresión de la mujer en esta sociedad, y llevar a cabo acciones reales y muy meditadas para acabar con esta opresión. Así que el mantenimiento de esta especialización requiere que las feministas amplíen este catalogo al infinito, incluso hasta el punto de dar explicaciones por las acciones opresivas llevadas a cabo por mujeres en puestos de poder, como expresiones de poder patriarcal, y así de esta manera liberaría a estas mujeres de las responsabilidades de sus acciones. Cualquier análisis serio de las complejas relaciones de dominación, como las que existen actualmente, es dejado de lado a favor de una ideología en la cual el hombre domina y la mujer es la víctima de esta dominación.

Pero la creación de una identidad en base a la propia opresión, sobre la victimización sufrida, no proporciona la fuerza o la independencia. En lugar de esto crea una necesidad de protección y seguridad que eclipsa el deseo de libertad e independencia. En el reino de lo teórico y psicológico, una abstracta y universal “hermandad femenina” puede encontrar esta necesidad, pero a fin de suministrar una base para esta hermandad, de “mística feminidad”, la cual fue expuesta en los años 60 como una construcción cultural que apoyaba a la dominación masculina, es revivida en la forma de espiritualidad de mujer, culto a la diosa y una variedad de otras ideologías feministas. El intento de liberar a la mujer como categoría social alcanza su apoteosis en la recreación de los roles del género femenino en el nombre de una elusiva solidaridad de género. El hecho de que muchas feministas radicales hayan recurrido a policías, tribunales, y otros programas estatales de protección de mujeres (imitando así al feminismo burgués.) sólo sirve para subrayar la falsa naturaleza de la “hermandad” que proclaman. A pesar de que ha habido intentos de moverse más allá de estos límites dentro del contexto de feminismo, esta especialización ha sido su mejor definición durante tres décadas. En la forma en la que ha sido practicada, ha fallado al presentar un desafió revolucionario tanto contra el género como contra la dominación. El proyecto anarquista de liberación global nos llama a movernos más allá de estos límites hasta el punto de atacar al género en si mismo, con el objetivo de convertirnos en seres completos, definibles no como un conglomerado de identidades sociales, sino como únicos y completos individuos.

Es un estereotipo y un error afirmar que los hombres y las mujeres han sufrido iguales opresiones dentro de sus roles de género. Los roles del género masculino han permitido al hombre una gran libertad de acción para la afirmación de su propia voluntad. Por ello la liberación de la mujer de sus roles de género no consiste en ser más masculina sino mas bien en ir más allá de su feminidad, así para los hombres la cuestión no es ser más femenino sino en ir más allá de su masculinidad. La cuestión es descubrir que el centro de la unicidad que esta en cada uno de nosotros, va más allá de todos los roles sociales y de la forma en que cada uno actúa, vive y piensa en el mundo, tanto en el dominio sexual como en todos los otros.

Separar el género en función de la sexualidad, desde la totalidad de nuestro ser, fijando características específicas según el género al que se pertenezca, sirve para perpetuar el actual orden social. Como consecuencia de ello, la energía sexual, que podría ser un extraordinario potencial revolucionario, es encauzada hacia la reproducción de las relaciones de dominación y sumisión, de dependencia y desesperación. La miseria sexual que esto ha producido y su explotación comercial esta por todos lados. La inadecuada llamada de la gente a “abrazar tanto la masculinidad como la feminidad” cae en la falta de análisis sobre estos conceptos, ya que ambos son invenciones sociales que sirven a los propósitos del poder.

Así que, cambiar la naturaleza de los roles de genero, aumentar su numero o modificar su forma, es inútil desde una perspectiva revolucionaria, ya que esto solo sirve para ajustar mecánicamente la forma de los conductos que canalizan nuestra energía sexual. En lugar de esto, necesitamos reapropiarnos de nuestra energía sexual para reintegrarla en la totalidad de nuestros seres a fin de hacernos tan extensos y poderosos como para explotar cada conducto e inundar el terreno de la existencia con nuestro ser indómito. Esto no es una tarea terapéutica, sino una revuelta insolente – una que emane desde nuestra fuerza y nuestra negativa a retroceder. Si nuestro deseo es destruir toda dominación, entonces es necesario que nos movamos más allá de todo lo que nos reprime, más allá del feminismo, si y más allá del género, porque aquí es donde encontramos la capacidad de crear nuestra indomable individualidad que nos conducirá contra toda dominación sin vacilación. Si deseamos destruir la lógica de la sumisión, este debe ser nuestro mínimo objetivo.

viernes, diciembre 13

No disfrutamos en el paro ni disfrutamos trabajando

El sistema capitalista ha entrado en una crisis de producción y atrás va quedando la siniestra época del “estado del bienestar” en el que vivía una parte del proletariado mundial, en el que nuestra fuerza de trabajo era necesaria para la producción y reproducción de la economía del capital, y nuestra capacidad para el consumo de mercancías alienantes creció de tal manera, que muchas se creyeron el cuento del fin de las clases sociales, del fin de las desigualdades, del fin de la historia.
Se potenció el individualismo en todos los aspectos de la vida y se crearon identidades ficticias basadas en las circunstancias laborales, económicas y sociales - estudiante, funcionaria, fontanera, parada (aunque de aquella las paradas eran “borrachas, drogadictas y vagas, que la que no trabaja es porque no quiere”), etc. - que consiguieron que la mayoría obviase lo que realmente era y es, una misma clase social,explotada y oprimida, que no tiene otra manera de sobrevivir que vendiendo lo único que posee (su fuerza de trabajo) a quien posee todos los medios de vida y de producción.

La miseria en la que estamos condenadas a vivir nos es para nada novedosa. Es la misma que ha movido siempre a rebelarse, a reafirmarse en la lucha por recuperar las riendas de nuestra existencia a nuestra propia clase, el proletariado. Pero aún en el tiempo presente hay gente que todavía ignora, o finge ignorar, lo que significa la miseria de la vida cotidiana en toda su extensión. En el reino del capital, todo es mercancía, y nosotras somos una mercancía más, parte de la cual  ahora ya no es necesaria, lo que está llevando al  proletariado de todos los rincones del planeta a una situación cada vez más insostenible. Las condiciones en las que nos encontramos la mayoría no tardarán en ponernos en una situación extrema, eso quien no ha cruzado ya esa linea Una gran parte hemos sido arrojados al paro y la marginación, otras viven aterrorizadas por la posibilidad de que en cualquier momento les llegue el despido. El capitalismo se reestructura, lo que lleva a que el proletariado hoy este trabajando, mañana en el paro, luego vuelva a trabajar en condiciones más penosas, vuelva al paro...el desempleo no es lo contrario al trabajo, es un momento mismo del trabajo dentro de la lógica de la oferta y la demanda que se reestructura por la lógica del capital, una dinámica que debería llevarnos a romper con todas esas identidades laborales que nos separan y a tomar conciencia de que somos una misma clase por encima de las cada día más absurdas sectorizaciones laborales.

Pero no es así,  debido a la falta de referentes que luchen realmente contra el capital, y a la delegación de nuestras vidas en estructuras ajenas a ellas ,que se generalizó durante todos estos años a través del sindicalismo, tanto por parte de los sindicatos “mayoritarios” , como los “minoritarios”, “de clase” o como se quieran llamar,que al igual que la izquierda de capital siguen haciendo de dique de contención para mantener a raya las luchas del proletariado. Pero ya no nos dejamos engañar: son productos del mismo capitalismo que nos explota y nos reprime, ni pueden ni quieren salirse de los limites que el sistema les marca. Es necesario que superemos su tramposa metodología, que cojamos las riendas de nuestras luchas para organizar nuestras propias vidas y nos enfrentemos ante quienes quieren separarnos, debilitarnos, volvernos sumisas y complacientes ante el discurso del capital. Toda claudicación, toda resignación a ser gobernadas, a ser esclavas de las necesidades del capitalismo, a esperar de su indulgencia para nuestra supervivencia (si es que se puede llamar vida a esta miseria de mierda a la que nos condenan) no son mas que certificaciones absolutas de nuestra derrota.
En el caso concreto de Asturias, desde algunos sectores parece que nos intentan convencer de que nuestra miseria es una cuestión endémica, potenciando así el aislamiento con el resto del  proletariado y el localismo, algo nefasto en la situación en que se haya el proletariado de todo el planeta. En base a una falsa imagen de radicalidad basada en el discurso de la performance inflamable (que hace años que ya nada inflama, ni cierra calles, ni abre caminos) que atrae a algunas de las proletarias mas combativas,que honestamente y con las mejores intenciones, caen en esa espiral en la que  se potencia  la ideología del amor al trabajo por encima de todas las cosas, la exaltación del obrero nacional (nacional asturiano en este caso), y la desaparición de toda crítica que cuestione realmente el sistema capitalista, potenciando a la par  la separación y sectorización hasta extremos inimaginables : secciones laborales, mujeres,jóvenes, viejos, parados, madres y mujeres de parados...mientras se hacen llamamientos a la sacrosanta “unidad”.
La creación de asambleas de parados y precarias (proletarias en ambos casos) era algo de esperar,y viendo las condiciones en que algunas estamos y la nula solidaridad de clase, se ven necesarias . Pero cuando son potenciadas por un sindicato, estas adoptan la ideología , el discurso, las prácticas y las reivindicaciones de este, las mismas reivindicaciones y prácticas de siempre, que como podemos comprobar a día de hoy, y esto es un hecho innegable, no han llevado a nada más que a una derrota , a un queme y a una desmoralización total.
Parece que la única alternativa de lucha para la parada es pedir trabajo, o en todo caso, autogestionarselo,volver a ser productiva y contribuir con el bien de la economía, mendigar por sus migajas, reforzando sus capacidades para esclavizarnos. No pretendemos desmerecer ninguna iniciativa individual o colectiva de aquellas que , como nosotras, han de buscarse la vida para sobrevivir de la manera menos dolora posible, lo que queremos apuntar es que estas salidas no son realmente tales, sino maneras de existir dentro de nuestra miseria. Buscar soluciones a nuestra miseria en el mismo sistema que la provoca es un paso en falso brutal, y ya son muchos las que hemos dado.
Nosotras, paradas, precarias, estudiantes (proletarias al fin y al cabo) no vamos a sumarnos a consignas del tipo “queremos trabayar”, repetida durante todos estos años, porque NO QUEREMOS TRABAYAR, NOS OBLIGAN A TRABAYAR SI QUEREMOS SOBREVIVIR.
La única alternativa al paro y a la explotación a dia de hoy es pasar por encima de todos estos encuadramientos e ideologías que no hacen sino perpetuar nuestra miseria y organizarnos para empezar una lucha que cuestione todos los fundamentos de la sociedad capitalista. Organicemos asambleas, reuniones...en las que luchar por ser dueñas de nuestras vidas, que el capital y su sostén, el estado, nos niegan, pelear por salir del vertedero en el que el capitalismo nos confina, sea en los campos del trabajo asalariado o en los basureros del paro y la miseria precaria, y dejar de ser mercancías desechables que se compran y se venden.


HAGAMOS DE CADA DRAMA INDIVIDUAL UN PROBLEMA DE ORDEN  PÚBLICO Y DE CADA DRAMA COLECTIVO UN ENFRENTAMIENTO ABIERTO

PARA ACABAR CON EL PARO SUPRIMAMOS EL TRABAJO

NINGÚN SACRIFICIO POR EL BIEN DE LA ECONOMÍA, NI ASTURIANA,NI NACIONAL, NI MUNDIAL.
SI ESTÁ EN CRISIS ¡¡QUE REVIENTE!!
CONTRA EL ESTADO Y EL CAPITAL

Contacto:
luchacoordinada@gmail.com 

martes, diciembre 10

Liberación animal y Revolución social (libro)

Autor: Brian A. Dominick

Libro traducido por la gente de Rebelión Animal, el cual en muy pocas paginas nos adentra en las perspectivas anarquistas y veganas, en donde el autor argumenta que estas mismas deben complementarse juntas en moral, cotidianidad y acción. Nos define anarquismo y veganismo, la filosofía del vegananarquistas o anarcovegan, la libertad, la liberación animal y la revolución social de las diferentes perspectivas, hace un análisis sobre el veganismo radical, la acción revolucionaria, la violencia y la alienación en la vida cotidiana.

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sábado, diciembre 7

The Living Theater

Dedicamos estas entrada a un grupo teatro, que no solo se convirtieron en una fundamental grupo de varguardia artística, también serán una comunidad anarquista que vivía y trabajaba según las ideas libertarias con el permanente objetivo de transformar la sociedad jerarquizada y autoritaria.

The Living Theatre es una compañía de teatro fundada en 1947 en Nueva York, que tiene como objetivo la representación de obras experimentales y que ha servido de inspiración a muchos otros grupos alternativos; en este sentido, es el grupo de teatro más antiguo que existe. Para esta compañía, el teatro es una forma de vida y sus integrantes viven en comunidad según los principios libertarios; el propósito es transformar la organización del poder en el seno de una sociedad jerarquizada para lograr una comunidad cooperativa de expresión. Los temas que se abordaban era con frecuencia controvertidos para intentar activar al público y conseguir su integración en el espectáculo; así, un cierto espacio era reservado para la improvisación. Puede decirse que las raíces de estas representaciones están en el teatro de la crueldad, de Antonin Artaud, ya que se llevaban a cabo en plena calle o en naves industriales; Artaud expuso sus ideas en la obra de 1938 El teatro y su doble, la intención era dejar una impronta en el espectador que le perdurase, sorprenderle con situaciones impactantes e inesperadas.

Julian Beck y Judith Malina, también compañeros sentimentales, fueron los fundadores y los principales impulsores de The Living Theatre; la creación de esta compañía se produjo en un contexto en el que se cuestionaban todas las convenciones teatrales, como el lugar del actor en el teatro, la función del público o la utilidad de la obra escrita. Este teatro, que podemos llamar de creación colectiva, nace como parte del deseo radical de muchos grupos de luchar contra el sistema autoritario; puede considerarse a The Living Theater la compañía paradigmática de creación colectiva en las décadas de los sesenta y los setenta. El acto inaugural del grupo teatral fue en el propio domicilio de sus creadores, con el espectáculo Ladies Voices, actos únicos de Paul Goodman, Gertrude Stein, Bertol Brecht y García Lorca. El primer gran éxito de The Living Theatre será The Connection, en 1959, un drama sobre la adicción a las drogas escrito por Jack Gelber; la obra utilizaba a verdaderos drogadictos como actores, convocados por una productor para rodar un documental, algunos de los cuales realizan improvisaciones auténticas mientras que las de otros son falsas.

Notable éxito tuvo también la obra The Brig, en 1963, de Kenneth Brown, en la que se describe la cruel cotidianeidad de una prisión militar. En su intento de rechazar cualquier ficción, la compañía reproduce el manual de los marines norteamericanos con la idea de crear las mismas situaciones aberrantes producidas en la realidad entre guardias y prisioneros; tanto en ensayos, como en las representaciones, se dejó un margen para la improvisación de víctimas y verdugos. Pude afirmarse que con este espectáculo, The Living se consolidó como la vanguardia artística en Norteamérica y como el paradigma teatral de la lucha política en los años 60. El sistema no tardará en advertir el peligro y ese mismo año 63 los agentes fiscales cierran el teatro con la excusa de una deuda con el Estado; los agentes ocupan el inmueble, pero los actores también se encierran en el escenario, situación que dura varios días. La gente apoya a la compañía y le proporciona recursos para resistir creando una línea con la calle de protesta libertaria; se programa una nueva representación, que la policía no puede impedir, pero cuando finaliza se realizan 25 arrestos y Judith y Julian son procesados. Se suceden las denuncias, los intentos de resistencia y algunas semanas de prisión.

En 1964, después de aquellos conflictos, comienza una mítica gira de la compañía por Europa durante cuatro años; en ella realizarán sus representaciones más importantes. Como ya hemos dicho, no hablamos solo de un grupo experimental de vanguardia artística, también se trata de una comunidad que convive según las ideas anarquistas y que tratan de extender al conjunto de la sociedad. Así, los principios libertarios hacían que no existiese distinción entre director y actores, se pretendía un trabajo verdaderamente colectivo; su peregrinaje por Europa no hará más que fortalecer su condición de comunidad. Sus ideas pueden resumirse en dos principios: el teatro de creación, según el cual se considera cada proceso de construcción escénica un acontecimiento único y singular, sin modelo previo, permanentemente cambiante y con una dramaturgia no esclavizada por la obra literaria (desde este punto de vista, el escritor acaba convirtiéndose en otro miembro del grupo); el otro principio fundamental es el de teatro colectivo, ya que la creación escénica surge del grupo y no del individuo al considerarse que éste se desarrolla y crece a nivel colectivo a partir de debates en los que todos participan. Este modelo colectivo insiste en la responsabilidad compartida y en la idea de que todo el mundo debe tener la posibilidad de expresarse.

La primera representación europea de The Living, como creación colectiva y con la participación activa del público, es Mysteries and Smaller Pieces (1964); se trataba de una mezcla de escenas preparadas en poco tiempo con elementos de meditación, improvisaciones y ejercicios interpretativos, que comenzaba con una representación de un mundo dominado por la ambición de poder y dinero. Será un gran éxito que tendrá hasta tres versiones diferentes; en esta obra, puede apreciarse la influencia de Artaud, tanto en propuestas escénicas como en los deseos de convertirse en una comunidad artística. La compañía se reafirma en un compromiso que no se limita a nuevas formas teatrales de representación de la ficción, sino en el deseo de provocar la revolución. Después de otras notables representaciones en los años siguientes, en mayo del 68 coinciden en Francia con las jornadas de insurrección impregnándose del espíritu del momento y llevando a cabo ensayos al aire libre rodeados por cientos de personas.

Llegarán de nuevo la persecución por parte de las autoridades y, de regreso a Estados Unidos  y a pesar de la buena acogida del público, la prensa les atacará de manera despiadada. Los enfrentamientos con las instituciones, la crítica y parte del mundo intelectual les empujará a fragmentar la compañía en cuatro células independientes con el permanente objetivo de continuar la lucha revolucionaria. La célula de Julian y Judith viaja en julio de 1970 a Sâo Paulo, sufriendo Brasil una dictadura terrible y los trabajadores unas condiciones infrahumanas; las propuestas de los artistas no soncomprendidas por el gran público y de nuevo sufren persecución estatal y encarcelamiento, situación de la que se liberan dos meses después gracias a una amplia campaña internacional. De nuevo en su país en 1972, llevan a cabo la representación de Siete Meditaciones sobre el sadomasoquismo político, basada en textos de Leopold von Sacher-Masoch; los temas serán la esclavitud, la represión sexual, el trabajo, el dinero, el Estado, la guerra y la muerte, que tendrán continuidad en los años siguientes en otras obras del mismo ciclo.

En 1984, Julian y Judith impartirán clases en la New York University, el mismo año en que se estrena su película autobiográfica realizada por Sheldon Rochlin y Maxime Harris. El siguiente año fallecerá Julian Beck debido a un cáncer de pulmón y en 1986 Judith Malina dirigirá un espectáculo retrospectivo de la compañía con la participación de miembros de los diferentes periodos de su larga vida. Tal y como escribió Julian Beck: "La creación colectiva. Concepción de una compañía teatral, un grupo de trabajo, como una comuna anarquista. Teatro libre. Y con él, improvisación: creación sobre la marcha. Compañía teatral itinerante como unidad programante, un modo de vivir al margen, fuera del cerrado centro. Teatro antiviolento. Teatro como portavoz de la anarquía, de la revolución no violenta, de la revolución".

miércoles, diciembre 4

La hora del suicidio antiguo


Despiden los campos la tarde
con el ademán misterioso de todos los días,
pero con un soplo de nostalgia nuevo.

Se recrea todavía el sol
vistiendo de sombras los árboles tan poco verdes
de las desgastadas lomas

De lejos,
un resplandor rojizo
confunde nubes y cielos en los límites de una imagen desfalleciente.

Tres pájaros aún descansan sobre el viejo tendido de la luz.

Bocanadas de aire cálido mueven graciosamente
las ropas casi secas de los cables.
Una mujer se dirige presurosa a retirarlas.

Dos perros esqueléticos cruzan cansinamente los bancales
-siempre en guardia.
Un zagal
les lanza piedras desde una esquina mal encalada.
Los perros huyen entonces, sin excesiva alarma,
esbozando los gestos de la rutina.

Ya sólo queda un pájaro sobre el tendido,
un pantalón oscuro sobre el cable,
una banda de sol sobre las lejanías melancólicas de las tierras.

La mujer regresa también con presteza buscando el abrazo de la casa.
El zagal abandona lentamente las piedras;
mueve la cabeza con desdén.

La noche empuja al día hacia otra parte.

Es la hora del suicidio antiguo,
sin rastro de náusea en los labios,
sin rastro de ira en el fondo de los ojos.

Pedro García Olivo

domingo, diciembre 1

Figuras y corrientes del anarquismo en Estados Unidos

La historia del anarquismo, sea cual sea el país donde se estudie resulta apasionante. A espera de un ensayo más amplio, realizamos aquí un pequeño apunte sobre la cultura libertaria en los Estados Unidos de América, con sus importantes figuras y sus numerosas tendencias, resumidas en el espirítu de unas ideas no dogmáticas y en el deseo y conquista de una sociedad verdaderamente libre.

 Como dice Paul Avrich, en su libro Historia oral del anarquismo en Estados Unidos, existe una gran variedad de opiniones en la cultura libertaria norteamericana. Johann Most (1846-1906), nacido en Alemania, recorrió gran parte de Europa antes de llegar a EEUU en 1882, país que no tenía una gran tradición socialista, pero recogía la notable influencia de anarquistas italianos y rusos. Most puede decirse que era partidario en un primer momento del anarquismo colectivista, en la línea de Bakunin, y llegó a ser un acérrimo defensor de la acción directa; era una figura radical de gran oratoria y su periódico, Freiheit, publicado primero en Alemania, después en Inglaterra y también reeditado en América. Esos años 80 del siglo XIX serán cruciales en el movimiento obrero norteamericano y será en el año 82 en Chicago cuando se funde la International Working People's Association, hecho en el que no puede rebajarse la influencia del propio Most. Será a partir de 1890 cuando Most se modere en sus llamamientos a la violencia revolucionaria y empiece a evolucionar del colectivismo al comunismo anarquista, del que Kropotkin era su principal pensador. Como es sabido, según esta teoría, serían los miembros de la comunidad en la sociedad anarquista los que juzgarían sus propias necesidades, superando de esa forma el trabajo asalariado, y tomarían del almacén común aquello que considerasen necesario. El optimismo antropológico de Kropotkin confiaba en que el progreso de la humanidad llevaría al fin de la explotación económica y de la opresión política, por lo que la sociedad sería al fin autónoma conquistando el bienestar y la libertad sin autoridad alguna.

Tanto Most, como Kropotkin, protestarán enérgicamente contra el juicio a los anarquistas de Haymarket. Un año después de ser ejecutados, Most declaró que aquello había adquirido una importancia histórica similar a la conmemoración de la Comuna de París; la integridad y valentía de aquellos hombres, llegará a decir años más tarde, "sigue siendo una lección para los viejos y una fuente de inspiración para los jóvenes". Kropotkin, conmovido también por aquella tragedia, seguirá desde entonces con gran interés el desarrollo del anarquismo estadounidense. Antes de visitar el país norteamericano, el gran pensador anarquista ya se escribía con militantes de aquellas tierras, leía sus publicaciones y les enviaba mensajes de apoyo; estaba al tanto de las otras corrientes, como la colectivista y la individualista, y llegará a citar a Most y a Tucker en su conocido trabajo para la Enciclopedia Británica. A la vez, Kropotkin empezará a influir notablemente a los anarquistas de Estados Unidos y sus artículos empezarán a aparecer en las principales publicaciones, como Liberty, de Tucker, Freiheit, de Most, Free Society, de Abe Isaak, o Mother Earth, de Emma Goldman. El movimiento anarquista norteamericano, a finales del siglo XIX, comenzará a ser de tendencia comunista libertaria por la gran influencia de Kropotkin; tal como dice Emma Goldman en sus memorias, Viviendo mi vida: "Era un hombre eminente en el campo del saber, reconocido como tal por las primeras figuras mundiales. Pero para nosotros significaba mucho más que eso. Veíamos en él al padre del anarquismo moderno, a sus portavoz revolucionario y al brillante ponente de la relación del anarquismo con la ciencia, la filosofía y el pensamiento progresista".
  No obstante, los anarquistas individualistas como Tucker continuaban exaltando la libertad personal y desconfiaban de cualquier organización que pudiera conducir hacia formas burocráticas. Los individualistas, influidos por Max Stirner y su espectacular obra, confiaban principalmente en la educación y el conocimiento para la emancipación del ser humano desconfiando de cualquier revolución organizada. A pesar de ello, Tucker apreciaba el pensamiento de Bakunin y de Kropotkin, traduciendo al inglés Dios y el Estado, del primero, y publicando numerosos ensayos del segundo en Liberty. La labor más apreciada de Tucker fue la de periodista, uno de los más brillantes que ha dado el pensamiento radical norteamericano, y Liberty suponía una meticulosa publicación con una importante legión de colaboradores. El historiador Avrich considera que la aparición de Tucker constituye un hito en la historia del anarquismo en lengua inglesa, llevando a cabo una importante labor de divulgación durante 30 años con la edición de incontables folletos y libros. En 1908, Tucker se irá a Europa después de que un incendio acabara con su almacén de libros y periódicos; cada vez se mostrará más pesimista con el desarrollo del capitalismo y llegará a afirmar que "el monstruo está devorando a la humanidad". Se retiró a Mónaco donde no era conocido y su muerte en 1939 casi pasó desapercibida; una importante figura del anarquismo que merece recuperarse.

Hemos mencionado las tendencias colectivista, comunista e individualista, y todavía nos queda otras importantes: los anarquistas mutualistas, influidos por Proudhon, con rasgos tanto socialistas como individualistas; el anarcosindicalismo, surgido ya en el siglo XX y con la esperanza puesta en el movimiento obrero para autogestionar la economía y el conjunto de la sociedad; finalmente, los pacifistas, como el caso de Tolstoi, que rechazaban cualquier acción violenta revolucionaria. A pesar de las diferencias, todas estas tendencias compartían el objetivo de acabar con las instituciones coercitivas y fundar la sociedad sin Estado basada en la cooperación de individuos libres. Del mismo modo, todos ellos desconfiaron de cualquier forma de autoridad centralizada y previeron los peligros de la corriente marxista. Todavía podemos mencionar otra corriente ácrata, los anarquistas eclécticos, que rechazaban cualquier etiqueta y bebían de cualquier pensamiento libertario; era lo que Tarrida del Mármol llamó "anarquismo sin adjetivos", basándose en que el espíritu libertario debía rechazar cualquier tipo de dogma. En esa línea, Rudolf Rocker dirá que todas las corrientes, individualistas, comunistas o como quieran llamarse, son "solo diferentes métodos económicos, las distintas posibilidades prácticas de lo que todavía no se ha comprobado, y que el primer objetivo es asegurar la libertad personal y social de los hombres, no importando sobre qué base económica deba realizarse".


  Otra figura que abrazó esa postura dentro del anarquismo fue Gustav Landauer, nacido en Alemania, que fue a la vez individualista y socialista, militante y defensor de la resistencia pasiva, periodista, filósofo, novelista, crítico, una figura enormemente versátil; también tradujo a importantes autores, no solo anarquistas, estuvo en contactos con los literatos del movimiento expresionista y tuvo una importante labor en el teatro de vanguardia. Desgraciadamente, fue asesinado por soldados en 1919 al ser una figura primordial de la revolución bávara; tras su desaparición, Rocker ocupará su lugar como uno de los más importantes autores alemanes del anarquismo. Poco puede añadirse a la gran figura que fue Rocker, después de haberse convertido en el motor del movimiento anarquista alemán y de ser uno de los principales fundadores de la Asociación Internacional de Trabajadores en 1922, tuvo que emigrar tras la llegada al poder de Hitler. Rocker llegará a Estados Unidos en 1933 y los siguientes 25 años de su vida los pasará en aquel país, escribiendo y dando conferencias a favor del anarquismo; ya hemos comentado ampliamente en otros textos sobre su gran obra Nacionalismo y cultura. En 1937, Rocker se estableció en la Colonia de Mohegan, en el condado de Westchester de Nueva York, lugar en el que se convertiría en una importante figura intelectual durante los últimos 20 años de su vida. Rocker murió en 1958, desapareciendo un autor fundamental del anarquismo a nivel internacional y también el experimento de Mohegan, una de las más importantes colonias libertarias en Estados Unidos.


Enlaces relacionados:
Breve historia del anarquismo en Estados Unidos.
Anarquismo en Estados Unidos (entrada en Wikipedia).
Voces anarquistas. Historia oral del anarquismo en Estados Unidos, de Paul Avrich.